Devocional: Cómo ser un buen padre – Día #3
Un padre honorable
Plan devocional Día 3 de 5
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la instrucción de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello.” Proverbios 1: 8-9
No importa qué desafíos enfrentemos para criar a nuestros hijos, debemos recordar que es la responsabilidad que nos da Señor. Él nos dará la fuerza para hacerlo. Sin embargo, también espera que lo hagamos bien. Curiosamente, hay pocas instrucciones dadas a los niños en las Escrituras. Deben creer el Evangelio, que es verdad para todos, y deben obedecer a sus padres. La mayoría de las otras instrucciones bíblicas se dirigen a los padres.
Como los padres son la principal autoridad en el hogar, son los líderes. Dios espera más de ellos que lo que espera de los niños. A los jóvenes se les enseña a aprender en todo el libro de Proverbios, pero los padres deben tomar la iniciativa de vivir un estilo de vida santo y enseñar a sus hijos a hacer lo mismo. En nuestra cultura, a los niños a veces se les da demasiada libertad o responsabilidad. Algunos padres dicen que dejan que sus hijos decidan si quieren o no ir a la iglesia. Eso está mal. Como padre, tienes la responablidad de la vida de tu hijo y su educación cristiana. Debes hacer que hagan lo correcto.
Estás en la vida de tus hijos por una razón: para guiarlos, instruirlos y moldearlos en las personas santas en las que se convertirán. La Biblia ve a los padres como los influyentes en la vida de sus hijos. Debes enseñar a tus hijos a honrar al Señor. También debes enseñarles a honrarte. Esto les ayudará a saber cómo honrar a la autoridad. Por supuesto, también debes comportarte honorablemente. No puedes gritarle a tu cónyuge, mentirle a otros o realizar acciones ilegales en los negocios y esperar que tus hijos te honren cuando no ven a Cristo reflejado en tus acciones. Debes ser santo.
Enseñe a tus hijos con ejemplo lo que es el honor; ellos seguirán tu ejemplo. Las Escrituras nos dicen que a los niños quizás no les guste la disciplina en el momento en que se les da, pero luego producirá un fruto de justicia y paz en sus vidas. Es posible que tus hijos no estén tan entusiasmados con ir a la iglesia los domingos o leer la Biblia en casa como le gustaría que estuvieran. Pero si te mantienes firme y consistente, estas disciplinas espirituales, estas se convertirán en parte de sus vidas. Te agradecerán cuando crezcan.
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Basado en el devocional de podcast de straighttruth.net
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