El Mesías Esperado: Tan Cerca y tan lejos de la Navidad
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El Mesías Esperado: Tan Cerca y tan lejos de la Navidad

En otras predicaciones hemos mencionado, que la fecha del nacimiento de Jesús no es el 25 de diciembre. Esta fecha fue puesta a mediados del siglo IV, cuando el arzobispo de Jerusalén le envía una carta al obispo de Roma, en la que indicaba la importancia de tener una fecha, para celebrar el nacimiento de Jesús. La respuesta del obispo fue: sí, el 25 de diciembre; y años después, la celebración se hace una costumbre. La razón es muy simple. En diciembre tenía lugar la mayor cantidad de fiestas paganas, pues la gente estaba en sus casas por el invierno. Pero dichas fiestas estaban caracterizadas por orgías, borracheras, actos de ocultismo, entre otras prácticas.

Entre las fiestas paganas de Roma destacan: La Saturnalia (en tributo a Saturno, dios de la agricultura). Como curiosidad, en ellas se intercambiaban regalos. En la época decembrina, al norte, en las tierras barbáricas, se celebraba a Odín y a Thor; al Este en Persia, celebraban a Mitra, dios de la luz; al oeste, los druidas en Inglaterra celebraban “sacrificios sagrados” de alto nivel. Ante este panorama, la medida del obispo pretendía “santificar” esas fiestas paganas. Esta acción, en tanto medida impositiva es absolutamente errónea, ya que se crea religión sin una auténtica conversión, y esto último, vale decir, es un valor genuino del cristianismo primigenio, que, por principio, implica, además, llevar el evangelio de Cristo.

En este contexto de sincretismo religioso pagano, se halla el origen de la religiosidad y celebraciones actuales. Y no es que esté mal celebrar navidad. La historia cuenta que Martín Lutero por ejemplo, ponía su árbol de navidad, con estrellas y luces que representaban la luz del Mesías y la estrella que guió a los reyes hasta Jesús. El problema es que cada vez más, la gente olvida el significado de la navidad. Dios mandó a su hijo al mundo a morir por cada uno nosotros, por gracia, porque no lo merecíamos. Para un cristiano, esta fecha debe ser un motivo de agradecimiento, porque Dios nos dio todo, lo que más amaba (su hijo unigénito).

Hace 2022 años cuando el mesías iba a nacer, al igual que hoy, la gente estaba tan cerca y a la vez tan lejos de Él. Vayamos a Lucas 2:7. “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Ya conocemos la historia: con motivo del censo, José y María, viajan de Nazareth a Belén. El casero del mesón estaba muy ocupado atendiendo a los huéspedes, que no se percató de que estaba por nacer el creador del Universo. Reza un poema en alusión: “…las habitaciones de su alma estaban llenas y se perdió al Cristo de Dios nacer”.

Hay otra persona que se perdió de Cristo: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del Oriente a Jerusalén unos magos [sabios], diciendo: ¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente y venimos a adorarle”. Mateo 2:1. Herodes era un rey tirano, puesto por Roma, no era judío sino edomita. Asesinó a su mamá, a su esposa, a sus dos hijos, y a todas las guerrillas de los macabeos, que era el ejército de los judíos que luchaba por su liberación del Imperio. Cuando este soberano, por demás paranoico, oye que estos extranjeros dicen que vienen a adorar a un mesías que está por nacer, se turba.

Hay un tercer grupo de gente que se perdió esto. Mateo 2:4, narra que Herodes convoca a los principales sacerdote y escribas del pueblo y les preguntó dónde había de nacer el Cristo, a lo que respondieron: “En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tu Belén de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.”  Mateo 2: 5-6.

Había un grupo que sabía la escritura, conocían la verdad de que Dios enviaría un libertador, pero ellos estaban indiferentes, muy cómodos con su estilo de vida, y creían no necesitarlo. Estaban en la fe correcta, pero vivían de forma incorrecta. Hoy, muchas personas conocen la verdad de Cristo, pero no quieren perdonar, ni cambiar sus vidas, ni recibirle genuinamente y asumir lo que esto conlleva.

Ante la indiferencia de aquellos, entonces, ¿a quién invitó Dios a celebrar este nacimiento? Lucas 2:8 dice:

“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: no temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador que es CRISTO el Señor.

Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”.

Dios no invitó a los sacerdotes, sino a los pastores que cuidaban de las ovejas, pero, de particular interés en este caso (por su simbolismo), que cuidaban de los corderos que serían usados para los sacrificios. Así, siguiendo la racionalidad de la fecha que nos convoca, y figurativamente hablando (por su oficio), los pastores no sólo celebraron la navidad en su día primero, sino que celebran todos los días del año y en todo momento de sus vidas.

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