¿Quién dices que soy yo?
Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Mateo 16:13-17.
Hoy queremos destacar el versículo 17, la respuesta que Jesús le da a Pedro: Entonces respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Es imposible que Pedro en su humanidad, en su naturaleza humana, pueda tener semejante conocimiento. La revelación que tiene Simón solo puede venir del cielo; como tú y yo hemos recibido la revelación de quién es Cristo. La vida humana no conoce a Jesús; tiene que ser el Padre quién nos revela a través del Espíritu Santo quién es Cristo.
Era necesario que los más cercanos de sus apóstoles supieran quién era Jesús, para que así ellos levantaran el proyecto de Dios que era la Iglesia. Tal vez no lo sepas, pero Dios fue quien te reveló al Hijo (Jesucristo) no fuiste tú, no fue tu carne, no fue tu inteligencia, ni tu sabiduría, ni tu sentido común. Dios tuvo misericordia y un día puso su conocimiento en ti para revelarte a Cristo.
¿Quién dice la gente que soy yo? Para Jesús era importante hacer esta pregunta. Ahora ¿quién es Jesús en tu vida? Podrías decir como Pedro: Tú eres el Cristo, el mesías, el ungido, el prometido, el Hijo del Dios viviente; ¿Podrías decir eso y vivir de acuerdo con esa declaración? ¿quién es Jesús para ti? ¿Es religión, costumbres, un adorno, es un buen tipo? O ¿Es Jesús tu todo, el que te guarda, el que te cuida? Cantamos siempre de un Dios todo poderoso, pero vivimos como que si no tuvieras un Dios así; desconfiamos de su palabra, no guardamos su palabra, no hacemos de su palabra el estandarte de nuestra vida.
Jesús nos dice: ¿quién dices tú que soy yo? Te has preguntado porqué de esta pregunta? porque la respuesta marcara tu futuro. Si tú no sabes quién es Cristo, si tú no sabes quién vino hacer morada en ti, si tú no sabes quién tomó tu pecado y quién te ha dado una nueva oportunidad de vida entonces no vas a poder perseverar en el futuro.
Cuando Simón Pedro contesta correctamente quién es Jesús, Él le da su identidad; ahora estás listo, estás preparado Pedro. Ahora estás preparado para que yo te diga quién eres tú. Tu eres el que va a llevar adelante mi evangelio.
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mateo 16:19.
Esta declaración es también para ti. Juan 1:12 nos dice, Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios. Usted no es hijo de la casualidad, o de la orfandad, usted no es hijo de abandono, usted es HIJO DE DIOS.
Dios es tu padre, el que te apartó, el que te soñó. Si usted tuviera la revelación de Dios de quién eres en Cristo, serías premiado. Efesios 2:10 dice que fuiste echo a su semejanza. Dios padre está formando el carácter de Cristo en ti; y Dios no descansará hasta formar ese carácter en ti. ¿Tienes revelación de eso? Te podríamos decir bienaventurado (a) porque has recibido esta revelación, o ¿caminas por la vida sin saber quién eres? Dejándote arruinar, recibiendo ofensas, o cayendo en amargura porque la gente no te alaba o no te reconoce. Entonces no tienes revelación de la palabra, no has podido entender lo que Dios dice acerca de ti.
Sabes que toda persona nacida de Dios no practica el pecado, peca porque su naturaleza es débil, pero se arrepiente y se levanta, no se queda en la práctica. Si naciste de Dios, entonces tienes el poder para vencer el pecado.
Tienes el poder para vencer a satanás y sus huestes. Romanos 8:1 dice que ninguna condenación hay para los que están en Cristo. ¿Caminas con esa mente de victoria o siempre estás oprimido? ¿Sientes que pecaste y hay culpa en tu vida? La Biblia menciona que un corazón contrito y humillado Dios no lo despreciará nunca. Cuando hay alguien que se humilla Dios no cierra sus puertas, Dios es misericordioso y fiel en restaurar tu vida, ¿entiendes eso? O de vez en cuando le abres las puertas a Satanás con la fatalidad, o esas palabras de censura o ese dedo señalador o esperar el futuro con pesimismo, ¿sabes porqué? porque necesitas recibir revelación de Dios, necesitas recibir lo que Jesucristo hizo en la cruz. Si te postras y te humillas delante de Dios, Él te guardara en completa paz. (Isaías 26:3).
Presta atención lo que Cristo dice de ti. Ya no te llamarás más caña endeble, sino te llamarás piedra fuerte, valiente.
Da más lugar a la revelación de Dios y menos a lo que Satanás dice de ti.
¡Vive en la verdad de Cristo!
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17.
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