Conocimiento sin amor
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos el debido conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debería saberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él. 1 Corintios 8:1-3
En esta carta Pablo le está hablando precisamente a la iglesia de Corinto. Esta iglesia venía de un contexto de mucho paganismo y estaba pasando por un momento de mucha deserción y pleito. Se menciona que había incesto, confusión, litigios al frente de los incrédulos y estaban en peligro de negar la resurrección de Cristo.
Todas las personas tenemos conocimiento de lo que está bien y lo que está mal; sin embargo lo que sucedió con los corintios es que dicho conocimiento los volvió orgullosos pues pusieron la teología antes que los hermanos. Tenían bien los datos, pero amaban poco, eran entendidos pero no amaban a sus hermanos.
En el versículo analizado, cuando se habla de “lo sacrificado a los ídolos” se refiere a que los corintios pensaban que en la carne habían demonios, entonces ofrecían a su dios pagano sacrificios, lo cual era una acto de idolatría. Tomemos en cuenta nuevamente el contexto de que ellos venían de una cultura pagana y dicho acto lo aprendieron desde pequeños.
Ahora bien, los ídolos en sí no eran reales, y los cristianos con conocimiento les decían a los más débiles que podían comer de dicha carne, que estuviesen tranquilos; sin embargo los nuevos en la fe argumentaban que no podían comerla pues esta había sido ofrecida a los ídolos. El consejo estaba bien fundamentado; sin embargo era dado sin amor.
Pablo les mencionó en su carta que ellos tenían razón, sin embargo existía algo más importante ya que al usar su conocimiento no estaban entendiendo al más débil, y al presionar al hermano, herían su conciencia pues estaban actuando sin amor. En 1 Corintios 8:13 Pablo menciona que si la comida le era a un hermano ocasión de caer, no comería más de esa carne para no poner tropiezo al hermano. Dicho en otras palabras: no quiero el conocimiento para que mi hermano se pierda. No se trata del conocimiento de la escritura en sí, sino el cómo lo usamos: ¿para humillar?, ¿para presumir?, ¿para llevar a otros a Cristo?.
Cuando se usa el conocimiento sin amor, sólo para ganar discusiones con arrogancia y orgullo pecamos contra los hermanos y contra Cristo mismo.
De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. 1 Corintios 8:12
Lo más importante para Pablo era el amor. El estaba interesado en expandir el reino, no en mostrar conocimiento.
Muchas veces hacemos declaraciones que no edifican, ni a la iglesia, ni a los no creyentes ni a Cristo mismo. Es mi oración que el Señor nos lleve a edificar el cuerpo de Cristo; que amemos sinceramente, que amemos de verdad.
Es importante mencionar que la iglesia siempre va a tener grietas y malos entendidos. Nosotros no somos la excepción. En la iglesia actual también se han levantado divisiones y pleitos. Esto es un llamado al igual que lo hizo Pablo con los corintios pues el conocimiento sin amor empezó a hacer de las suyas. Santiago 3:13-18 dice que la sabiduría que proviene del orgullo, de ser altivo no es la sabiduría de lo alto:
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
Hay personas que creen ser más que otros porque son más sensibles al espíritu, o porque son mayores, o porque son más jóvenes, y terminan actuando con orgullo y altivez contra otros. Esto es el mismo pecado de Corinto, tengamos cuidado pues al pecar contra el cuerpo – la iglesia – pecamos contra Cristo. Dejamos el amor por el orgullo.
Hebreos 12:15 nos advierte:
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Hay personas que han sido contaminadas por un chisme, una murmuración, grupos afines, etc. Pero; ¿quién nos engañó? La misma advertencia y exhortación de la iglesia de Corinto aplica para nuestra iglesia.
Hebreos 13:17 también nos advierte que no nos quejemos unos de otros pues esto no es provechoso y nos aconseja sujetarnos a nuestros pastores.
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
La sujeción es muy importante, no existen “llaneros solitarios” en el cuerpo de Cristo – la iglesia -; no se trata de quién entiende mejor escondiendo las ganas de no sujetarse ni rendir cuentas a nadie. Romanos 13:2 menciona que toda autoridad es puesta por Dios, y quienes se oponen a la autoridad a lo establecido por Dios resisten. Somos un cuerpo, todos debemos sujetarnos a alguien más. No permitan que las personas que no lo hacen introduzcan dicho estilo de vida en su familia.
El Señor nos ha advertido al presbiterio a unirnos como nunca antes, y estamos expectantes de lo que Dios va a hacer, pues al final se trata de ser como Él, de ser como Cristo, de su gloria, de la expansión de su reino. Nuestro Dios se hizo mortal para vivir con nosotros, Jesús se hizo maldito para redimirnos de la maldición de la ley. 1 Corintios 1:10 Pablo ruega a la iglesia que en el nombre de nuestro Señor Jesucristo hablemos todos una misma cosa, y que no haya entre nosotros divisiones, sino que estemos perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Seamos uno con la iglesia, seamos uno con el Padre. Juan 17:21 “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.”
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