Devocional: Perdono, pero nunca olvido – Día #2

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¿Fue un conflicto?

Plan Devocional Día 2 de 5

“El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce? Lo conozco yo, el Señor, que escudriño la mente y pongo a prueba el corazón; que pago a cada uno según su conducta y según el resultado de sus obras.”

Jeremías 17: 9-10

¿Cuántas veces nos hemos “enojado” por algo o con alguien sin que la otra persona lo supiera? Siendo sincera, lo hacía muy a menudo. Durante mucho tiempo para mí era muy difícil enfrentar el conflicto, todavía no es algo que me sea fácil, sin embargo, antes no solo me costaba enfrentarlo, sino que hacía como si nada hubiera pasado, a pesar de que en mi corazón había orgullo, resentimiento y enojo.  

Por mucho tiempo viví así, me “hacían algo”, me enojaba, me resentía y me alejaba, pero nunca lo enfrentaba, ni tampoco iba a la raíz de la situación. Después de varios “conflictos similares” el Señor me confrontó y me llevó a cuestionarme esto: “¿De verdad me hicieron algo o fue que yo lo recibí desde un corazón dañado y en realidad nunca existió el conflicto?”. Para mi sorpresa me di cuenta de que algunos de estos enojos o conflictos fueron “imaginarios”, pues no existía una razón real y racional para mi frustración o incomodidad, sino que venían de un corazón dañado y no de la otra persona o situación, un corazón que solo Jesús podía sanar.

Cuando estemos en una situación similar, meditemos y consultemos al Señor si lo que nos pasó, viene de un conflicto real o de un corazón dañado. Preguntémonos si, ¿Esa persona me rechazó o lo recibí de esa manera? ¡Por qué no he permitido que Jesús sane una raíz de rechazo en mí?; si ¿Mi pareja está siendo indiferente conmigo o hay inseguridad en mi corazón y no he encontrado mi valor en Cristo? o si ¿Mi jefe me regañó o hay perfeccionismo en mí y no he entendido que para el Señor soy suficiente?

Recordemos lo que nos dice La Palabra en Jeremías 17:9-10 antes de cargar con un conflicto innecesario, pidámosle al Señor que escudriñe nuestro corazón y mente, que nos pruebe y sane toda área que no le hemos permitido sanar, porque la mejor manera de enfrentar un conflicto es desde un corazón sano por la obra de Cristo.

Oremos:

Señor te pedimos que escudriñes y pruebes nuestro corazón y mente, y podamos rendir ante tus pies todo aquello que guardamos que no te agrada, que nos daña y daña a otros. Gracias por tu amor y gracia inagotable. Te amamos, en el nombre de Jesús! ¡Amén!

Gloriana Fernández

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