Devocional: Aprendiendo a descansar – Día #2

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Cuando vivo conforme a su voluntad

Plan Devocional Día 2 de 5

Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.

Salmos 37:5 (RVR)

Desde pequeña crecí con la idea de que para vivir tranquila debía ser muy organizada y planificarlo todo; creía que cumplir con cada una de mis listas de planes significaba que todo estaba saliendo bien y no tenía que preocuparme. Entré a estudiar a la universidad y tenía un plan de vida detallado que no tenía espacio para cambios o atrasos. Cuando llegué a la mitad de mi carrera empezaron a venir pruebas que trajeron cansancio, desánimo y frustración, por lo que tuve que hacer una pausa en mis estudios, la cual en mi “plan perfecto” significaba fracaso.

En Mateo 7:24-29, Jesús nos enseña la diferencia entre un hombre prudente que edifica su casa sobre la roca y el hombre insensato que edifica su casa sobre la arena. Para el hombre que construye sobre la roca vendrán lluvias, ríos y vientos que van a golpear la casa y no caerá. Durante la pausa que tuve que hacer, me sentí derrotada, sentía que era incapaz de cumplir mis metas y le pedí a Dios que me ayudara a entender por qué nada estaba saliendo como yo quería. Dios en su infinito amor y misericordia me mostró que yo había estado edificando mi vida sobre la arena, mis planes los tracé según mis capacidades humanas, entendí que yo no había encomendado a Jehová mis sueños y no estaba viviendo conforme a su voluntad, sino conforme a mis deseos.

Dios quiere que como sus hijos descansemos y confiemos Él, que le encomendemos nuestros caminos para que Él haga Su voluntad, que le entreguemos nuestras cargas para que nuestro caminar sea más ligero, que construyamos nuestra vida en la roca que es Jesús, para que cuando venga la prueba permanezcamos firmes, y que como nos enseña Romanos 12:2, aprendamos a no amoldarnos al mundo actual (a nuestras ideas de perfección, a nuestros deseos, a nuestros planes sin Dios), sino que nuestra mente sea transformada para que podamos comprender cuál es la voluntad de Dios, y que esa voluntad es buena, agradable y perfecta.

Oremos:

Señor Jesús y Padre Celestial, hoy te pedimos perdón porque muchas veces hemos escogido vivir conforme a los estándares del mundo, buscando agradar a los demás y nos hemos olvidado que lo que debemos buscar son los tesoros en el cielo. Te pedimos que nos ayudes a descansar en ti y entender que si ponemos nuestros planes, sueños y metas en tus manos, tú te encargas de cumplirlos en tu perfecta, buena y agradable voluntad. Amén.

Gabriela Muñoz


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