De muerte a vida
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De muerte a vida

Es importante recordar como es que hoy en día, usted y yo tenemos acceso al Evangelio, a la Buena de Noticia de Salvación a través de la obra redentora de Jesús.

Millones de personas pasaron desiertos, montañas para que tuviésemos este mensaje hoy; nos amaron tanto como Jesús amó a Su Iglesia. El holocausto más grande, largo, cruel y perverso en la humanidad ha sido a los creyentes. Desde la muerte y resurrección de Jesús llevamos casi 2000 años en que los cristianos han sido perseguidos y asesinados, por su único crimen que es creer en Jesucristo; sangre inocente de millones ha sido derramada por llevar el mensaje.

Primero los judíos poderosos los persiguieron porque este mensaje les afectó en su estatus quo y a su sistema religioso; así que tomaron la decisión de comenzar a matarlos empezando por uno de los primeros discípulos: Esteban; quien murió apedreado.

Después pueblos paganos entre Israel y Roma comenzaron a perseguir a los cristianos y luego vino uno de los enemigos más grandes del Imperio Romano. En el año 64 comienza una persecución contra los cristianos, siendo acusados de crímenes que no cometieron, fueron arrestados, torturados y crucificados.

Los niños eran arrojados a animales salvajes en las fiestas, los cristianos eran usados como antorchas cuando eran quemados. Pedro y Pablo fueron capturados en ese tiempo y fueron asesinados por los romanos. Los crímenes se volvieron cada vez más violentos hasta llegar al año 324 cuando Constantino establece que el cristianismo iba a hacer división de Roma y parecía que la persecución iba a terminar; sin embargo, sucedió todo lo contrario.

Por mil años el sistema romano persiguió a los cristianos y el mensaje del Evangelio no era llevado al mundo. Sin embargo; el Señor siempre levanta personas valientes para hacerlo. John Wycliffe fue un hombre adinerado que comenzó a notar que lo que enseñaba Roma no se comparaba con la Palabra, así que vendió todo lo que tenía y comenzó a producir la Biblia en inglés, pero a la iglesia romana eso no les gustó, así que lo excomulgaron, lo enviaron a matar, sin embargo, este hombre murió antes de que lo asesinaran. Era tanto el odio hacia él, que la iglesia quemó sus huesos para asegurarse que nunca fuese venerado.

Jan Huss fue otro hombre que en los años 1400 continuó con el mensaje del Evangelio, y creía firmemente que la gente debía tener acceso a la Biblia y comenzó a traducirla, sin embargo, algo por esta razón también lo arrestaron y lo quemaron. Sus seguidores siguieron predicando el mensaje del Señor por una década más.

En el periodo de la reforma, aparece Martín Lutero quien pegó sus 95 tesis en una iglesia en Wittenberg de las cuales entre las más conocidas y destacadas están que la Biblia es la palabra de Dios, y que la Salvación es por gracia y no por obras, un regalo inmerecido de Dios para el hombre. Así que lo que este hombre leyó en la Biblia no se comparaba a lo que los religiosos de ese tiempo enseñaban (cobraban indulgencias para “perdonar los pecados y comprar la salvación”), fue así que también comenzó una persecución enorme. Muchos cristianos huyeron y salieron de Inglaterra, llegando a Estados Unidos, a tierra de nadie y después vienen de los peores enemigos del cristianismo: los comunistas.

Todo lo que Jesús ha dicho se ha cumplido y se cumplirá; Juan 16:2 nos dice: “Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.”

Hoy estamos aquí hablando del mensaje más importante que llegó a nosotros, donde hubo hombres y mujeres que ofrecieron todo, hasta sus vidas, para que nosotros tuviésemos ese mensaje hoy.

Evangelio quiere decir Buenas Nuevas, y era un término que se usaba en el mundo antiguo para para cuando venían cosas nuevas, como un rey nuevo para un pueblo que quizás estaba hundido y desesperado, y ese rey traía esperanza de un mejor mañana.

Y ahora tenemos este mensaje donde no se trata de cualquier rey si no del Rey de Reyes y Señor de Señores, el Hijo de Dios que vino al mundo para salvarnos. Juan 3:16 resume esto así: – dice que Dios nos amó tanto, que el Rey de Reyes entregó lo que más amaba por cada uno de nosotros. Y; ¿cómo sabemos que Dios nos ama? Porque sus actos lo dicen: Él tomó lo que más amaba, a Su Único Hijo y entregó Su vida, para que tu y yo tuviéramos salvación; para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga vida eterna.

Creer en Él no significa cree que solamente en que Jesús existió; todos los historiadores saben que es así, inclusive el libro de Santiago nos dice que hasta los demonios creen y tiemblan. Para nosotros creer es entender el mensaje, entender que estábamos perdidos y el día que conocimos a Jesús volteamos para otro lado totalmente, nos arrepentimos de nuestro caminar, y hubo un cambio, un giro total y a partir de ese momento lo seguimos, somos sus siervos, vivimos por Él.

Una vida no es transformada por una oración de 5 minutos; seguir a Jesús es una vida entregada a Él. Como creyentes y seguidores de Jesús sabemos que al morir tendremos vida eterna y que un día estaremos con el Señor; la gran noticia se llama Jesucristo.

El mensajero y el mensaje es Jesucristo. Los judíos están igual de perdidos que los musulmanes porque no tienen el mensaje; solo tienen una parte, pero no poseen lo más importante.

Saulo de Tarso era uno de los fariseos más importantes y adinerados de su época, tenía posición tenía “todo”, era un judío piadoso, cumplía a la perfección la ley y era un perseguidor de los cristianos; pero se encuentra un día con Jesús. Este hombre tenía el mensaje, parte del mensaje como cualquier judío pero no tenía al Mensajero. Saulo recibió el mensaje del Señor y su vida cambió radicalmente.

