Devocional: El corazón verdadero de una mujer – Día 2
El corazón de fe de una mujer
Plan devocional: Día 2 de 5
“Por eso estamos todos tan amedrentados y descorazonados frente a ustedes. Yo sé que el Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra”
Josué 2:11
Fe, proviene del latín “Fides” que significa fidelidad, lealtad y del griego “Pistis” que significa convicción y persuasión.
En Josué 2:9-14, vemos cuando el pueblo de Israel liderado por Josué se dispone a conquistar Jericó.
En estos versículos Rahab, una mujer que se dedicaba a la prostitución, reconoce que “El Señor es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra” (v.11), ante una realidad inminente de derrota para su pueblo. Ella al reconocer esto y decidir darle la espalda a su pueblo, pone toda su confianza en un Dios que conocía de lejos, de “oídas”. Depositando su confianza, su lealtad, su familia, su futuro y su vida de manera ciega en ese Dios.
En aquel tiempo era normal que en las naciones «paganas», los padres obligaran a sus hijas a prostituirse como una profesión común, ella no estaba en una posición en la cual su voz y opinión fuese tomada en cuenta; sino estaba relegada a cierto rol sin poder opinar. Actualmente, en nuestro país, en la mayoría de los casos no es así, pero como mujeres en sus distintos roles (hija, madre, esposa, abuela, hermana, trabajadora entre otros) al igual que Rahab enfrentamos situaciones sobre las que no tenemos control. La fe de Rahab cambió por completo el futuro de su vida y de sus generaciones, desde su posición donde no tenía voz ni opinión en su casa y sociedad. «Así Josué salvó a la prostituta Rajab, a toda su familia y todas sus posesiones, por haber escondido a los mensajeros que él había enviado a Jericó. Y desde entonces, Rajab y su familia viven con el pueblo de Israel.» Josué 6:25.
¡La fe en Dios tiene mucho poder! En cualquiera que sea nuestro rol como mujeres podemos cambiar el futuro de nuestras vidas al rendirnos, confiar y poner nuestra fe en nuestro Dios. En mi caso; es algo en lo que más trabajo a diario y a la vez una de las áreas en las que más necesito crecer. Tener fe en Dios, tener confianza en Él, significa rendirse, soltar las riendas y ceder el control. Si conocemos a nuestro Dios sabemos que, sus planes para nosotros son para darnos un futuro y una esperanza (Jer. 29:11) y que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien conforme a sus propósitos (Ro. 8:28).
Oremos:
Padre celestial, ayúdanos a ser capaces de depositar nuestra fe en ti diariamente, a recordar que no hay lugar más seguro ni persona más confiable a quien podamos darle el control de nuestras situaciones y nuestras vidas. Queremos agradarte diariamente con nuestra fe. En el nombre de tu hijo amado, Amén.
Priscilla Elizondo
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