Devocional: ¿Qué Celebramos – Día 2
Plan devocional 2 de 5
Su amor
“Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo por decir semejantes cosas. —¡Dios nos libre, Señor!—dijo—. Eso jamás te sucederá a ti. Jesús se dirigió a Pedro y le dijo: —¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.
Mateo 16:22-23
Una de mis luchas más grandes es confiar en que el Señor está en control de mi vida y futuro. ¿Suena loco verdad? Porque no hay mejores manos en las que podría estar, sin embargo, a veces dudo de lo que Dios quiere o puede hacer en mí. Últimamente he tenido muchísima curiosidad por conocer a Jesús como persona (su carácter y su forma de hablar) y Mateo 16: 22-23 nos da un muy buen ejemplo.
Después de leer este pasaje de Mateo, me puse a pensar – ¡Que incómodo que es ser humano! – Piénselo, tenemos que tomar un promedio de 8 vasos de agua por día, comer de 3-5 veces, dormir 8 horas, hacer ejercicio y eso sin contar nuestras obligaciones familiares, socioeconómicas, pruebas y dificultades. Jesús, el hijo de Dios nos amó tanto que dejó su divinidad y se hizo hombre. Jesús fue tentado (Mateo 4:1-11), no tenía donde posar su cabeza (Mateo 8:57-58), lloró muertes de personas que amó (Juan 11), sufrió humillación y burla (Lucas 22, 63-65) y tuvo una muerte muy dolorosa (Lucas 23: 26-56).
En cierta manera me gozo al leer que el mismo Jesús haya dicho, “representas una trampa peligrosa para mí”. Al tener que apartar la tentación tan abruptamente nos deja ver que, a pesar de lo difícil que fue para Él nacer, vivir y por supuesto morir por nosotros, cada segundo de la vida de Jesús fueron un sacrificio de amor por mí y por usted. ¡Jesús entiende nuestras luchas! Él las vivió, voluntariamente, ¡por amor! ¡No hay mayor expresión de amor que esa!
Oremos:
Señor, Tú conoces nuestras dificultades y nuestro dolor. Ayúdanos a verte, a conocerte más, a vivir como vivió Jesús y que nuestro carácter sea más como el de Él. Abre nuestros ojos para que podamos ver tu amor y nuestro corazón para que podamos recibirlo. Amén.
Amanda Villamil Saranie
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