Volver a la presencia de Dios

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Siempre he pensado, y siempre se me enseñó, que ser cristiano es más que asistir a una iglesia. Los cultos, las reuniones, las amistades y todo lo hermoso y valioso que ofrece ser parte de una congregación son cosas muy importantes, pero no son lo más importante. Son partes que complementan lo que realmente es importante: una relación personal con Dios.

Al trabajar en una congregación, en un buen resumen, lo que uno espera (más que esperar es un anhelo) es ver fruto de una relación con Dios en cada persona. Cosas como crecimiento, surgimiento de ministerios, restauración, sanidades y cambios en las personas son precisamente frutos de esa relación personal con el Padre.

Pero ¿Por qué no se ve crecimiento? ¿Por qué aunque hay trabajo y discipulado, las personas no parecemos crecer?

La respuesta es sencilla, no tenemos tiempos extendidos con Dios. Hemos perdido el hábito de ir a la presencia de Dios.

Recientemente Dios ha puesto en mi corazón el peso de volver a su presencia. Pero ¿no se supone que somos cristianos y que oramos y conocemos a Dios?, el problema está en que aunque decimos que lo hacemos, la evidencia dice que no.

¿Por qué aunque hoy existen más iglesias que nunca antes y el evangelio es llevado por misiones, internet, radio y televisión, no se ve el impacto de Cristo en nuestras ciudades, barrios, pueblos, universidades, colegios y trabajos? La respuesta, aunque nos duela, es que nosotros no hemos tenido tiempos con Dios para tener algo que dar de parte de él, algo con que impactar a los que nos rodean.

Los cristianos han caído en la trampa de llenar con actividades cómo cultos, congresos, escuchar emisoras de radio y ver canales de televisión el tiempo de estar en la presencia de Dios. Cuando me he sentado a conversar con alguna persona y le pregunto por el estado de su relación con Dios usualmente tengo respuestas como “muy bien, ayer vine a la iglesia”, “excelente, escuché una prédica que me llegó al corazón” y lo primero que pienso es “¡NO, NO ENTIENDES!”.

¿Cómo ha estado tu relación con Dios?

No te estoy preguntando por cuáles libros hayas leído o que predicadores vienen al congreso, sino cómo ha estado tu relación personal con Dios.

No te equivoques, ver un canal cristiano o leer un buen libro son buenas cosas, no estoy diciendo que sean malas, pero me refiero a cuando fue la última vez que solamente te postraste en tu cuarto en silencio rindiéndote delante de Dios, que viniste y tuviste una conversación honesta con Él sin esconder nada, mostrando tu dolor y cansancio. Te estoy preguntando por la última vez que cantaste en tu cuarto, no una canción aprendida de Hillsong, Marcos Brunet o cualquier otro músico, sino una alabanza que salió de tu corazón, un canto de amor para Dios. No quiero que me cuentes sobre el servicio de ayer ni sobre tu reunión de oración. Me refiero a la última vez que Dios te habló a ti. No te pregunto por la prédica de el pastor famoso, sino por la última vez que Dios te dio una palaba fresca, no un reciclado de una enseñanza, sino una revelación para ti. ¿Cuándo fue que ocurrió eso? ¿Lo recuerdas?

Entra confiadamente

El plan de Dios, con toda su inmensidad y complejidad, con todos los hombres y mujeres que usó, a través de miles de años y con el maravilloso sacrificio de la cruz, tiene un objetivo fundamental, y ese es que tú estés cerca de Él. Dios ha hecho todo para que estés cerca de Él, no para que trabajes para Él, no para ser uno más en una reunión, solo para que estés cerca de Él.

Todas las religiones muestran a Dios como un ser inalcanzable, perfecto en los cielos y  que tu eres un simple mortal indeseable, indigno y lleno de mal. Pero la biblia dice que Dios te amó desde antes de que nacieras y ha estado pendiente de ti (Salmo 139:16), que él se dio por ti (Juan 3:16) y que te apartó para que fueras su hijo (Efesios 1:3-5).

