¿La felicidad es igual a ser perseguido?
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“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.” –Mateo 5:10
El tipo de persecución que Jesús está hablando no es la persecución a causa de ser vulnerable. No es la persecución a causa del color de su piel. No es la persecución a causa de cualquier tipo de perjuicio. Él está hablando acerca de los que padecen persecución por causa de la justicia. Entonces, ¿qué es la justicia? Es estar bien con Dios. ¿Cómo se obtiene? Dios nos da Su justicia gracias a Jesucristo. No por nada de lo que hemos hecho, sino por lo que Jesús ha hecho por nosotros. A causa de la justicia de Dios en Cristo, recibimos esa relación correcta con Dios por medio de la fe. Esto es un regalo de Dios.
Cuando se trata de ser perseguido por causa de la justicia, en realidad hay dos maneras principales en que esto puede ocurrir en nuestras vidas:
- Cuando nos negamos a renunciar a nuestra fe o cuando nos negamos a permanecer en silencio acerca de nuestra fe en que Dios nos da la oportunidad de compartirla.
- Cuando nos negamos a participar en el compromiso moral que nos llama a comprometer nuestros valores bíblicos de una manera que significaría negar nuestra fe en Jesucristo.
Lo que muchos cristianos no se dan cuenta es que hoy hay mucho más persecución en el mundo hacia los seguidores de Cristo que en la historia de la humanidad. Importantes investigaciones estiman que los cristianos están siendo violentamente asesinados, hoy en día más que nunca en la historia, debido a alguna relación con su fe. Esto va más allá de la persecución hacia la iglesia del primer siglo, que perturba la mente. Esto es un recordatorio de que esta persecución sólo aumentará cuanto más y más cerca estemos a la segunda venida de Jesucristo. Es simplemente la naturaleza de hacia dónde va el mundo. Así que la pregunta para el seguidor de Jesús es -¿estás dispuesto a creer esta afirmación paradójica que hace Jesús sobre la felicidad? «Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.» El reino de los cielos no es una mala oferta. Es la felicidad – ¡para siempre!
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