Poder de Resurrección y Vida: ¡Ha resucitado!
El poder de resurrección y vida está en nosotros si estamos en Cristo.
Existe suficiente información documentada para confirmar que Cristo existió. Pese a esto, algunas personas deciden no creer ya que no desean reconocerlo como su Señor y Salvador.
A Jesús lo crucificaron por pensar que era un blasfemo al proclamarse hijo de Dios, sin embargo, el Padre confirmó que lo que su hijo decía era cierto cuando hizo el milagro de resurrección. Este es un hecho histórico y comprobado pero lo importante es determinar si ha sido un hecho tangible en nuestra vida.
Éxodo 17:1-7 dice:
“Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. Y llamó el nombre de aquel lugar Masah[a] y Meriba,[b] por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?”
Este era el mismo pueblo de Israel que acababa de salir de Egipto y que vio el milagro de cuando se abrió el mar para que ellos pudieran pasar. Llevaban días en el desierto y tenían mucha sed así que comenzaron a quejarse. Moisés se molestó al ver su falta de fe pese a todo lo que ya Dios había hecho a su favor.
En ocasiones pensamos que pasamos por un desierto debido a nuestra desobediencia, sin embargo, también puede ser la soberanía de Dios quien lo permite. Jehová Jireh significa “Jehová Dios el que ve y el que provee” y si estudiamos el concepto entendemos que Dios ve nuestra necesidad desde antes de que ocurra y nos provee de lo que vayamos a necesitar con antelación.
Dios Omnipotente y a la vez Omnisciente sabe que vamos a tener necesidad. Así como Él abrió la puerta para que entráramos a la prueba también previamente la abrió para que salgamos. En ocasiones, durante la prueba, sabemos que Dios nos puede sacar pero ponemos en duda si lo quiere hacer por que a veces no nos sentimos dignos.
El versículo 4 al 6 del texto anterior nos muestra que la paciencia de Dios es grande y no ha cesado. Este pueblo no merecía su ayuda después de que dudaran de Él pese a haber experimentado sus milagros, sin embargo, El Señor les dio agua para que bebieran. Pueda que hayamos perdido la paciencia con nosotros mismos, pero hay uno que nos ama más, que aún nos tiene paciencia y cree en nosotros.
Después de que sucedió el milagro en esta historia, Dios no quiso que ese lugar fuese recordado como el lugar de donde brotó leche y miel sino como el lugar de contienda donde lo probaron y lo tentaron, esto con el propósito de que hoy, a través del autor de Hebreos, no endurezcamos nuestros corazones: “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto” Hebreos 3:7-8
En los versículos que estamos estudiando el día de hoy podemos ver cuatro características de cómo son los milagros de Dios.
- Se ejecutan en público
Si Dios hace un milagro en nosotros debemos dar el testimonio y hacerlo público para darle gloria a quien gloria merece. El mismo Jesús murió en público.
- Son probados
El milagro que viene de Dios tiene que ser probado por su palabra o por la confirmación de alguna forma de Dios ya que solo así los demás pueden ver que es algo que solo Él pudo haber hecho. El milagro de Jesús fue probado por cada profecía y por cada persona que fue testigo de su vida, muerte y resurrección.
- Deben ser guardados en nuestra memoria
Lo que Dios hizo en nuestra vida nos dará fuerza para que el día en el que no haya nada que beber nos acordemos que Él ya lo hizo una vez y lo puede volver a hacer. El plan redentor de Dios fue marcado desde el inicio, se cumplió y hoy lo llevamos con nosotros.
- Nos llevan a buscar de su presencia
En su presencia es donde Dios opera. No nos cansemos de buscar y de estar en su presencia.
El gran sacrificio que hizo el padre en dar a su hijo como sacrificio por salvarnos a nosotros nos lleva a buscar más de su presencia en agradecimiento.
Es cansado vivir una vida superficial, luchar contra la naturaleza de Dios, vivir con odio, buscar propósito donde no lo hay. No endurezcamos nuestro corazón y vayamos donde Él. Dios nos quiere hacer libres pero necesita de nuestra voluntad para hacerlo. Ha habido generaciones de corazones duros que prefieren su orgullo antes de darse la oportunidad de conocer el perfecto amor, gracia y bondad de Dios. Dejemos de vivir en los afanes y las llenuras que el mundo nos puede dar los cuales son temporales y no producen ningún fruto de bendición más que un corazón endurecido.
El que verdaderamente conoce el carácter de Dios entra en la crisis sabiendo que esta produce fortaleza y teniendo la certeza de que quien nos metió nos sacará de ella. Sabemos que podemos estar en la peor situación pero Él no dejará que toquemos fondo solo tenemos que creerle y lo hacemos cuando conocemos su naturaleza.
Dios es bondad y puede amarnos aunque no sintamos que lo merecemos. Romanos 3:25-26 dice: “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”
Cuando estamos en Cristo el dolor de la cruz se vuelve nuestra motivación para arrepentirnos y buscar ser más como Él, no por miedo al lago de fuego eterno sino por deseo a estar eternamente junto a Él y disfrutar de su presencia y amor para siempre.
1 Corintios 10:4 dice: “y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.”
Veremos a través de la Palabra que hay muchas relaciones entre Cristo y la roca. Moisés la golpeó dos veces y en ambas ocasiones brotó agua, sin embargo, Dios le dijo que no entraría a la tierra prometida por su desobediencia al golpearla una segunda vez. Tal vez pensemos que Dios fue muy duro con él, sin embargo, la desobediencia trae consecuencias a nuestra vida.
La piedra era Cristo, quien iba a ser golpeado una vez y para siempre y de esa vez Él brotaría suficiente agua para todo el pueblo. Era una vez no dos, su sacrificio fue perfecto, suficiente, único e irrepetible. Él no traería confusión al mensaje que leeríamos años después. Moisés representaba la ley y tenía que morir para que otro pasara a la tierra prometida y ese fue Josué cuyo nombre significa “Jesús salvación”.
Algunas personas opinan que Jesús fue el plan B de Dios cuando el hombre falló, sin embargo; Él había provisto desde antes de la fundación del mundo sabiendo que íbamos a necesitar ese salvavidas. Cuando Jesús murió, Dios tenía el corazón roto pero al mismo tiempo lleno de amor para la familia adoptiva que hoy somos nosotros.
El mejor regalo no es lo que Jesús nos puede dar… ¡es Jesús mismo! Es el que nos acompaña, nos sustenta, limpia nuestras lágrimas, nos abraza cuando nadie más lo hace, quiere darnos de beber para que nunca más estemos sedientos, solo debemos permitírselo y tener un corazón moldeable en lugar de uno endurecido. Reconciliémonos si estamos lejos de Dios.