Devocional: El Poder del Perdón – Día 3
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Fomentando el perdón entre personas
“Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.”
Efesios 4:31-32
Tengo la costumbre de dar la siguiente respuesta cuando una persona tiene un conflicto con otra y me lo comenta a mí: «¿Ya hablaste con ella / él?» Todos los seres humanos somos diferentes y aún como creyentes estando unidos en Cristo, vamos a tener en algún momento discrepancias. Y aunque parezcan pequeñas diferencias pueden causarnos un conflicto mayor sino se resuelven lo antes posible.
Recientemente, tuve una situación particular con una amiga muy especial para mí. En cierta ocasión, ella me comentó de un evento similar – un malentendido – por el que estaba pasando con alguien más. Mi respuesta fue: “Habla con ella. Estoy casi segura que no fue con mala intención”. Dice la Biblia que «Dios nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación», es decir, restaurar algo que estaba roto – o a punto de romperse -.
Sin embargo; no me agrada dar un consejo que no esté dispuesta a aplicar. ¿Porqué dar el primer paso para la reconciliación es tan difícil? Porque llega la mentira que nos dice “no es nada; nada pasa, déjalo así. Ya se olvidará.” ¡No! ¡Eso es orgullo! ¡Habla! Pero primero ora y sé guiado por el Espíritu de Dios. Seguir a Cristo implica OBEDIENCIA, aunque duela, nos critiquen, se burlen e inclusive aunque el resultado no sea el esperado.
Mi amiga y yo conversamos. Mi intención fue y siempre será “no me importa quién tenga la razón”, no permitamos que el enemigo tome ventaja. Sin embargo, sí es importante expresar como nos sentimos sin acusaciones, resentimientos y mucho menos preparando un argumento de ataque. No actuemos «en la carne»; si pertenecemos a Cristo, debemos ser consecuentes a ello. Al final; en medio de la reconciliación está el Señor y le estamos dando gloria a Él. Obedecer, nos permitió crecer: en nuestra amistad y en el Señor.
Si conoces a alguien que tenga un conflicto con otra persona, anímalo a resolverlo, sé bíblico y actúa con imparcialidad, y sobre todo practica la reconciliación y el perdón vos mismo con los demás. A Dios le agrada. ¿Actúas impulsivamente o en obediencia a quién dio su vida por ti?
Oremos:
Señor, gracias por perdonar mis pecados y reconciliarme con el Padre en la cruz a través de tu sacrificio. Guíanos siempre a perdonar y reconciliarnos con otros así como tú lo hiciste con nosotros. Quita toda mentira y arranca todo orgullo de nuestro corazón que nos impide y nos limita a actuar como tú lo hiciste con nosotros amado Señor Jesús. En tu Santo nombre te lo pedimos, amén.
Alejandra Rodríguez
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