Devocional: El Discipulado Práctico – Día 2

88
Se congrega y crece junto a otros
“No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacer algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca»
Hebreos 10:25 (NTV)
Todos en algún momento de nuestro caminar cristiano, por diversas razones, hemos considerado dejar de asistir a la iglesia. Fácilmente podemos pasar de faltar un día a no congregarnos por completo. Esto nos puede llevar a enfriarnos espiritualmente y obstaculizar la voluntad de Dios: la comunión unos con otros (Hechos 2:42, RVR1960).
Congregarnos es más que asistir a un lugar o una edificación, es vivir en comunidad porque la iglesia somos todos aquellos que hemos nacido de nuevo. Cada persona que asiste a la iglesia tiene una función y forma parte del cuerpo de Cristo (Romanos 12:4-5, RVR1960). Juntos podemos animarnos, exhortarnos, edificarnos, orar, sobrellevar nuestras cargas (Gálatas 6:2, RVR1960) y servirnos.
Hace 4 años Dios empezó a formar mi carácter y probar mi obediencia. Pasé de lo conocido (la iglesia a la que asistí toda mi vida) a la incomodidad (ser la nueva en otra iglesia). A través de esto el Señor me llevó a perder el miedo a asistir sola, a hablarle a personas nuevas y hacerlas sentir bienvenidas, a consolar y escuchar, mostrarme amiga y ser iglesia. Entendí que congregarnos no se trata solamente de lo que podemos recibir de Dios o de los demás sino también de dar y servir (Hechos 20:35, RVR1960) y devolverle de lo mucho que nos da con una vida de adoración.
Nuestra carne es débil y muchas veces no vamos a tener ganas de congregarnos. En esos momentos es importante recordar que Dios no nos creó para vivir solos sino en compañía (Eclesiastés 4:9-10, NTV). Agradecer por la oportunidad y el privilegio de ir a la iglesia, pensar en la fidelidad del Señor, buscar agradarlo, ayudar a alguien en necesidad y no perdernos de lo que nos quiere hablar ese día nos puede ayudar a perseverar.
Oremos:
Dios, gracias por el regalo que nos das de ser iglesia. Ayúdanos a tener dominio propio. Que cuando lleguen pensamientos negativos o nuestras emociones nos hagan dudar y querer dejar de congregarnos, sea tu Espíritu Santo que nos recuerde que es necesario morir a nosotros mismos. Tú te agradas cuando somos obedientes y actuamos en amor con nuestros hermanos en Cristo. Pon disposición en nuestro corazón y enséñanos a ser amigos, servir, tener comunión y ser iglesia. En el nombre de Jesús, amén.
Valery Castillo
Recommended Posts

Devocional: El Discipulado Práctico – Día 6
septiembre 27, 2025

Devocional: El Discipulado Práctico – Día 5
septiembre 26, 2025

Devocional: El Discipulado Práctico – Día 4
septiembre 25, 2025
¿Cómo podemos ayudarte?