El siervo fiel

Una petición común en la vida de todos nosotros es: “Dios úsame”, pero ¿estamos conscientes de lo que decimos?

Yo lo he pedido muchas veces y me imagino que tu también, ¿tiene algo de malo?, claro que no, absolutamente nada de malo. Dios nos invita a participar en su obra, en su plan.  El  ha sido bueno, lo es siempre y en todo momento, y nos ha invitado a estar con Él y a ser “herramientas” suyas en Su obra. Pedirle que nos use es relativamente fácil, pero estar listos y dispuestos para ello es una cosa totalmente diferente, es la otra cara de la moneda, la cara que a muchos no les gusta y en la cual se pone en evidencia que:

Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. (Mateo 20:16)

Llamado único

Y es que todos hemos sido llamados a ser parte de la obre de Dios, el servicio es parte de la vida del cristiano, hasta ahí todo va bien, suena claro y fácil de entender. Pero ¿qué interpretamos nosotros por servicio o por servirle a Dios?, cuando pensamos en servir a Dios usualmente pensamos en Moisés, David, Pablo, los apóstoles, el predicador famoso que admiramos o el grupo musical cristiano que está en apogeo y nuestra oración se enfoca en un “quiero ser como ellos”, aunque nuestras palabras sean “quiero servirte Señor”, entiendes la diferencia?, mi intención no es detenerme mucho en este punto, solamente te digo que Dios tiene algo personal y único para ti, Dios no recicla, El crea y todo lo hace nuevo y en su gloria y poder El nos ha creado a todos nosotros y asimismo la participación que El nos ha dado en su plan es única según los dones y talentos que El puso en nosotros, a todo esto se le llama: propósito.  No te desvivas por ser o llegar a ser como esa persona que admiras, ¡desvívete por ser como Cristo!, busca tu propia revelación, lo que Dios tiene para ti, no vivas de enlatados, una persona que vive solamente de la revelación de otros es una persona que vive de enlatados, pegados a lo que Dios le reveló al pastor equis o su único alimento son los libros y experiencias de fulano el predicador famoso. Puedes estar pensando ¿me dices que está mal leer libros y predicaciones de hombres de Dios?, y yo te responderé que ¡claro que no!, pero si ese es tu único alimento si te diré que está mal, tu alimento principal deber ser Tu comunión PERSONAL con Dios, todo lo demás son extras y son buenos, pero no pueden ser tu alimento principal. ¿Quieres frutos, revelación, dirección, respuestas?, relación es el único camino para esto.

Ahora espero que hayas entendido y busques a Dios y compartas con El diariamente, porque ahí en esa comunión vendrá lo que necesitas para ser un siervo fiel. Solo así podrás saber cuál es tu propósito, porque estar ocupado no es lo mismo a ser eficiente, es decir, puedes hacer mucho pero si ese mucho no va a ningún lado sería mejor no hacer nada. Morirse no es tan malo comparado con una vida sin propósito.

Un siervo fiel

Hay muchísimas personas que podemos usar como ejemplo para hablar del servicio y de cómo ser usados por Dios, comenzando por el mismo Jesús, seguramente ya pensaste en David, Moisés, Abraham, Isaac, Jacob, Salomón, y las lista puede seguir mucho más, y todos ellos son siervos admirables y nos enseñan mucho con sus vidas. Pero hay un capítulo en el libro de Hechos que me enseñó mucho sobre el servicio. Hechos 9 tiene la vida de una persona que estaba lista y dispuesta para servir a Dios en lo que El lo necesitara; ahora puede ser que estés pensando en Pablo, y no, no me refiero a Pablo, aunque él es la persona principal en ese capítulo, hay una ejemplo de servicio y sometimiento a Dios además de Pablo en ese capítulo, me refiero a Ananías.

Ananías no es muy mencionado en la biblia, solo una pequeña participación en un capítulo del libro de hechos de los apóstoles, pero esta pequeña participación y su absoluta obediencia a Dios hizo que el evangelio llegara a todo el mundo conocido en ese momento.

Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. (Hechos 9: 10,19)

Hay mucho que aprender sobre Ananías, pero lo primero que salta al leer es que la palabra lo llama discípulo “Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías…”, él no era un cualquiera que Dios llamó de algún lugar, Ananías era un discípulo, era considerado uno de los verdaderos seguidores de Cristo. Un discípulo es una persona que aprende de un maestro, que vive con él, que vive sus enseñanzas, que sigue su legado, que anhela ser como el maestro, a Cristo lo seguían las multitudes, pero El tenía sus setenta discípulos, y aún más cerca tenía a los doce, y lo mas importante en cuanto a ser discípulo es la RELACIÓN, los discípulos dormían con Jesús, vivían con El, lo conocían, le amaban, tenían una relación; las multitudes lo veían, recibían milagros, pero solo los discípulos tuvieron una RELACIÓN DE VIDA con Cristo y la palabra llama a Ananías discípulo, nos pone en contexto de la calidad de vida que tenía Ananías y la relación de vida que tenía con Dios.

