Devocional: Jesús la profecía cumplida – Día #7

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Resucitará

Plan devocional Día 7 de 8

Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, porque Él me tomará consigo.” Salmos 49:15

Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.” Salmos 16:10

El error que muchos cometemos es vivir nuestras vidas como si fuésemos a durar para siempre en este mundo. Aunque ciertamente Dios nos ha prometido vida eterna, su promesa no se refería a esta Tierra en la que tú y yo habitamos. Él se refiere a la eternidad que nos espera cuando Jesús vuelva por nosotros, su pueblo, su Iglesia. Esta vida eterna solo es posible por la obra maravillosa que estos Salmos profetizan, cientos de años antes de su nacimiento, la victoria de Jesús sobre el poder de la muerte. ¡Su resurección!

Para la persona que no tiene conocimiento de esta verdad, uno de los principales temores que puede presentar, sino quizás el más terrible de todos, es el miedo a la muerte. Para ellos es triste pensar en jamás volver a abrazar a seres queridos, disfrutar de un paseo o las riquezas de esta vida. Para estas personas todos tenemos el mismo final, y dicho final es ser arrojados en el sepulcro.

¡Pero les tengo una buena noticia! Para los que estamos en el Señor, este miedo es completamente inválido. ¡Nuestro Dios nos rescata de las garras del sepulcro y nos lleva a vivir una eternidad hermosa con Él! Él venció la muerte, la profecía se cumplió, nuestra historia no termina en la tumba, podemos estar dichosos de tener vida eterna. Así que, ¡no permitas que nada te detenga en poder experimentar esa vida eterna desde hoy! Confiado en que Jesús ha resucitado por ti y por mí.

Oremos:

“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, te doy gracias porque sé que entregaste tu vida por mí, y al morir en la cruz y resucitar venciste a la muerte para que yo pudiera disfrutar de una eternidad a tu lado. Te pido que alejes de mí todo temor a la muerte y toda condenación, ya que estas no tienen poder sobre mí, solamente Tú Señor tienes control absoluto sobre mi vida y mi futuro, y me siento feliz porque me has prometido vivir contigo para siempre. Guíame a honrarte con mi vida en todo momento, y a sacar el mayor provecho de ella para tu gloria. Gracias, en tu nombre Jesús. ¡Amén!”

Hernán Sáenz


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