Rey Jesús - Rey de Reyes
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Rey Jesús – Rey de Reyes

Hemos venido desarrollando una serie de prédicas llamadas REY JESÚS, iniciando con el llamado mesiánico de Cristo, nuestro Rey y Mesías.

En esta ocasión, esta enseñanza nos muestra la autoridad de Jesús como Rey, situación a veces poco comprendida en países como el nuestro en donde se desconoce la monarquía como estilo de gobernar.

Desde el tiempo en que el pueblo de Israel cayó en exilio, por manos del autoritarismo de otros imperios, la Palabra del Señor inspiró varias profecías acerca de la venida del Mesías.

Desde la óptica judía se ha generado controversía sobre la figura del Mesías ya que en el Antiguo Testamento se presenta como Rey y como siervo sufriente. La unión de ambos conceptos mesiánicos es hoy poco entendida por los judíos, con una revelación incompleta, debido a que no logran concebir como un Rey puede simultáneamente ser un siervo sufriente.

Dirigidos por el Espíritu Santo, en textos del antiguo testamento se da revelación profética de toda la gloria, dominio, naturaleza, sufrimiento y humildad de Jesús, nuestro Señor:

#1 Profecía del “Rey de Gloria”Salmo 24:7-8dice: Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotros, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla”

Desde muchos años antes de la venida de Jesús, antes del tiempo de los profetas inclusive, ya se estaba revelando la gloria y fortaleza que lo identificaba como el poderoso en batallas.

#2 Profecía de “El hijo de hombre con dominio eterno”

Daniel 7:13-14
indica:“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.”

Esta revelación resultó ser muy abstracta, pues para aquellos tiempos (600 a 700 años antes de Cristo) era imposible de entender como el reinado de un Hijo de Hombre podía llegar a ser eterno.

#3 Profecía de “El nacimiento de Dios encarnado”

Isaías 9:6-7 dice: Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”

Aquí vemos como la Palabra de Dios nos revela la venida de Jesús, niño hijo de mujer, pero que desde su nacimiento ya tenía la naturaleza y autoridad divina de Dios, 100% hombre pero también 100% Dios.

#4 Profecía del “Siervo sufriente”

Isaías 53:3-5 dice:“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

Jesús vino a servirnos, a sanar nuestras dolencias, a sufrir por nuestros pecados y rebeliones, asumiendo inclusive en su cuerpo, el castigo que nosotros merecíamos y a través del cual fuimos sanados. A pesar de eso, nosotros; la creación por la que vino a este mundo, no lo recibimos como debimos recibirlo y más bien, lo rechazamos y lo negamos con nuestra forma de vida, boca y corazón; despreciando así todo lo que Él pasó como siervo sufriente.

#5 Profecía del “Rey humilde”

Zacarías 9:9 dice:“Alégrate mucho, hija de Sión, dá voces de júbilo, hija de Jerusalén, he aquí tu Rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”.

La revelación en la Palabra de Dios nos invita a que estemos alegres por la presencia de aquel nuestro Rey quien nos iba a buscar de forma personal, trayéndonos su humildad, justicia y salvación.

Este acontecimiento, nos habla del Rey de Reyes entrando y cumpliendo con las profecías anteriores; evidenciando lo que se estaba esperando y dándose en ese momento, con Jesús llegando a Jerusalén montado en un burrito, en un asno.

La importancia que da veracidad a este hecho, recae en que es uno de los pocos acontecimientos bíblicos (además de la crucifixión y la resurrección) donde cuatro personas diferentes, movidos por el Espíritu Santo, evidencian testimonio de lo ocurrido a través de los cuatro evangelios, pero en cada uno de ellos bajo perspectivas o posturas distintas, es decir con propósitos diferentes.

De esta forma tenemos que Mateo como judío, escribió para los judíos apuntando al antiguo testamento para convencerlos de que Él era el Mesías anunciado por los profetas. Marcos por su parte, escribió para los gentiles con énfasis en el poder sobrenatural del Señor, dado por Dios. Lucas como historiador, escribió apuntando al orden cronológico de los eventos y finalmente Juan lo hizo presentando un Jesús quien además de tener una naturaleza humana, tenía también una naturaleza divina.