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” Hebreos 4:16

Me encanta que este versículo usa la palabra “confiadamente”. Una de las definiciones de esta palabra es “con seguridad” y otra “sincerarse con alguien”

Dios quiere que te acerques a Él confiadamente, seguro de que Él te escucha, quiere que seas sincero porque Él te ama, te conoce perfectamente y su amor no es condicional a cualquier cosa que hayas hecho o dejado de hacer, simplemente te ama y se deleita en ti,  se regocija en ti y te rodea con cantos de amor (Sofonías 3:17).

Hazlo en lo secreto

 “Mas tu, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público” Mateo 6:6

Dios quiere tener contigo una relación de intimidad. Los cultos de adoración y reuniones con muchas personas son increíbles y Dios se mueve al ver un pueblo humillado y deseoso de su presencia, pero nada es sustituto de la intimidad en lo secreto y Jesús fue enfático en eso.

Para terminar te dejo 3 puntos para que tengas una mejor perspectiva de una buena relación con Dios.

1.      Dios no tiene nietos, sólo hijos.

Muchas veces las personas creen que su relación con Dios es responsabilidad de su pastor, y por otro lado muchos pastores y líderes se ponen en sus hombros la relación entre Dios y otra persona, y las cosas no funcionan de esa manera. Cada persona es responsable de su propia relación con Dios. Los ministros, sea en la forma que sea (pastores, escritores, músicos, discipuladores, maestros, etc.), sólo son personas que Dios usa (cómo puede usar a cualquiera que esté dispuesto), no son una representación de Dios en la tierra, ellos están para ayudarte no para tener una relación con Dios por ti. Sólo tú eres responsable de tu relación con Dios.

2.     Tu tiempo de servicio no es estar con Dios

Cuando las personas comienzan a servir en alguna área caen en la trampa de sentir que su servicio es estar con Dios. Ir a pintar la iglesia, redactar una enseñanza, discipular a alguien, visitar a alguna persona, todas estas cosas con tu servicio a Dios, no tu tiempo personal con Él. Incluso asistir a un culto no sustituye el tiempo personal con Dios.

3.     Vivir de lo que otros tienen de Dios no es estar con Dios.

Como ya mencioné anteriormente ver predicaciones, escuchar grabaciones, leer libros o ir a congresos y conferencias no son cosas malas, por el contrario son cosas edificantes y Dios puede bendecirte a través de ellas, el problema se encuentra en que esa sea tu dieta habitual. Es como si vivieras de comidas enlatadas. De vez en cuando podemos comer comidas enlatadas, pero tenemos problemas cuando sólo comemos eso. Es igual con el caso de los libros y conferencias, esas son cosas y experiencias que Dios dio a esas personas y está bien que las leamos y escuchemos, pero Dios tiene algo fresco, único y especial para cada persona. No vivas de enlatados, vive de lo fresco que Dios tiene.


Comentarios

  1. Mireya Regalado : febrero 26, 2019 at 12:00 pm

    Gracias…

    • que reflexion tan coherente con la realidad ,gracias por que hace analizar lo que verdadeamente estoy haciendo en mi vida con MI RELACION DIOS

  2. oskarly Molina : agosto 22, 2019 at 10:17 am

    Realmente estoy viviendo ua situación parecida, se que estar lleno de actividades no sustituye mi relación con el y sin darme cuenta asi fue, pero hoy estoy dispuesta a recuperar mi entimidad con el, aunque en mi mente se habian formado pensamientos contrarios como que no seria lo mismo ó como que ya Dios no me veria igual q al principio, gracias por su enseñanza, se les ama

  3. Mil gracias… Nesecitaba una palabra y El me respondió através de este mensaje… Bendiciones querido pastor.

  4. muy buena la enseñanza, bendiciones.

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