El Resumen – Amando con toda la mente
Hoy queremos que Dios nos hable a través de su palabra y que nos ministre.
Recordemos que estamos en una serie donde hemos meditado acerca de las cosas que son importantes para el Señor.
Esta prédica trata de amar a Dios con toda tu mente y ya vimos con el Pastor Julio lo que es amar a Dios con toda tu alma y después vendrá amar con todas tus fuerzas.
Es bueno que sepamos lo que se va a predicar próximamente, porque así indagamos, meditamos y preparamos nuestro corazón para la palabra: y así no venimos aquí en blanco sino que ya venimos preparados para el tema que se va a compartir.
Dice la palabra del Señor en Marcos 12:28, acercándose a uno de los escribas; los escribas eran los intérpretes de la ley, eran sabios, eran gente de una enorme formación bíblica en todos los campos, era gente muy inteligente. Y dice que los había oído disputar y sabía que les había respondido bien y le preguntó ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
Notemos esa pregunta, esa es una pregunta fundamental, este mismo evento se describe en Mateo 22:34 y Mateo agrega a esta declaración que no solamente es el mandamiento más importante, es el más grande o sea que lo que va a contestar Jesús nos interesa a nosotros que somos seguidores de Jesús.
Jesús le respondió: el primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.
Y dice en Mateo 22 que De este mandamiento depende toda la ley y los profetas. Todo lo escrito hasta ese momento depende del cumplimiento de este mandamiento.
Ahora les voy a contextualizar, era probablemente lo que nosotros llamamos semana santa, era la última semana de vida del Señor. Probablemente un martes santo, donde todos estaban alrededor, fariseos, los intérpretes de la ley, los herodianos, los saduceos, estaban encima del Señor, odiándolo y viendo a ver cómo encontraban en él algo de qué acusarle.
Y viene este escriba y le pregunta ¿Cuál es el primer mandamiento? y el Señor contesta con el “shema Israel, Oye Israel”, ese shema quiere decir “Oye Israel”.
Shema Israel es la plegaria más rezada, más cantada de Israel, todos los judíos piadosos la dicen al amanecer, en la tarde, y al anochecer; ese shema Israel distingue al pueblo de Dios, era el único pueblo monoteísta en ese tiempo y reconocen que Dios es uno.
Tomémonos un momento y reflexionemos por qué Dios dijo “este” mandamiento y por qué no dijo “estos” mandamientos. Les voy a contar que en Deuteronomio 6:4 donde está el shema no habla de amar al prójimo, eso viene hasta Levítico 19 ahí es donde está el mandato de amar al prójimo como a ti mismo.
Dios sabía que ellos necesitaban igual que ustedes y yo conocer el mandamiento principal, el más importante, de donde depende todo lo demás.
La forma que se reconoce que una persona ha sido transformada por Dios es por el amor; no es porque hablamos como cierto grupo de personas, no es porque andamos con una Biblia debajo de nuestro brazo.
La verdadera fe y la verdadera evidencia de que hemos sido transformados es que amamos, empecemos a llevar un registro de si estamos amando.
Dios en su palabra, nos muestra en cada evangelio donde aparecen los diferentes momentos del ministerio Jesús, nos da nuevas perspectivas de lo que pasó, pero nosotros tenemos que desmenuzar la palabra. Y eso es lo que los pastores de El Olivo, han querido enseñarnos, cómo Dios quiere ser amado.
Amarás al Señor tu Dios con todo. Les defino que todo es: todo. iNo hay más! Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas.
Hay una palabra que se enfatiza porque tiene el mensaje de contener el deseo de Dios; Dios no quiere nuestras obras, no quiere las cosas que nos sobran, el tiempo que nos sobra, las emociones y los sentimientos que nos sobran, los razonamientos que nos sobran.
Dios quiere que lo amemos de esta forma, que lo amemos con toda la mente y entonces nos preguntamos ¿Qué es la mente? ¿Porque Dios pide que le amemos con toda la mente?
Lo primero que quiero decirles es que Dios nos ha dado la mente, que es el centro de operaciones de todo. Con la mente que el Señor nos ha dado, nos permite pensar, es el lugar de tus pensamientos, razonamientos, del entendimiento y la intencionalidad.
Dios quiere que le amemos así, con toda la intención y el entendimiento, con todos tus razonamientos y con todo lo que puedas entender. Esa es la forma que Dios quiere ser amado, Dios demanda un amor completo.
Dios quiere nuestro corazón, dice en los Proverbios 23:26 “Dame hijo mío tu corazón”. El Señor no quiere a nadie en pedazos, quiere que le entreguemos todo nuestro ser.
Dios no anda buscando nuestro trabajo, ni siquiera nuestros ministerios, ni nuestros dones, talentos o dinero. Eso tiene un lugar en la vida de un cristiano, pero lo que el Señor anda buscando es nuestros corazones porque cuando Dios tenga nuestro corazón, Él bendecirá cada área de nuestras vidas.
