
Atacando la raíz: pecados del corazón – El Orgullo, la Altives y la Arrogancia
Los pecados sutiles son difíciles de detectar, y comentaremos sobre el orgullo. Todos tenemos una cuota de orgullo que arrancar de nuestras vidas.
Vamos a estudiar de Leviatán, Job 41:34 en la Nueva Traducción Viviente nos dice: “De todas las criaturas, es la más orgullosa. Es el rey de las bestias”
El texto nos dice que Leviatán menosprecia toda cosa alta y que es rey sobre todos los soberbios.
Por otro lado tenemos a Job, ¿Y quién era Job?
Si pudiéramos caracterizarlo, era el hombre de las pruebas, temeroso de Dios y que sin embargo su temor a Jehová no lo hizo inmune a pasar pruebas; perdió su casa, su matrimonio, sus hijos; y se nos dice que fué el Señor quien lo permitió.
Job pasa una crisis, pero nunca maldice al Señor, porque sabía que su único Refugio era Dios y que era su roca inconmovible, y en medio de sus pruebas se sostiene y es donde el Señor lo empieza a procesar, y el Dios de amor le devuelve con creces todo lo que el enemigo vino a robar, a matar y a destruir. El señor lo cuida y le devuelve más de lo que él esperaba.
Job 41 en la Nueva Traducción Viviente, habla de cómo Dios le hizo una advertencia, y le dice “cuídate de Leviatán.”
Todas estas son respuestas retóricas, todas las preguntas que Dios le hace es un “NO, no puedes”, (es la respuesta obvia), pero el Señor está anteponiendo a Job a su realidad.
Job 41: 1-8 en la Nueva Traducción Viviente, nos dice: “¿Puedes capturar al Leviatán con un anzuelo o poner un lazo alrededor de su quijada? ¿Puedes atar su nariz con una cuerda o atravesar su boca con una estaca? ¿Te rogará misericordia o suplicará compasión? ¿Querrá trabajar para ti y ser tu esclavo toda la vida? ¿Puedes hacer de él una mascota, como con un pájaro, o darlo a tus niñas para que jueguen con él? ¿Intentarán los mercaderes comprarlo para venderlo en sus carpas? ¿Será herida su piel por las lanzas o su cabeza por un arpón? Si le pones la mano encima, te dará una batalla que no olvidarás. ¡No volverás a intentarlo!”
Pasamos al capítulo de Job 41: 15-16 en la Nueva Traducción Viviente: “Las escamas en su lomo son como hileras de escudos fuertemente selladas. Están tan apretadas que el aire no puede pasar entre ellas.”
Continuando en el capítulo de Job 41: 22-26 en la Nueva Traducción Viviente: “La tremenda fuerza del cuello del Leviatán infunde terror dondequiera que va. Su carne es dura y firme y no se puede traspasar. Su corazón es duro como la roca, duro como piedra de molino. Cuando se levanta, los poderosos tienen miedo; el terror se apodera de ellos. No hay espada que pueda detenerlo ni lanza, ni dardo, ni jabalina.”
Esas son las características de Leviatán.
El libro de Job, fue escrito en Hebreo (hebreo crudo), y estamos leyendo poesía hebrea.
Se describe a Leviatán como un monstruo poderoso, históricamente representado como un cocodrilo gigantesco que habita en las aguas profundas, por debajo de todo. Leviatán significa el tortuoso; que quiere decir el solapado, el que se mueve de una forma sigilosa; que se relaciona con una serpiente veloz. Isaías 27 en la Nueva Traducción Viviente dice: “la serpiente que se mueve con gran rapidez, la serpiente que se retuerce y se enrolla. Él matará al dragón del mar.”
Algunas personas creen que el Leviatán era un dinosaurio que sobrevivió, mientras que otras piensan que se trata de una criatura mitológica, un monstruo marino temido por los marineros. Sin embargo, cuando comprendemos que la Biblia es un libro espiritual que utiliza comparaciones basadas en elementos comprensibles y cotidianos para su audiencia original, vemos que estas descripciones tienen un trasfondo simbólico y espiritual que va más allá de lo literal.
Leviatán se relaciona con Satanás, pero principalmente Leviatán se relaciona con el orgullo, con el pecado que llevó a la caída y a la separación del hombre.
De lo anterior, aprendemos tres cosas:
- El ser humano es impotente ante Leviatán
- El ser humano debe tener cuidado de Leviatán
- Jehová es más poderoso que Leviatán
Porque en el mismo texto, el Señor le dice: “quién podrá contra él por lo tanto quién podrá conmigo.” Lo que el Señor está diciendo es: Yo creé a este monstruo, Yo soy el que puedo y está confrontando a Job a decirle, ¿Por qué le tienes tanto miedo a Leviatán y tan poco temor a Jehová?, Si Yo Soy el que puede contra Leviatán, yo lo creé, y lo puedo destruir, mejor escoge tener temor a Jehová.
Ahora bien, el ser humano no puede contra el orgullo.