Veamos la vida de Pablo para que conozcamos cómo es la mente y  las acciones de un Evangelista; pero entendamos que todos somos llamados a llevar este mensaje, es nuestra responsabilidad como seguidores de Jesús.

En 1 Corintios 1:23-24 Pablo nos dice: “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”

Pablo sabía que el ambiente sería hostil, predicar a los judíos sería difícil. El judío es como cualquier sistema religioso donde este se basa en las obras, en pensar que lo que hacemos trae salvación; pero la palabra dice que no es sino cuando se nos quita el velo que podemos ver con claridad. Nada de lo que hagamos va a hacer que Dios tenga misericordia de nosotros, es la sangre de Jesucristo la que va a hacerlo.

Cualquier sistema religioso es simplista, al vacío Pablo le llama rudimentos del mundo; es eso elemental, a veces algo sencillo es lógica humana pero no estamos hablando de lógica humana estamos hablando de un Dios que nos amó tanto que a través del sacrificio de Su Hijo en la cruz nos justifica, nos perdona y nos salva.

Dice la palabra que para los gentiles el mensaje es locura, la gente que no conoce al Señor nos va a cuestionar por ejemplo que para qué venimos a la iglesia; viven para si mismos, comparten un mensaje sobre seguir sus sueños de felicidad y placeres. Pero el mensaje de la Biblia no trata de eso. Vale más la pena cosechar en el reino de Dios que en la tierra donde todo se pierde. La persona regenerada, hecha nueva en Cristo busca las cosas de arriba no las cosas de este mundo.

Pablo sabía que el mensaje que tenía era poderoso. Siendo este hombre judío, estaba totalmente perdido y él supo que el mensaje de Jesucristo le cambió la vida.

Como creyentes todos somos responsables de llevar el mensaje, pero debemos recordar que solo el poder de Dios hace que las personas cambien. La Biblia nos enseña que Dios habla y las cosas suceden y todo ese poder fue dado en el nombre de Jesucristo. La expresión más grande de poder es la salvación que cambia la eternidad de la gente, puede hacer que alguien que estaba muerto viva para siempre.

Un evangelista entiende que el ambiente va a ser hostil, que se van a burlar de él y que lo van a ver como un loco, que lo van a perseguir, a querer matar, pero entiende que en sus manos tiene el mensaje de los mensajes tiene el poder más grande. Pablo nunca sintió miedo de ningún hombre, predicó frente a filósofos, sabios, gobernantes, líderes políticos y nunca se avergonzó del mensaje. Él sabía que todo valía la pena por Jesucristo.

Hechos 17 16 dice que “Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.” Pablo estaba en la cuna de los sabios, en el lugar más importante para los filósofos y los sabios de su tiempo y también era el lugar donde estaban cientos de ídolos y este hombre se dice la palabra que se estaba quemando por dentro por llevar el mensaje.

Pablo nunca se quedó callado, discutía en la sinagoga con los judíos; en las plazas, hablaba y llevaba el mensaje; él predicaba el evangelio de Jesús y sobre la resurrección. Pablo predicó en la ciudad más importante de los pensadores de su tiempo donde pasaban los juicios y tenían discusiones al más alto nivel.

 Hechos 17:22-23 nos dice: “Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.”

Los griegos, pensadores y filósofos se habían dado cuenta que al hombre le faltaba algo, los pensadores del tiempo habían comenzado a buscar dentro de ellos qué es lo que pasaba, porque el hombre necesitaba algo: salvación.

Hechos 17:24 “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas”. Lo que Pablo estaba diciendo era que el único Dios verdadero no cabía en ningún templo, que Él Señor es muchísimo más grande que cualquier cosa hecha por los seres humanos.

Los dioses del mundo, construidos por hombres con mentalidad humana y finita, eran solamente eso: cosas que si se caían se destruían. Pero el Único Dios verdadero es quien da vida y aliento a todas las cosas.

Los griegos pensaban que ellos eran especiales, que eran descendientes de dioses pero ante los ojos de Dios todos somos iguales

La Biblia dice que somos linaje de Dios, pueblo escogido, no se trata de como Pablo lo dijo de tener oro ni plata, cosas materiales, se trata de una responsabilidad, y esa responsabilidad es llevar el mensaje. Somos mensajeros, aquellos que Dios escogió no por algo que hayamos hecho, somos un montón de personas equivocadas llenas de tantas cosas que eran contrarias a Dios, estábamos tan perdidos y aún así Él decidió revelarse a nuestras vidas, perdonarnos y restaurarnos.

Tenemos que llevar este mensaje de salvación, la vida es tan corta, y tantas veces como cristianos nos la pasamos peleando y criticando a otros cristianos por sus diferentes denominaciones, y esto solo muestra que no hemos entendido nada del mensaje.

Pablo fue un hombre que estaba lleno de orgullo, pero camino a Damasco el Señor lo deja ciego y así este hombre se volvió al Señor. Mateo era publicano, un recaudador de impuestos, un traidor  similar a un político corrupto en nuestros tiempos, pero el Señor le demostró que hasta para un político corrupto había lugar en el reino de Dios.

Cuando vayamos a dar el mensaje, procuremos conocer a las personas con quienes vamos a hablar pues así lo hizo el Señor con nosotros cuando nos conoció: lo más profundo de nuestro corazón; y pidamos a Dios que nos revele una palabra para dar, que no sea un evangelio impuesto sino uno de amor, que sea llevado tal y como Jesús lo hizo.

No temamos hablar de Jesús porque Él no se avergonzó de morir en una cruz humillado y desnudo por ti y por mí.

14-Feb-21
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