El Regreso del Rey
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El Regreso del Rey

La palabra de Dios nos enseña que Cristo murió y resucitó por los pecados de la humanidad.

Asimismo, se nos asegura que el Señor regresará. Algunas personas fallecerán antes del arrebatamiento de la Iglesia, otras lo harán después de este evento, y finalmente, habrá quienes deberán esperar la segunda venida de Cristo y enfrentar la tribulación.

El libro de Hebreos 9: 27 al 28 nos dice:

27 y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas. Cristo vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados, sino para traer salvación a todos los que esperan con anhelo su venida.

Esperamos con anhelo la venida del Señor, no sabemos cuánto tiempo vamos a vivir ni cuándo será el arrebatamiento de la iglesia, pero debemos vivir listos y preparados como si fuese a pasar en el siguiente segundo.

1 Tesalonisenses 4:16-17 indica lo siguiente:

16 pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los creyentes que hayan muerto[f] se levantarán de sus tumbas. 17 luego, junto con ellos, nosotros, los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.

Aquellos que no conocieron ni tuvieron una relación verdadera con el Señor, vivirán una tribulación y serán testigos de la segunda venida de Cristo.

Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria. Mateo 24:30

Las congregaciones cristianas alrededor del mundo tienen dos tipos de poblaciones: una primera donde hay personas que aman al Señor con todo su corazón y son cristianos verdaderos, y un segundo sector que son quienes que viven pensando que tienen a Cristo en su corazón, pero en realidad no es así.

La parábola de las diez vírgenes en Mateo 25:1-13 nos da la siguiente enseñanza:

El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. cinco de ellas eran insensatas y cinco, prudentes. las insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite. en cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus lámparas. y como el novio tardaba en llegar, a todas les dio sueño y se durmieron. a medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”. entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite porque nuestras lámparas se están apagando”. “No —respondieron estas—, porque así no va a alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los que venden aceite y compren para ustedes mismas”. 10 mientras iban a comprar el aceite, llegó el novio. Las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta. 11 después llegaron también las otras. “¡Señor, Señor —decían—, ¡ábrenos!”. 12 “¡Les aseguro que no las conozco!”, respondió él. 13» Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora.

El teólogo Donald Arthur Carson, hizo un análisis sobre esta parábola mencionando como funcionaban las bodas en el tiempo del texto bíblico:

El novio se dirigía a la casa de la novia acompañado de algunos amigos. En el trayecto, sabía que cerca de la casa se encontraría con las acompañantes de la novia que participarían del cortejo nupcial. Una de las características de estas invitadas era que llevaban consigo una pequeña lámpara de aceite que iluminaba su camino. En su interior, colocaban aceite de oliva, y al encenderla, la mecha comenzaba a consumirlo.

Decía este teólogo que era muy común que las personas que no estaban invitadas a la boda, aparecieran y aparentaran ser asistentes invitados al evento, pero en realidad no habían sido convidados, sino que frecuentemente se trataba de bandidos que querían infiltrarse en la boda. En la iglesia se puede aparentar ser cristiano y ser uno más de la iglesia; las obras pueden inclusive aparentar que se sigue a Cristo, pero no necesariamente las acciones son consecuencia de realmente ser un discípulo del Señor.

Un cambio de actitud no significa que se este dando frutos de lo que Dios esta haciendo en nuestras vidas. Si cuando seguíamos al mundo caminábamos en el pecado y los deleites y simplemente dejamos de hacerlo, estamos haciendo un cambio de 90 grados en la vida, pero cuando hacemos un giro de 180 grados y caminamos hacia la cruz de Cristo empezamos a crecer a la altura del varón perfecto. Eso es lo que verdaderamente muestra arrepentimiento en nuestra vida.

Que hayamos dejado de pecar o de tener acciones pecaminosas no significa que conozcamos al Señor, pero si conocemos a Cristo nuestras acciones van a reflejar un cambio.

Es muy fácil en la iglesia aparentar ser cristianos, pero el día que el Señor regrese; Él si podrá identificar quien aparenta y quien es real en sus convicciones.

La parábola de las diez vírgenes habla de cinco prudentes y cinco insensatas:

Todas, tanto las prudentes y las insensatas salieron a recibir al esposo, todas tenían su lámpara y aceite, unas tenían más aceite que otras, pero todas tenían. Todas cabecearon y se durmieron. Todas parecían estar vestidas de manera similar, pero había pequeñas diferencias que marcaban grandemente cuál era su vida.