Ahora es tiempo de que nos preguntemos: ¿somos discípulos o multitud?

Puedes ponerte a evaluar tu vida y juzgar usando ciertos criterios: voy a la iglesia, sirvo en un ministerio, usualmente oro, usualmente leo la palabra, etc. Pero discípulo es quien tiene una relación, no el que tiene momentos, un cristiano de momentos no es un discípulo, es un oportunista, aprovecha un día de unción especial en la congregación y toma lo que puede, aprovecha la revelación que Dios ha dado al pastor, al escritor, etc. No es una persona que vive por lo suyo, NO VA POR LO PROPIO. Dios nos llama a una relación, algo de vida diaria, como respirar y comer. Una relación no se construye con momentos aislados, se construye con un proceso delicado de tiempo, enfoque, dedicación, se desarrollan vínculos, confianza y comunicación. ¿Tienes comunicación con Dios?, ¿Te habla Dios? ¿Buscas a Dios? Si quieres ser un siervo de Dios debes empezar por buscarlo, ten encuentros con El cada día, amalo, que El sea tu discipulador, tu maestro, que el espíritu santo te guíe, comienza a vivir en El (gálatas 2:20), EL es la vida, te invito a que antes de seguir en tu petición para ser siervo de Dios le entregues tu vida totalmente, te consagres y decidas vivir para El en una relación de amor.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer. (Juan 15:5)

Los ajustes

Cuando Dios nos llama a una tarea El espera que respondamos en el momento en que nos habla, no mañana, no en una hora, no en un año, no luego, sino CUANO EL HABLA.

He visto en estos años muchas personas a las que Dios les ha hablado. Viene El Señor y les da un llamamiento hermoso, palabras dulces a sus oídos, la respuesta a todo lo que habían pedido, Dios lo está convocado; pero hay una parte en la que ya no parece tan bonito y en donde muchos quieren volver atrás y decir “un momento, un momento, creo que te equivocaste de persona”, es cuando Dios pide un ajuste, algo que nos hará salir de nuestra zona de comodidad, que nos costará, pero obediencia es hacer lo que me ordenan.

Hay muchas personas que retrasan (en el mejor de los casos) el llamado que Dios les ha dado porque no desean ajustar ese algo que Dios necesita para poder actuar a través de ellos. En toda la biblia podemos ver como Dios pide ajustes a sus siervos, Abraham “sal de tu casa y tu parentela”, Moisés estuvo en el desierto 40 años haciendo ajustes a su persona, todos tuvieron que ajustar algo de sus vidas, y tú y yo no somos la excepción.

Tal vez debas dejar amigos, una pareja, hábitos, pasatiempos, en fin, Dios puede pedirte muchas cosas, no sé qué te pedirá Dios, pero lo único que sé es que tu nivel de obediencia determinará que tan rápido se moverá Dios en ti.

Fe es Acción.

Acción = ajustes + obediencia

La fe no es algo estático, requiere acción y tu acción en Dios se da mediante los ajustes que El te pida y para hacer esto requieres obediencia, recuerda RELACIÓN de vida.

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él. (Juan 14:23)

Ananías hizo ajustes para que Dios lo usara, los de él fueron en el área de los prejuicios y creencias.  Dios le pide que vaya e imponga las manos a un tal Saulo, a esto Ananías responde

Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén (Hechos 9:13)

¿Te suena eso familiar?

Imagina que Dios te habla mientras estás en tu devocional personal diario, te dice que te ha dado un don, que vas a sanar y libertar a las personas, hasta ahí todo está excelente, y luego te dice que salgas de tu casa y vayas a tocar la puerta de Fulano tu vecino que te cae muy mal y nunca te has llevado con él, ¿sería un poco molesto verdad? (siendo totalmente honestos), ahora imagina que Dios te dice que vayas a sanar a un hombre que ha estado matando cristianos en toda América, ha matado a tus conocidos y amigos , tal vez a un familiar tuyo, ha sido un obstáculo para el evangelio, pero Dios te está mandando a sanarlo, eso sería aún peor verdad?, extraño, y lo verías como sin sentido, pues bien, eso es lo que Dios mandó a hacer a Ananías. Él tuvo que morir a él mismo y renunciar a su visión de las cosas y ajustarla a la visión de Dios de las cosas (la verdadera).

Ananías seguramente veía en Saulo a un asesino, pecador, obstáculo para el evangelio, etc. Pero Dios veía otra cosa totalmente diferente, Dios nunca ve el “acá”, Dios siempre ve las cosas desarrolladas, listas. Dios ve el final del túnel. Dios reta a Ananías a no ver lo que él veía sino ver lo que Dios mismo veía, Ananías veía un asesino de cristianos, pero Dios le dijo:

Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel (Hechos 9:15)

Dios le mostró a Ananías que la verdad de las circunstancias y las cosas solo se puede ver desde SU perspectiva, Dios tiene el control de todo, si El nos pide algo El sabe porque lo pide, nada es al azar, nada es improvisado. Dios tiene un propósito para cada cosas que planea y hace. Si Dios debe tocar a la persona que tú menos esperes para llevar su mensaje de salvación a una población en especial Dios lo hará y nada lo detendrá, mucho menos nuestros prejuicios y señalamientos. Dios no trabaja bajo nuestros criterios, debemos aprender eso y más aún SUSTITUIR TODO CRITERIO POR LO QUE EL ESPIRITU SANTO DE DIOS NOS DICE Y COMUNICA, nos suene extraño, raro, incomodo o lo que sea.

