Agradecidos por la Iglesia
La iglesia es uno de los secretos mejor guardados y revelados a través de Jesús, el Hijo de Dios. Es algo maravilloso, es la reunión de los santos no porque no pequemos sino porque Cristo nos justificó.
A pesar de que la iglesia es la obra de Jesucristo; hay muchas personas que afirman creer en el Señor, pero no creer en la iglesia, sin embargo; esto es contradictorio. La iglesia es la novia de Cristo, es Su legado a sus discípulos, Él la ama, murió por ella todo y aquel que se arrepiente y entrega su vida al Señor es parte de la iglesia.
La palabra dice en I Corintios del versículo 1 al 9 lo siguiente:
1 Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser un apóstol de Cristo Jesús, escribo esta carta junto con nuestro hermano Sóstenes.
2 Va dirigida a la iglesia de Dios en Corinto, a ustedes que han sido llamados por Dios para ser su pueblo santo. Él los hizo santos por medio de Cristo Jesús, tal como lo hizo con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros.
3 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.
4 Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por los dones inmerecidos que les dio ahora que pertenecen a Cristo Jesús.
5 Por medio de él, Dios ha enriquecido la iglesia de ustedes en todo sentido, con toda la elocuencia y todo el conocimiento que tienen.
6 Eso confirma que es verdad lo que les dije acerca de Cristo.
7 Ahora tienen todos los dones espirituales que necesitan mientras esperan con anhelo el regreso de nuestro Señor Jesucristo.
8 Él los mantendrá firmes hasta el final, para que estén libres de toda culpa el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva.
9 Dios lo hará porque él es fiel para hacer lo que dice y los ha invitado a que tengan comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.
Para entrar un poco en contexto, la asamblea de este cuerpo del Señor de los Corintios estaba dividida y estaban cometiendo muchos actos equivocados, por ejemplo tenían dones pero no los usaban para edificar el cuerpo, es decir a la iglesia, sino que los usaban con vanagloria y con orgullo.
Ellos eran tan egoístas que en los tiempos de la Cena del Señor que era cuando todos se reunión para conmemorar la muerte y resurrección de Jesús, algunos comían más de la cuenta para no dejarle a los demás. Estaban tan divididos que se demandaban entre ellos, había también perversión sexual entre la iglesia y así daban mal testimonio para quienes no conocían al Señor y con todo este trasfondo, Pablo estaba listo para exhortarlos y decirles lo malo que había en ellos.
A pensar que él sabía todo lo malo que habían hecho, Pablo comenzó a hablarles con tanto amor y agradecimiento… ¿Porqué? Porque a pesar de todas esa cosas que él ya conocía, él sabía lo importante que era la iglesia Jesucristo, y él realmente la amaba.
En el versículo 8 Pablo les dice que Dios “los mantendrá firmes hasta el final, para que estén libres de toda culpa el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva”.
Y más adelante en el versículo 9 les recuerda que “Dios lo hará porque él es fiel para hacer lo que dice y los ha invitado a que tengan comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.”
A pesar de todo lo que había pasado la decisión de la confianza de Pablo estaba basada en que Él conocía la importancia de la iglesia; este hombre entendía que la iglesia es de Jesucristo y que si Jesús la amó tanto para dar Su vida por ella, él también debía amarla igual.
Es muy fácil ver los malos ejemplos y juzgar a otros también es sencillo, pero no quiero ser malinterpretado, pues yo sigo siendo fiel a la doctrina Señor, a la correcta interpretación de la palabra de Dios y no comparto la manipulación y mal uso de la misma, pero aprendí en el camino que yo muchas veces estuve equivocado, pero por la fidelidad del Señor fue Él quien me mantuvo y me mantiene en el camino.
Debemos amar la iglesia Jesucristo en cualquier lugar del mundo pero si realmente amamos la obra donde el Señor nos sembró, nos formó y donde nos ha permitido servirlo debemos estar agradecidos por ello, no quejarnos y demostrarlo.
A pesar de que la iglesia es el lugar de los santos (los escogidos, apartados para Dios) venimos quebrantados, con heridas, con defectos de carácter y demás, sin embargo; ningún defecto nos define, sino que Cristo nos define. Y muchas veces quizás has estado sirviendo en la iglesia, en tu casa, en tu trabajo, has tenido un corazón correcto pero has cometido errores y te has sentido mal en ese tiempo, y te has recriminado que no eres merecedor de la gracia de Jesucristo pero en realidad nadie lo es, es un regalo de Dios, debes creerle al Señor, levantarte y no quedarte allí.