Ese es el orden, la prioridad es Dios. Él no quiere solamente ser amado con emociones o sentimientos. Los líderes de la iglesia El Olivo, tienen en su corazón una meta y es que el pueblo de Dios a través de estos estudios logren entender cuánto de su corazón, de su alma, de su mente y aún de sus fuerzas están puestas en el lugar correcto.
Este es el tiempo para meditar, hemos orado para que Dios nos hable a lo profundo de nuestro corazón para que nos confronte, nos incomode, para que valoremos y evaluemos dónde está nuestro corazón. Ese es el propósito de lo que Dios quiere para nosotros.
Amar a Dios con toda nuestra mente supone para nosotros un gran problema.
¿Por qué supone un gran problema? Porque nosotros los seres humanos nacemos siendo aborrecedores de Dios. Esa es la verdad. Al nacer y crecer por naturaleza humana nosotros no queremos nada con Dios.
Recordemos el capítulo 3 de Génesis cuando en aquella escena fatídica donde Eva es tentada por Satanás y le deja mirar aquel árbol que Dios expresamente le había dicho a su esposo “de todos los árboles puedes comer pero de este no” y Satanás lleva a Eva en una conversación, en pensamientos y razonamientos y le dice a Eva ¿Conque Dios te ha dicho que si comes de esa fruta morirás? pues no morirás.
Lo que Satanás le dice es una mentira contra una gran verdad. Y esa es exactamente la misma estrategia de él con nosotros y ¿por qué la sigue usando? ¿Por qué él siembra en nuestra mente que debemos levantarnos en oposición contra la palabra de Dios? Por que quiere pelear por tu mente.
Satanás quiere que le entreguemos nuestra mente, llena de orgullo, de amargura, resentimiento, depresiones, ideas suicidas y de soledad. Por eso el Señor nos dice que lo amemos con toda nuestra mente.
Recordemos lo que Adán hizo cuando Dios lo buscó después de que había comido de la fruta prohibida. ¿Y qué hizo Adán? Se escondió de Dios. Porque esa es la naturaleza caída de nosotros, escondernos de Dios, escondernos de su presencia Santa. Nos convertimos en enemigos de Dios en nuestra mente y Dios nos pide que le amemos con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente.
Satanás trabajó en Eva hasta que la hizo caer en el engaño, esa era la trampa de Satanás, engañarla y Eva miró la fruta y la vio apetecible y pensó que quizás Dios estaba queriendo robarles algo. Ellos iban a ser igual que Dios y ese era el engaño de Satanás.
¿Saben por qué Satanás sigue haciendo lo mismo con nosotros?
Satanás nos dice que estamos pecando pero que podemos seguirlo haciendo ya que de todas maneras no podemos ser libres de esto, o nada nos puede pasar o esto no es tan malo. Porque desde que Eva fue tentada, la estrategia le ha servido. No ha innovado, sus tentaciones siempre apunta a la mente para hacernos caer en una mentira, en un engaño.
Cuando leemos en Proverbios 23:7 que dice “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.” es decir, somos lo que pensamos. Si nuestro corazón está lleno de falta de perdón, lleno de indiferencia hacia Dios, lleno de negligencia o de amargura, y convencido de que nuestro pecado es cosa pequeña, así vamos a actuar.
Todo lo que nosotros hacemos viene precedido por un pensamiento, tal es él en sus pensamientos, así es la persona.
¿Cómo dice la Biblia qué es la mente del hombre caído? Pablo en el Nuevo Testamento describe las mentes de los hombres carnales.
Romanos 8:5, cuando Pablo escribe a la Iglesia de Roma y cómo Pablo describe la mente del hombre caído y dice así Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Como dice Pablo, una mente carnal, es una mente que solo piensa en las cosas de la carne, una mente que está siendo controlada por sus apetitos carnales. Déjenme decirles que ustedes y yo andábamos así, ustedes y yo caminábamos así por el mundo, ese era el estado deprimente de nuestra mente.
Mentes que estaban siendo controladas por los apetitos de la carne y así dice en Tito 1:15: “Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas».
Dice que tenemos una mente corrompida. ¿Qué es una mente corrompida? Es una mente podrida, una mente descompuesta, infectada por el pecado. Eso éramos nosotros, así nos dejó el pecado de Adán y Eva.
Nacemos siendo aborrecedores de Dios, por naturaleza no nos acercamos a Él, no le amamos, no deseamos las cosas celestiales, no ponemos la mira en las cosas de arriba, solo en las cosas de esta tierra. Pero no queda ahí, Pablo dice en Efesios 4:18 “teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón”.
Dice que tenemos una mente entenebrecida, ¿a qué les suena esto? Pues ni más ni menos que es una mente que anda a oscuras, escasa del conocimiento de Dios, por falta de iluminación anda en tinieblas. Esa es la mente que Satanás quiere volvernos a poner muchas veces.
Anda en tinieblas, sin la luz de la iluminación de la palabra y Pablo en Efesios 4:17 dice «Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente«.
Habla de mentes vanas, sin propósito, piensan solo en cosas carentes de valor eterno, esa es una mente vana.