El orgullo es un pecado tan común; todos en algun momento nos hemos sentido superiores a los demas, nos levantamos con “nuestros humores”, respondemos de manera grosera y hasta creemos que nadie puede hacer mejor las cosas como nosotros las hacemos.
Al final, todos luchamos con el orgullo, es tan fuerte que produce rebeldía en el corazón del hombre y de ahí brotan todos los pecados conocidos: lujuria, fornicación, chisme, mentira, odio, la falta de perdón, la dureza y quiere destruir Todo: amistades, relaciones, ministerio, y tu propósito.
El orgullo se mueve en medio de las aguas, las aguas es la representación de la presencia del Espíritu Santo, es la representación de Cristo.
Salmo 1:3 (Reina-Valera 1960) dice: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas. Que da su fruto en su tiempo, tY su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.”
Cristo es el agua de vida y nos limpia de todo pecado
La Palabra de Dios nos advierte: ‘Si le pones la mano encima, verás la batalla que enfrentarás’. Todo lo que representa Leviatán —dureza, destrucción— vendrá sobre nosotros si no lo arrancamos de nuestras vidas. No podemos vencerlo por nuestra cuenta; la única manera es permitir que Jehová obre en nosotros. Solo Él tiene el poder para romper el odio, el enojo y el sentimiento de superioridad.
El texto nos va a enseñar cuatro cosas de cómo se ve un orgulloso:
Versículo 1-2; hablan de cómo el hombre es incapaz; el versículo 3, empieza a predicarnos acerca de cuáles son las características de Leviatán
- Característica #1: ¿Te rogará misericordia? (NTV) Rogar viene del original que quiere decir oración ferviente
La respuesta es clara, Leviatán no ruega misericordia, no ora; por lo tanto: el orgulloso no ora, no busca al Señor, toma decisiones en su propia sabiduría, se cree autosuficiente, cree que todo lo puede.
- Característica #2: sigue el versículo 3 ¿Te suplicará compasión? Lisonjas (RVR 1960)
Eso habla de palabras sumisas, dulces; ¿te hablará dulce Leviatán? (por supuesto que no); el orgulloso habla con palabras ásperas, es chocante, hiriente, no se mueve en el amor, tiene un corazón endurecido, menospreciando a las personas.
- Característica #3: ¿Querrá trabajar para ti?, (NTV) Pactos (RVR 1960). Trabajar y pacto vienen de la misma raíz berit.
¿Leviatán sostendrá pactos?, Claro que no, Leviatán viene a quebrar pactos, compromisos, porque se cree superior a los pactos y las situaciones.
Nuestra consagración es contraria a tener control; es soltar el control para que Dios opere.
El problema es que cuando nosotros dejamos que el orgullo toque en nuestras vidas, nos va a pasar lo que nos dice Job 41:15 (Nueva Traducción Viviente), “las escamas en su lomo son como hileras de escudos fuertemente selladas.”
Cada vez que el orgullo empieza a vivir en nuestras vidas se levanta otra escama y la escama que sigue se llama Rebeldía, lujuria, chisme, crítica, burlas, chistes de mal gusto.
Job 41:16 (Nueva Traducción Viviente), “están tan apretadas que el aire no puede pasar entre ellas.”
La palabra hebrea para ‘aire’ es ruaj, que también significa ‘espíritu’. Muchas veces no nos acercamos a Cristo por orgullo; levantamos tantas barreras y capas, como escamas, que el Espíritu de Dios no encuentra espacio para obrar en nosotros. Él necesita un corazón abierto, lleno de humildad y fe, para poder entrar y actuar.
- Característica #4: ¿y ser tu esclavo toda la vida? (NTV), Siervo (RVR 1960).
Leviatán nunca buscará servir, el orgulloso nunca buscará servir, porque se cree muy digno.
El Señor nos enseña lo contrario: Él siendo Dios descendió del cielo y vino a este mundo a servir a criaturas rebeldes, orgullosas, contaminadas, infieles, destructivas, como lo somos nosotros y el Señor tomó el lugar correcto, pero también nos enseñó cómo tomar ese lugar correcto.
Juan 13: 3-7 (Nueva Traducción Viviente) nos dice: “Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios. Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Jesús contestó: —Ahora no entiendes lo que hago, pero algún día lo entenderás.”
El Señor lo que estaba haciendo no era solo un acto natural, el Señor le estaba enseñando algo en lo espiritual y le estaba enseñando cómo se trabaja con Leviatán. Con el orgullo se trabaja cuando hay humildad y la humildad habla de servicio, de dejar de lado las posiciones.
Isaías 27:1 (Nueva Traducción Viviente) dice: “En aquel día, el Señor tomará su espada veloz y terrible para castigar al Leviatán: la serpiente que se mueve con gran rapidez, la serpiente que se retuerce y se enrolla. Él matará al dragón del mar.”
El Señor empieza a arrancar escamas y vamos a ver donde el ruah de Dios va a empezar a penetrar el corazón más duro.
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