La palabra de Dios dice que la voluntad del Padre es que ninguno se pierda, que somos la congregación de los redimidos, que Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo, que el espíritu santo nos da vida, que Jesús nos recibe y no permite que ninguno de nosotros se pierda. Él dice que en el día postrero nos va a resucitar y ni uno solo ha de quedar perdido. ¡Es hermoso ver como el Señor edifica a su iglesia!
La iglesia el Señor va a triunfar porque Cristo ya venció. La mentalidad de la iglesia la iglesia en la realidad más preciada de la tierra, cada uno de ustedes fueron elegidos por Dios, comprados con la sangre de Jesucristo, fueron escogidos y cada uno es templo del Espíritu de Dios.
No debemos menospreciar a ninguno ni al más pequeño, ni al nuevo, ni a ninguna persona que ha sido adoptada y escogida por Dios, porque esa persona también fue elegida como usted y como yo (aunque no lo mereciéramos); esta persona también fue comprada con la sangre de Jesucristo y espíritu de Dios habita en ella.
El Señor se regocija en la verdadera fe salvadora, en esa fe que hace que uno muera a sí mismo, ese es el verdadero cristianismo. Si cada uno de nosotros realmente viviéramos anhelando la voluntad de Dios en vez de nuestro propio beneficio, nuestra propia profesión, nuestra vanagloria y buscáramos solamente las cosas de arriba, entenderíamos la importancia de la obra Jesucristo y por ende, la importancia de Su iglesia.
Debemos entender que no merecíamos nada y aún así; Él nos dio todo.
Quisiera compartirles una historia: hace un tiempo en mi trabajo estuvimos desarrollando un proyecto para la creación una órtesis para ayudar a pacientes con Charcot Marie-Tooth. Sin embargo, en el proceso una organización nos levantó un falso testimonio. Llegó un momento en que me molesté muchísimo así que les dije que conversáramos pero aún así, no hubo un acuerdo. Yo seguía muy molesto, tratando de guardar el testimonio, no quería que me acusaran injustamente, ni mancharan mi nombre, pero luego entendí que realmente era vanagloria de mi parte, y que la Biblia dice que en este mundo nos van a vituperar, nos van a acusar, nos van a perseguir.
En la palabra, Pablo le dijo a Timoteo que no creyera todo lo que la gente decía a solas de él, pues eran puros chismes. Él le advirtió a Timoteo que lo que afirmaban lo dijeran públicamente, porque Pablo sabía que la gente que inventa no lo hacen de manera pública pues no tienen pruebas de lo que dicen.
Entendí que este proyecto es un ejemplo de la iglesia. En el desarrollo del mismo el Señor me llevó a Hechos 3:1-11 que relata que Pedro y Juan estaban predicando y fueron a un Templo llamado Hermosa. Cuando iban entrando vieron un hombre en el suelo quien era un lisiado. El hombre estiró la mano para pedir dinero, y Pedro le dijo que los mirara. Cuando el hombre alzó la vista, Pedro le dijo «Yo no tengo plata ni oro para ti, pero te daré lo que tengo. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!».
La gente que tiene la enfermedad de Charcot presentan debilidad y entumecimiento que por lo general empieza en los pies. Así que seguimos adelante con el proyecto, sabiendo que no se trataba de nosotros sino de los demás. Con esa palabra, recordamos como llegó gente pidiendo ayuda porque no podían caminar, así que fue allí donde entendí que había algo especial que no se trataba de mí. No se trata de nosotros, ni de usted ni de yo, ni de nuestros propósito más grandes, se trata de la voluntad del Señor y eso es tener mentalidad de iglesia.
Ver que alguien que no caminaba ahora caminar es algo increíble, y que sea el Señor el que nos permita ser parte de su obra, es aún más hermoso.
Nosotros debemos recordar como iglesia, que quien nos mantiene de pie es el Señor. Él no nos deja caer, y aunque nos van a perseguir, vituperar, levantar acusaciones falsas sin fundamento contra nosotros debemos vivir con la convicción de que es más grande y más fuerte Él que está con nosotros.
Dios no nos dejará caer nunca, podemos tener miedo, pero a pesar de que caminemos en valle de sombra y muerte está El estará con nosotros. Podemos estar con poco equilibrio, pero Él no nos dejará caer, somos los más imperfectos pero Él nos va perfeccionando, nos lleva de gloria en gloria. Nos va llevando porque esa es su obra en nuestras vidas, porque somos iglesia y Él prometió edificarla.
Bienaventurado somos, sino nuestra confianza está en Jesucristo.
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