“Y quiero que las mujeres se vistan de una manera modesta. Deberían llevar ropa decente y apropiada y no llamar la atención con la manera en que se arreglan el cabello ni con accesorios de oro ni con perlas ni ropa costosa.Pues las mujeres que pretenden ser dedicadas a Dios deberían hacerse atractivas por las cosas buenas que hacen.” 1 Timoteo 2:9-10
Si hoy fueras a encontrarte con alguien muy importante, ¿como te arreglarías o prepararías? Para nosotras las chicas, muchas veces es importante estar a la moda, mantenernos fit, llamar la atención de otras personas y a veces hasta llegamos a compararnos con otras mujeres. Pero, ¿qué nos dice la Biblia al respecto? ¿Acaso eso es tan importante para el Señor?
El libro de Génesis dice que el Señor nos hizo a su imagen y semejanza … ¿qué mejor manera de llamar la atención que parecernos a Jesús? Dios te ama y a sus ojos sos perfecta. Cada rasgo de tu cuerpo Dios los puso ahí con un propósito y así… ¡sos hermosa!
Proverbios 31:30 dice: Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. Procura ser una mujer de oración, que sirva y ame al Señor con todo su corazón y que tu meta de comparación sea buscar parecerte más a Cristo y no a una super modelo famosa…Nosotras como mujeres debemos vestirnos de manera decorosa y apropiada en todo tiempo. ¡Qué tus obras hablen más que tu apariencia! Chicas, no busquen la aprobación de los hombres con su manera de vestirse, eso muestra inseguridad y que tu valor está en la aprobación de ellos. Busquemos siempre la aprobación de Dios, permitamos que Él se encargue del resto. Él es nuestro Padre que nos ama, Él se encargará de traer la persona indicada en el tiempo indicado.
Y volviendo a la pregunta del inicio… si hoy tuvieras la oportunidad de encontrarte físicamente con Jesús ¿cómo te prepararías?
Oremos:
“Señor, hoy te pido que quites toda mentira del enemigo que me ha hecho sentir menos que otras personas o compararme con las demás. Soy tu hija, y desde el vientre de mi madre me creaste con propósito, hermosa, y me hiciste a tu imagen y semejanza. Ayúdame a cambiar lo que tenga que cambiar y buscar agradarte en todas las áreas de mi vida. Enséñame a ser más cómo tú y que mis obras hablen más que mis apariencias. ¡Amén!”
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Larissa B.
(26 años, tengo 9 años de ser cristiana y 7 años sirviendo en la Iglesia)