Dios terminará la buena obra que comenzó en ti cuando tu lo invitaste a entrar en tu vida (Filipenses 1:6), pero va a requerir que hagas cambios. Dios no puede usar lo que no está puro, simplemente no puede porque El no comparte con las tinieblas, debes entregar esas áreas de tu vida a Dios, sea lo que sea: circunstancias, personas, falta de perdón, masturbación, creencias, prejuicios, pornografía, mentira, miedo, etc. Toda cosa que te aleje del propósito de Dios NO VIENE DE DIOS, y si no viene de Dios viene del enemigo, ¿vas a dejar que eso te robe tu llamado y significado de vida?, hoy levántate, ponte firme y declara que eres libre en Cristo, porque en realidad lo eres, El Murió por ti y te ha hecho libre.

Has una pausa y busca a tu padre en oración, entrégale las áreas de tu vida que aún no le has dado, te invito a que leas hebreos capítulo 10 y te aferres a ese sacrificio que Cristo hizo por ti, porque hablando de Jesús dice:

Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. (Hebreos 10:14)

Pues donde hay remisión de éstos (pecados), no hay más ofrenda por el pecado. (Hebreos 10: 18)

La acción

Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. (Hechos 9:17)

Finalmente Ananías simplemente hizo. Puso manos a la obra, “Fue entonces Ananías…”

Hay muchas personas que se confían en que tienen un llamado y confiados en ese llamado nunca se preparan y nunca comienzan. Hombres con un llamado pastoral increíble pero que simplemente se quedaron allí sentados, aguardando que de un momento a otro Dios les construyera una gran iglesia, personas que se quedan brazos cruzados esperando que Dios los prospere y les envíe dinero del cielo por hacer absolutamente nada, eso es una negligencia increíble.

Dios nos da un propósito, el tiene un significado para cada uno de nosotros, pero nuestra voluntad debe arrancar y poner nuestro ser en acción, estáticos no lograremos hacer nada nunca.

Para terminar solo te invito a que además de orar te determines a hacer, “la fe sin obras está muerta”. Ananías pudo haber tenido un gran corazón e intenciones pero si no hubiera ido donde Pablo no hubiera valido de nada, ¿se habría perdido el propósito de Dios? ¡CLARO QUE NO! Simplemente Dios hubiera delegado esa tarea a alguna otra persona.

Dios no necesita de nosotros. El en su misericordia y amor nos da la oportunidad de ser parte de su plan, es nuestra elección si aceptamos esa invitación o no, podemos estar atentos y vivir la maravillosa experiencia de ser participes en el plan de Dios y ser de bendición o simplemente dejarlo pasar y ser tan solo espectadores. Un buen amigo una vez me contó su testimonio y una hermosa lección que Dios le enseñó:

Mi amigo trabajaba como dependiente en un minisúper, como es usual ya cuando llevaba un tiempo en el trabajo las personas del lugar  lo conocían y había intercambio de saludos y algún tipo de relación, él notaba que usualmente unos jóvenes iban a hacer compras al minisúper y un día percibió de parte de Dios el que los invitara a nuestra congregación (cosa que nos ha pasado a muchos, estás esperando el autobús o el tren y de repente solo percibes en tu corazón que Dios te lleva a hablarle a alguna persona sobre El, invitarlo a alguna reunión, etc.), pero tan pronto como él se dispuso a dar la invitación vinieron las dudas, será Dios o seré yo?, “mejor me quedo quieto y me evito cometer un error”,  etc. Al fin y al cabo con tanta duda los jóvenes salieron de minisúper sin haber sido invitados  nada. Pasados unos días mi amigo llega a la congregación a una reunión, nada fuera de lo usual, pero VAYA SORPESA SE LLEVÓ al ver a los jóvenes sentados en la iglesia esperando que empezara la reunión. Simplemente DIOS TENÍA EN SU PLAN LLEVARLOS A ESA REUNIÓN, como mi amigo no lo hizo Dios solo fue y buscó a una persona que si lo hizo. Esa experiencia trajo una gran lección para mi amigo y para todos con lo que comparte su testimonio. DIOS ESPERA QUE ACTUES CUANDO EL TE HABLA, no mañana, o luego, o más tarde.

Dios te ha llamado y te ha dado un propósito en SU PLAN, no lo desperdicies, atesóralo y no dejes la oportunidad de ser un siervo fiel.