Devocional: Aprendiendo a descansar – Día #5

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En medio de la duda

Plan Devocional Día 5 de 5

Después del viento hubo un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto. Pasado el terremoto hubo un incendio, pero el Señor no estaba en el incendio. Y después del incendio hubo un suave susurro.

1 Reyes 19:11-12 (NTV)

“Ver para creer”. Muchas veces hemos usado esta frase sin darnos cuenta de que a través de ella estamos abrazando la duda. En Hebreos 11 dice que la fe es la que nos da certeza de las cosas que no podemos ver, es decir, viene primero el creer.

El año pasado pasé por un tiempo de duda, a pesar de que había visto y experimentado al Señor en mi vida, empecé a dudar de su existencia, tenía preguntas como ¿de verdad Dios existe?, ¿Jesús será real?, ¿lo que dice en la Biblia será verdad? Recuerdo esforzarme por ver a Dios en todo lo natural, lo buscaba donde pudiera, en el cielo, los árboles y pájaros; esperaba que alguien me diera una palabra y oraba para que pudiera “sentirlo”, estaba buscando ver a Dios en lo natural porque, según yo, así se iría la duda.

Un día le conté mis dudas a una amiga de la iglesia y ella me dijo “recuerde que el Señor también está en el susurro apacible” (1 Reyes 19:12). En ese momento ese versículo no tenía mucho sentido para mí, sin embargo para el Espíritu Santo sí; me estaba retando a orar, creer, adorar, seguir leyendo la Palabra y perseverar en la verdad aunque no «sintiera o viera nada», el Señor quería hacerme reposar en esta verdad:  “Porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7).

¿En cuál área de su vida hay duda?, ¿espera ver un milagro para creer en el Señor?, ¿que el covid se acabe y “sea seguro salir” para dejar de temer? o ¿espera ver que todo está bien para creer que el Señor tiene cuidado? Lo quiero retar, al igual que el Señor lo hizo conmigo, a descansar y creer en todas y cada una de las verdades de su Palabra, la duda se irá en el momento en que nuestra fe sea mayor, y que mejor manera de aumentarla que cuando reposamos en Dios. Mientras nosotros oramos, obedecemos, le adoramos y leemos su palabra, el Señor se encarga del resto, como dice el Salmo 46:10 “estad quietos y conoced que yo soy Dios(…)”.

Oremos:

Señor, te damos gracias por tu amor, gracias por Jesús, Padre perdónanos por las veces que hemos dudado, te pedimos que nos ayudes y nos enseñes a reposar en Ti, a creer aunque nuestras circunstancias y realidad nos digan lo contrario, aumenta nuestra fe para que no nos falte cuando tengamos duda en el corazón, ¡Te amamos Padre!, en el nombre de Jesús, ¡Amén!

Gloriana Fernández


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