Partiendo de los textos de antiguo testamento anteriormente expuestos, se extraen cuatro cualidades de la evidente autoridad del Rey de Reyes, claramente confirmados en los siguientes versículos del nuevo testamento:

# 1 La autoridad y el poder de nuestro Rey no tiene límites.

Marcos 11:1-6 dice: “Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y Betania, frente al monte de los Olivos. Jesús envió a dos de sus discípulos, y les dijo: id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallareis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Porqué hacéis eso? Decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y uno de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron”.

La palabra de Dios nos confirma que todo lo que el Señor escoge, sin importar lo que sea, quién sea o dónde esté, lo purifica y lo prepara para hacerlo instrumento integro, exclusivo para Él, en su propósito y para su gloria como Rey de Paz.

Nadie se puede negar a su autoridad porque la palabra que sale de su boca siempre se cumple
. También deja muy claro la naturaleza de Jesús y que a Él poco le importa las riquezas materiales sino todo aquello que represente paz y humildad. Su ingreso montado en un pollino, animal que representa paz, confirma su perfecta humildad; no solo era nuestro sumo sacerdote entrando en esa ciudad sino también nuestro Rey de Reyes estableciendo un principado de Paz en Jerusalén.Tenemos entonces, que su autoridad no se distancia de su humildad.Jesús vino para mostrarnos victoria de la humildad sobre el orgullo, la paz sobre la guerra y de la pobreza espiritual sobre la riqueza natural.

# 2 Nuestro Rey tiene completa autoridad sobre el tiempo.

Mateo 21:4-5 dice: “Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Decid a la hija de Sión: He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga”

La Biblia, como libro profético, revela que nuestro Dios es soberano sobre el tiempo y que ya tenía definido un tiempo en el cuál Jesús iba a entrar a Jerusalén a coronarse como Rey de Reyes y Señor de Señores.A partir de esto, podemos entonces tener plena seguridad que, en toda situación o prueba, es Dios quien con autoridad nos establece los tiempos de entrada y salida de ella.

# 3 Nuestro Rey es autoridad sobre todos sus enemigos.Sean estos naturales o espirituales, Cristo es nuestro castillo, nuestra fortaleza, nuestro refugio.Si Jesús es nuestra protección: ¿De quién temeremos?

Mateo 21:8-9 dice: “Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendías en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”

Este texto nos invita a que debemos constantemente y siempre expresar una genuina adoración a Jesús, al Rey de Reyes que sigue reinando; en completo agradecimiento por habernos liberado de la esclavitud de todos nuestros enemigos y del poder del pecado.Toda expresión espiritual, corporal o material que realicemos para adorar al Señor es un justo reconocimiento al Rey de Reyes, presente y manifestándose en su Iglesia.

Cuando el pueblo de Dios lo adora con todo su cuerpo, su corazón y su mente; los enemigos se discipan ya que no soportan cuando se glorifica a Dios.También, nos hace ver la evidente autoridad de nuestro Señor que le permite ingresar, de forma valiente, en todo lugar con puño de hierro, demostrando así que su poder pasó por encima de cualquier gobierno terrenal o espiritual existente.

Lucas 19:39-40 nos indica: “Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro reprende a tus discípulos. El, respondiendo les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían” mostrándonos que donde entra el reino de Dios, Él será inevitablemente adorado y los enemigos tendrán que irse, porque satanás no aguanta que el nombre de Dios sea adorado.

De igual manera, Juan 12:19 reafirma eso: “Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad el mundo se va tras él”.

# 4 Nuestro Rey es autoridad incluso sobre la muerte.

Juan 12:17-18 nos enseña:“Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos. Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que él había hecho esta señal”

La Palabra de Dios nos hace énfasis que vinieron a recibir a Jesús porque Él ya había resucitado a Lázaro de la muerte, demostrado así que su poder y autoridad estaba tanto por encima del ámbito natural como del sobrenatural y que nada podía sujetar al Cristo, Rey de Reyes, al que vive y reina hoy.

Jesús obtuvo la victoria de la vida sobre la muerte, de la gracia sobre el pecado y de la paz sobre la desesperanza.

Jesús entró en Jerusalén con humildad sobre un pollino, pero es a través de Apocalipsis 19:11-15 donde se nos dice: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y el pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”

Este texto nuevamente se nos confirma que Jesús, “El Verbo de Dios”, tiene poder sobre la muerte y que llegará una temporada donde Él volverá como Rey y entrará montado en caballo blanco y escoltado por ejércitos celestiales de ángeles a terminar de sembrar su reino para siempre, con autoridad sobre todas las naciones, demostrándonos que él es nuestro REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

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