Y por último, mentes cauterizadas, 1 Timoteo 4:2 “por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia”, son aquellas que fueron puestas a prueba por Dios y no pasaron la prueba porque estaban atestadas de maldad.
Sin embargo, si Dios hace una solicitud sobre este mandamiento de amarás a Dios con toda tu mente es porque Dios ha provisto para nosotros la solución. Dios ha provisto para nosotros ese medio redentor para que nuestra mente sea sanada y transformada.
El Señor nos sacó de donde ibamos rumbo a la muerte, nos transformó en el momento en que estuvimos en contacto con la predicación del Evangelio. Por eso es que hay que ir a hablar del Evangelio, hay que proclamarlo, defender la integridad y la pureza del evangelio, porque el evangelio es poder de Dios para todo aquel que cree.
Las palabras del Evangelio son poder de Dios para todo aquel que cree. ¿Cómo lo hace el Espíritu Santo? Nosotros no lo vemos pero un día, ustedes y yo fuimos expuestos a las palabras del Evangelio y el Espíritu Santo vino sobre nosotros, nos dio dolor, convicción de pecado y nos dio arrepentimiento.
Dios nos predicó una palabra que trajo vida, vino y sopló sobre nuestro corazón y con una mente entenebrecida, vana, corrompida pero Él sopló vida.
Si hoy no estamos viviendo en vida abundante es porque no queremos, porque Dios ya la proveyó para su pueblo. Si hoy vivimos en derrota es porque no hemos conocido la verdad y porque no hemos interiorizado lo que Cristo pagó en la cruz por nosotros. Porque ya lo que Dios tenía que hacer ya lo hizo y lo que tenemos que hacer es aceptarlo, abrazar ese evangelio de salvación.
El blanco de Satanás es nuestra mente, no ha dejado de usar las mismas artimañas desde el principio a pesar de que hemos nacido de nuevo y de que tenemos el Espíritu Santo de Dios en nosotros para vencerlo.
Esto sucede cuando le damos lugar a la carne, a las emociones y a los sentimientos antes que a la palabra. Cuando menospreciamos la obra de Cristo en la cruz.
Hebreos 8:10, dice así: «Por lo cual este es el pacto que haré con la casa de Israel; el escritor de los Hebreos está hablando de que esto se cumplió en Cristo. Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo».
Dios dice que Él ha escrito sus leyes en nuestras mentes y las ha puesto sobre nuestro corazón. ¿Pero qué significa eso? Si estamos en comunión con Dios Él va a traer a nuestros corazones la palabra para que conozcamos su voluntad perfecta para que nos humillemos, reconozcamos nuestros pecados y sepamos cuál es su estado espiritual.
Dios hizo un pacto, 1 Corintios 2:16 dice: Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Hemos nacido de nuevo, los de la familia de Dios tenemos la mente de Cristo. Nuestra mente ha sido renovada porque Él dice en su palabra “dónde está el corazón tal es Él” y ahora nuestro corazón y pensamientos deben estar donde está la mente de Cristo.
¿Y dónde está? ¿Cómo podemos conocer la mente de Cristo? ¿Queremos saber cómo piensa Dios, cómo razona, cómo envía mandamiento al pueblo de Dios? ¿Queremos saber cuál es el camino en el que deben andar? Ese saber está en la Biblia.
¿Pero le amamos, tenemos sed de la palabra de Dios cuando la leemos, en la tarde la recordamos porque hemos reflexionado y meditado durante todo el día, la atesoramos como una gran fortuna?
La palabra no es solamente el Salmo 91 puesto en la sala de la casa o la palabra es algo que solamente está hecha polvo en la mesa de noche. La palabra se piensa, se ama y se apropia.
Amemos la palabra de Dios porque la palabra dice en Salmos 3:3: «Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza».
¿Estamos memorizando palabra, la tienen pegada ahí frente a nsootros para que constantemente vaya renovando el espíritu de nuestra mente?
Los pensamientos negativos, el monólogo interno negativo en el que nos metemos los seres humanos: yo soy un fracasado, a mí nadie me quiere, yo no voy a poder, voy a perderlo todo, y a mí nada bueno me pasa. No decimos eso cuando estamos frente a Dios porque el que nos está hablando no es Dios ni su palabra, es la estrategia de Satanás para atarnos y traernos dolor, humillación, desánimo y soledad.
Por eso hay que ir a la Biblia, porque ahí está la mente de Dios, ahí está vertida toda su voluntad, ahí está la vida. La palabra penetra hasta romper las coyunturas.
¿Es la palabra de Dios una prioridad en nuestra vida? En la lista de prioridades, ¿es Dios el primero? No se va a conformar con menos.
¿En qué gastanos nuestros pensamientos? Filipenses 4:8 dice: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad».
Dios no va a detenerse hasta que haya formado en nosotros el carácter de Cristo.
Entreguemos nuestros pensamientos a Dios, sus pensamientos son de bien para nosotros, pidamos a Dios que nos muestre el carácter de Cristo en nosotros.
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