Devocional: Promesas de Dios – Día #2
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Tú y tu casa serán salvos
Plan Devocional Día 2 de 6
“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” Hechos 16:31
Sólo he visto llorar a mi papá dos veces en mi vida, la primera es cuando falleció mi abuelo y la siguiente se las quiero contar hoy.
Tuve la enorme bendición de nacer en un hogar cristiano. De pequeños mis papás nos reunían a mí y a mis hermanos a leer la Biblia todos los domingos. Recuerdo ver a mi papá estudiar la palabra todas las mañanas, y leerla en voz alta cuando sabía que alguno de nosotros estaba cerca. Y durante mis 26 años de vida lo he visto orar en su cama cada noche antes de dormir, sin falta, sin importar la situación.
A pesar de escuchar, y de ver a Cristo reflejado en la vida de mis padres, por 22 años de mi vida no quise nada con Jesús. Romanos 3:11 dice que nadie busca al Señor por su propia voluntad y esa fue la realidad de mi vida. Me perdí en los placeres del mundo, deshonrado a Dios con mi manera de vivir y buscando llenar con mis deseos la sed que solo Jesús podía llenar.
Y sin embargo el Señor fue fiel, salió a buscarme, me encontró y me llevó a casa. Un día luego de decidir seguir a Cristo oraba con mi papá y mi mamá, mi papá guiaba la oración como costumbre agradeciendo por cada uno de mis hermanos; cuando le tocaba orar por mí, se quedó en silencio y las lágrimas empezaron a salir de sus ojos, intentaba continuar pero su voz se quebraba y lo único que logró decir en medio del llanto fue: “Gracias Padre, tu sabes cuanto tiempo he esperado esto”.
En ese momento Dios me permitió ver, como cada noche por 22 años intercedió por mi vida, sin perder la fe de que Dios cumpliría su promesa.
Todos tenemos seres queridos que queremos que lleguen a los pies de Cristo y quizás pasan los años y no vemos por donde pueda ocurrir, mi deseo con este devocional es que recuerdes que aunque tome tiempo, lo que Dios promete cumplirá.
Oremos
Padre, yo hoy te agradezco por haber salido a buscarme, gracias por las personas que han doblado rodillas clamando por mi vida. Tu conoces quienes son los seres amados que deseo que te conozcan, fortalece mi fe y ayúdame a persistir en la oración por su vidas, confío en que en tu tiempo perfecto volverán sus rostros a ti. En tu nombre Jesús lo pido. Amén.
David Picado
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