Devocional: Un estilo de vida radical – Día #4

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Cuando guardamos nuestro corazón

Plan Devocional Día 4 de 5

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

Proverbios 4:23

Hace varios años tuve la oportunidad de conocer a una estupenda muchacha cristiana, estudiosa, y agradable. Decidí empezar a hablarle de una forma más amigable y cercana. Con el tiempo, mi corazón tomó la decisión de amarla, pero en mis pensamientos seguía el mantenerme sin novia, así que propuse esperar un poco más. La relación se convirtió en una confusión total, unos días éramos pareja y otros días jurábamos no seguir más. Esa relación acabó con dos corazones rotos. Pasó algún tiempo para que nos pudiéramos perdonar completamente.

Los sentimientos y las emociones son buenos, Dios los puso con un propósito. El versículo de este día habla de guardar el corazón. Guardar el corazón significa cuidarlo. Dios nos manda a cuidar el nuestro y el de los demás. Ser radicales en el tema de relaciones nos lleva a tener dominio propio para controlar nuestros pensamientos, acciones y comentarios. Es sano conocer a las personas, pero muy en el fondo sabemos cuando hacemos o decimos algo que se pasa de amistoso. Apreciemos las amistades que ya tenemos y no ilusionemos a nadie con quien realmente no estemos dispuestos a seguir hasta el final. Podemos ser incluso más radicales, y pensar en iniciar una relación de pareja hasta que estemos preparados en nuestros pensamientos, espiritualmente y en nuestras finanzas. Cuidamos nuestro corazón cuando nos apoyamos en la palabra de Dios, la oración y en la iglesia.

Jeremías 17:9, dice que el corazón es engañoso y además perverso. Y si somos honestos, todos hemos fallado en esta área u otra. Nos cuesta perdonar, nos llenamos de ira fácilmente, nos ponemos tristes sin motivo o hay alguien que no podemos ni ver de lejos. Si seguimos prestándole atención a esos sentimientos, nuestro corazón va a terminar sumamente herido. No nos dejemos llevar por las circunstancias, es mejor controlarnos, orar por la situación, dejar que pase, y luego resolver lo ocurrido con base a la palabra. ¡Demos la milla extra cuidando nuestro corazón!

Oremos:

Padre, queremos darte gracias por darnos las emociones y los sentimientos, porque tienen un propósito en nuestras vidas. Te pedimos que nos ayudes a controlar nuestras acciones y palabras para que podamos cuidar nuestro corazón y el de los demás. Danos dominio propio para no dejarnos llevar por las circunstancias, porque Tú tienes el control y todo va a terminar bien. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Oznar Picado

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