Respuesta Radical: Pureza Radical
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Respuesta Radical: Pureza Radical

Existe un cuento que habla de un indio que caminando por un bosque se encuentra un huevo y tomándolo se lo lleva a su gallinero. Cuando nace se da cuenta que era un polluelo de águila, el cual se crio entre gallinas, provocando así que aprendiera a comer y a no volar como lo hacían las gallinas.

Un día un águila extendió sus alas sobre las gallinas y el polluelo le preguntó: “y ¿esta ave quién es? ¡Qué alas más majestuosas, qué gran vuelo tiene!”. La gallina le respondió: “esa es la reina de las aves, vuela a lugares y alturas que nunca podremos alcanzar, caza a los animales que nos atacan”.

El polluelo vuelve a preguntar: “¿Qué hay que hacer para ser águila?”; a lo que la gallina le respondió: “Usted nació siendo gallina, de ahí nunca vas a pasar”. Ese polluelo creció y murió sin llegar a cumplir su propósito.

Ambas eran aves, pero una era águila y la otra gallina.

Dios nos ha llamado a nosotros ser águilas, pero el mundo y el enemigo nos empujan a ser gallinas y con mentiras hacernos creer que no podemos alcanzar el propósito de Dios para nuestras vidas.

En la enseñanza de hoy aprenderemos que el águila es radical, y debemos decidir si queremos ser águilas o gallinas.

La Palabra habla de que Jesús se dio por nosotros; Él decidió dejar el cielo para venir a morir por usted y por mí, y decidió sacrificar su comodidad con el Padre por amor a nosotros.

La vida del cristiano radical no es sencilla.

En la Biblia, se relatan historias de hombres usados grandemente por Dios los cuales vivieron una vida diferente a los demás. Ellos estuvieron dispuestos a sacrificar cosas importantes para ser usados por el Señor en milagros, señales y prodigios, los cuales daban gloria al Padre.

La pureza es la ausencia de todo lo que contamina, la cualidad de que no hay defectos, ni errores ni alteraciones. Así como el oro se purifica en el fuego, ese fuego puede significar pruebas, pero muchas veces también son sacrificios que debemos hacer para ser purificados. ¿Estamos realmente dispuestos a pasar por el fuego de esta manera?

La vida de aquel que es puro es aquella que el pecado no determina las elecciones de lo que la persona hace.

¿Cuántas actitudes mantenemos de la pasada manera de vivir antes de entregar nuestra vida al Señor? Porque si mantenemos algo de nuestro pasado antes de Cristo, necesitamos más fuego, más purificación.

Daniel 1:8 nos dice “Sin embargo, Daniel estaba decidido a no contaminarse con la comida y el vino dados por el rey. Le pidió permiso al jefe del Estado Mayor para no comer esos alimentos inaceptables.”

Este hombre propuso en su corazón lo que quería hacer por Dios y lo que quería sacrificar para agradarle. No podemos esperar a que los líderes o pastores dicten lo que sucede en nuestra vida; es nuestra responsabilidad tomar la decisión de no contaminarnos. Cuando hablamos de ser radicales, no se trata de lo que queremos nosotros, se trata de lo que El Señor quiere y establece para nuestro vivir. Lo que hablamos, vemos y decimos ¿refleja a Cristo?

Los cristianos de la iglesia primitiva fueron arrestados y llevados al circo romano a causa de predicar el mensaje de Cristo. Hoy en día, el enemigo ha sido tan astuto que en vez de hacer que las personas adoren a dioses está provocando que los cristianos estén tan desenfocados que gasten su vida y su tiempo en todo menos en cumplir el propósito de Dios.

Lo anterior hace que hay personas que dicen ser cristianas pero que su verdadero dios es el gimnasio, su trabajo, su economía, entre otros. Los deseos de nuestro corazón muchas veces envanecen el propósito de Dios para nuestras vidas. Para el cristiano radical las decisiones son tomadas para glorificar a Dios, y todo lo demás se vuelve banal.

La palabra radical significa: partidario de formas extremas.

Cristo vino a reformar de manera extrema. Él marcó un antes y un después en nuestras vidas de manera radical. ¿Cuán dispuestos estamos para dejar al Señor actuar en nuestra vida? La Palabra de Dios nos habla de dos caminos, nada más: el camino de la vida y de la muerte. No existen los tintes medios, lo que quiere decir es que estamos en luz o estamos en tinieblas. ¿Nuestra manera de actuar nos acerca más hacia la santidad de Dios o hacia lo que dicta el mundo? ¿Queremos ser gallinas o queremos ser águilas?

Colosenses 3:10 nos dice “Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a él.” Este versículo habla de ser renovados por el Señor, de ser transformado a la imagen de Cristo. ¿Realmente nuestra manera vivir refleja a Cristo? El cristiano radical marca una diferencia, la gente reconoce a Cristo a través de su actuar. La obra del Señor es completa en nuestra vida, y nuestro cambio debe ser tajante sin justificar hacer cosas que Dios no nos mandó a hacer.

Cuando conocemos al Señor no nos acostumbramos a lo que hace el mundo, seguimos siendo quienes somos en el Señor. No importa donde estemos, nuestra manera de alabar o de caminar no debe cambiar, porque nosotros no somos ciudadanos de este mundo.

Dios anhela a esos cristianos radicales que no son tibios y que no se confunden entre el montón, cristianos que no se simpaticen con el mundo. El cristiano radical deja de vivir por emociones o sentimientos, sabiendo que su naturaleza es pecaminosa y engañosa, pero que busca vivir como Dios dice, busca “ser águila”.

Mateo 12:30 dice “El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra.” Este versículo menciona que aquel que no actúa como Jesús dice, está contra Él.

Josué 24:15 nos recuerda que debemos escoger a quien servir, no podemos servir a dos señores: “Pero si te niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.”

Para quienes somos padres, nuestros hijos son reflejo de que tan cristianos somos en nuestras casas, ellos ven el ejemplo y lo siguen. Todos tenemos personas que ven nuestro ejemplo, porque para muchos somos lo más cercano a Dios que tienen.

1 Pedro 1:23 nos dice “Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios.”

¿Hay algo que hoy tenemos que entregar? ¿Hay algo en nuestra vida de nuestra vieja vida que debemos dejar? Hay muchas cosas que debemos sacrificar por amor a otros: “No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos” nos dice Juan 15:13.

¿Estamos dispuestos a dar nuestra vida y sacrificar cosas por amor a que los demás conozcan quién es Dios? El Señor anhela que seamos transformados y purificados. Así como Daniel, propongámonos en nuestro corazón no contaminarnos.

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