Devocional: En la Cruz – Día #1
El castigo de nuestra paz sobre Él
Plan Devocional Día 1 de 5
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”
Isaías 53:5
No existe nada más grande que el acto de amor de Dios a través del sacrificio de Su Hijo Jesucristo en la cruz y hoy quiero compartirles como ese sacrificio que es poder de Dios (1 Co 1:18) ha transformado mi vida.
Cuando mi esposo y yo quedamos embarazados; conforme nuestra bebé crecía, orábamos y agradecíamos a Dios por su vida. En una de las últimas citas el doctor nos dijo que tenía que realizar una cesárea ese mismo día (tres semanas antes de la fecha programada), y fue así como esa misma noche nació nuestra hija Sara. A los cuatro días de nacida; nuestra bebé no paraba de llorar, así que la llevamos a la clínica donde nos dijeron que debíamos acudir a emergencias del hospital y allí; Sara quedó internada por cuatro días. Fueron los más largos de mi vida.
El primer día pasé angustiada, desesperada, sin poder dejar de llorar. El segundo día; Dios me trajo a memoria una canción y empecé a cantársela a Sara. En ese instante, me di cuenta que Dios hizo que yo la recordara para mí: “Él estaba conmigo, tan cerca que lo podía sentir”. Y es que en momentos difíciles que nos quiebran emocionalmente muchas veces nos olvidamos de buscar al Señor y de creer en Su palabra. Isaías 53:5 dice: “…el castigo que sufrió nos trajo la paz” . Fue allí, donde el significado que la Cruz tuvo para mí fue: Su Paz.
Los tres días restantes de Sara en el hospital fueron duros pero diferentes; pues Dios me había recordado que a pesar de estar en una situación difícil no estaba sola. El cambió mi angustia por su Paz como dice la Biblia en Filipenses 4:7“…paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento”. Entendí que en lugar de angustiarme, debía presentarme delante de Él en su presencia, así como confiar y creer que ya Él había sacrificado su vida para que yo tuviera paz y descansara en Él.
No sé cual sea tu circunstancia el día de hoy, lo que parece no tener solución o la luchas que hay en tu corazón, lo que sí sé es que Cristo vino a darnos paz tal como dice su palabra en Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Esa paz que necesitamos proviene de Dios y gracias a su sacrificio en la cruz podemos experimentarla y la encontramos cuando nos acercamos y lo buscamos a Él.
Oremos:
Señor Jesús te damos gracias por tu inmenso amor, gracias por morir en la cruz por nosotros, aunque no lo merecíamos, gracias por que podemos acercarnos ante tu presencia y recibir tu consuelo. Te pedimos perdón porque en muchas ocasiones preferimos hacer las cosas a nuestra manera y con nuestras fuerzas y se nos olvida que tú estás con los brazos abiertos para recibirnos y ayudarnos. Presentamos delante de ti, en este momento la situación que estamos viviendo y que tú conoces y te pedimos que traigas paz a nuestros corazones, paz llena de Fe, esa paz que por tu sacrificio en la Cruz podemos encontrar, creyendo que tú harás y te glorificarás con lo que es mejor para nosotros y conforme a tu perfecta voluntad. Amén
Gabriela Muñoz
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