Devocional: El Fruto del Espíritu – Día #1
Amor
Plan Devocional Día 1 de 9
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
Juan 15:9
En noviembre del 2007 perdí el quinto grado del colegio. Ese mismo año, un amigo que llegaba mucho a mi casa a jugar vídeo juegos, me preguntó si quería acompañarlo a la iglesia donde él asistía y luego me invitaba a una empanada – ¡una muy buena que vendían en ese tiempo! – . En esa época, yo era ateo pero estaba receptivo debido a muchas circunstancias que estaba pasando y decidí acompañarlo.
Cuando llegué a ese lugar, encontré señoras de tercera edad aplaudiendo y gente joven bailando. También recuerdo haber visto un hombre que medía dos metros y cuando saltaba chocaba la cabeza contra el cielo raso de la iglesia. Pensé en ese momento: “que gente más rara”. Cuando terminó la alabanza, en esa congregación tenían la costumbre de abrazarse unos a otros deseando bendiciones. En mi caso, por supuesto, no quería que me abrazaran, pero llegó el pastor y me dijo: “Bienvenido mijo, que bendición tenerlo hoy” y se dirigió a mí y me dio un gran abrazo.
A partir de ese momento sentí cómo algo dentro de mí que se reactivaba. En mi vida el encontrar amor era algo raro, más viniendo de un hombre, pues nunca había recibido un abrazo de parte de uno y menos de gente que no había visto nunca. En ese momento sentí algo – luego comprendí que era Dios mismo – que estaba cambiando una parte de mi vida. Ese mismo día le entregué mi vida a Cristo, y encontré en ese lugar algo que parecía muerto para mí.
Seguí yendo a la iglesia y cuando terminaba la alabanza venía la parte que más me gustaba: el poder abrazar a la gente porque sentía que podía brindar algo de esperanza y cariño a alguien que lo ocupara.
Si tienes la oportunidad de compartir de Cristo en estos tiempos de desesperanza, ser de bendición para alguien que lo necesite, soporte para aquellos que están cayendo y ayudar a aquel que esté necesitando algo, ¡Hazlo!. Esos gestos de AMOR Dios los usará para tocar los corazones de las personas y acercarlos a Él.
¡Créeme que ese abrazo fue lo que Dios usó para acercarme a Él!.
Oración:
Padre, te doy gracias por darme vida y por todas las misericordias y bendiciones que he recibido, gracias Padre porque me has dado vida para poder bendecir a alguien, pon en mi corazón a quien quieres que bendiga hoy Señor y los que me encuentre hoy, permíteme ser de bendición para ellos, para mostrarles a Jesús, para anunciarles las buenas nuevas Señor, te doy gracias Padre bueno, la gloria y la honra sea para ti. En el Nombre de Jesús, amén”
David Murillo
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