Las cinco vírgenes prudentes tenían aceite extra que las otras no tenían, y eso es lo que tiene un nacido de nuevo en el Señor.

El cristianismo no se vive solamente los días que vamos a la iglesia, el cristianismo no está ahí, en ocasiones le damos a Dios de lo que nos sobra.

Esas vírgenes insensatas no estaban enfocadas en el novio, estaban enfocadas en el evento como tal, pero las vírgenes que si querían estar con el novio – es decir las prudentes – a ellas no les importaba el evento, les importaba su relación con el novio.

Podemos aparentar amar al Señor, pero nuestro corazón puede decir algo totalmente diferente, lo que hay nuestro corazón es lo marca la diferencia.

La Biblia nos llama y nos hace entender que aquellos nacidos de nuevo en el Señor estamos ansiosos anhelando la venida de Jesucristo. El Señor nos ama tanto que ha algunos nos ha dado tiempo de arrepentirnos antes de su venida.

El que ama la venida del Señor, sabe que todos necesitamos escuchar de Cristo, el que ama al Señor verdaderamente sabe que hay algo que todos necesitan escuchar, y sabe la necesidad que hay en el mundo de que conozcan a Cristo.

La Biblia cierra el capítulo de la parábola diciendo: Velad. Debemos estar siempre preparados, no sabemos cuándo el Señor nos va a llamar, por eso debo estar listo en todo momento.

¿Si el Señor nos llamara hoy a su presencia, estaremos listos?

¿Estamos seguros de que nos vamos a ir con el Señor?

Si estas preguntas nos generan la más mínima duda, hay algo que debemos revisar y poner delante del Señor.

Es fácil enfocarse en las cosas del mundo, como humanos, es muy fácil justificarle al Señor las razones por las cuales no vivimos la vida cristiana como Él quiere. Nos justificamos en las cosas difíciles que vivimos; pero las dificultades les ocurren a todos, cristianos o no. El Señor no nos prometió eximirnos de los momentos difíciles; Jesús nos prometió: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad por que yo he vencido al mundo” Juan 16:33

Jesús ya venció al mundo. Aunque andemos en valle de sombra o de muerte no temeremos, porque su vara y su cayado nos infunden aliento.

La diferencia del hijo de Dios es que sabe que, aunque esté pasando por pruebas, sabe quién va con él, no tiene duda de que Dios se va a glorificar en medio de las circunstancias.

Cristo murió en la cruz y sufrió más que nosotros, así que no hay justificación para que llevemos la vida como el Señor quiere que la llevemos.

La diferencia entre el aceite que llevaban las vírgenes era la cantidad:

¿Cómo esta el aceite que llevamos hoy? Aparentamos ser cristianos, podemos parecer ser, pero tenemos que ser verdaderos hijos de Dios.

El trigo y la cizaña se parecen demasiado, pero hasta el momento de la cosecha se sabe quien es quien. Debemos estar enfocados en que la salvación es personal, por eso debemos revisarnos primero a nosotros mismos, la salvación no se comparte, la puerta de entrada al cielo no se comparte.

Podemos conocer quién es el Rey que viene, saber la Biblia de la a la z, venir todos los domingos a la iglesia, predicar, servir en la iglesia. Sin embargo; nada de esto significa que conozcamos verdaderamente a Dios.

Es fundamental que dejemos de aparentar ser cristianos y empecemos a vivir como verdaderos creyentes.

Tampoco debemos vivir de glorias pasadas.

¿Qué será de nuestra vida en la eternidad? La decisión de nuestra vida para la eternidad, se toma hoy. No es tema si tengo poco o mucho de ser cristiano, es un tema de decidir por el Señor.

El rey viene y será Rey Misericordioso, pero también un Rey Justo.

Hebreos 3: 15 nos dice:

Recuerden lo que dice: «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón, como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron.

Apocalipsis 19: 11 al 16

11 luego vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. 12 sus ojos resplandecen como llamas de fuego y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino solo él. 13 está vestido de un manto teñido en sangre y su nombre es «el Verbo de Dios». 14 lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de tela de lino fino, blanco y limpio. 15 de su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con cetro de hierro».[a] Él mismo exprime uvas en el lagar para sacar el vino del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso. 16 en su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: rey de reyes y Señor de Señores.

Ese Rey de Reyes está con nosotros, el Señor quiere traer misericordia y amor para nosotros.

Si nunca has entregado tu vida a Jesús, es tiempo de hacerlo, hoy es el día, no hay mañana el día es hoy.

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