¿Cuál es el propósito de mi vida?
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” Apocalipsis 21:4
Entre las búsquedas más frecuentes en Internet se encuentran las siguientes preguntas: cuál es el secreto para ser feliz, cuál es el propósito de la vida; y cómo ser exitoso.
¿Será una vida libre de problemas? La realidad es que no existe.
¿Mucho dinero? Lamentablemente muchas personas aún siendo multimillonarios se han quitado la vida, y una de las causas principales ha sido la depresión. La persona se siente abatida, caída, derribada y sin esperanza. Es muy triste, y evidentemente, el dinero no compra la paz, la seguridad, el bienestar ni la tranquilidad de nadie.
¿Un trabajo, una casa y un carro propio? Lo material es temporal. De qué sirve un empleo si guardamos tristeza permanente, una vivienda si estamos llenos de rencor y un auto si vivimos en amargura.
El éxito entonces tampoco es sinónimo de bienestar. Si en apariencia somos prósperos pero nuestro corazón está dañado, tarde o temprano nos decepcionaremos.
Quizá piense: cuánto pesimismo! Pero le invito a continuar leyendo.
Vivimos en un mundo caído, eso significa que las guerras, el hambre, los pleitos, los chismes, la murmuración, la calumnia, la falta de perdón, la mentira, el temor, la hipocresía, la falta de integridad, la corrupción, la maldad, han estado presentes por generaciones en la humanidad; nos lastimamos continuamente aunque a veces no queramos, y nos cuesta muchísimo no vivir centrados en nosotros mismos. También se nos hace muy difícil aceptar esto como una verdad. No nos gusta aceptar cuán imperfectos somos y por eso siempre estamos tratando de compensar o enmendar nuestras faltas haciendo buenas obras de vez en cuando – lo cual no está mal – pero esto no compensa un mal que hayamos cometido. Tampoco se trata de medir en una balanza cuál es el peso de nuestras malas o buenas acciones, y con esto ser mejores y aceptados por el mundo. No, este tampoco es el propósito.
Al principio de la existencia del hombre las cosas no eran así. Cuando Dios creó al ser humano, había una relación íntima de amor, confianza, y entrega con Él. Como un padre bueno y amoroso que conoce las necesidades de sus hijos, Dios le dio al hombre todo lo que necesitaba: hogar, alimento, ayuda idónea, y lo mejor de todo, una vida en completa relación y dependencia de Él. No le faltaba nada, porque tenía consigo al propio dador de la vida.
De todo lo que Dios permitió disfrutar al hombre para su propio beneficio, le indicó una sola prohibición: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Génesis 2:16:17. Pero el ser humano desobedeció.
La serpiente, quien es la representación del diablo, cuestionó a Dios. En Génesis 3:1 dijo “¿Conque Dios ha dicho?”. Y más adelante dijo que el ser humano sería como Dios al comer del árbol, pues tendría conocimiento del bien y del mal: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Génesis 3:4-5.
Entonces; ¿porqué si el ser humano gozaba de TODO lo que su Padre le había dado, desobedeció? Porque quiso ser como Dios, y esa sigue siendo la mentira más latente en la humanidad desde todos los tiempos. Seres creados que creemos ser autosuficientes, independientes, tener el control de todo y ser mejores que Dios… sin Dios.
Fue así como por la desobediencia del hombre el mal entró a la tierra. El ser humano perdió comunión con su creador, porque quiso ser como Dios. Pero; jamás lo creado puede ser mejor a su Creador. El hombre no hizo a Dios, Dios hizo al hombre, por tanto Él sabe mejor que nosotros cuál es el propósito de la vida.
Veamos este ejemplo: muchos de nosotros participamos en ferias científicas en la escuela o el colegio. Nos pedían hacer un invento y luego explicar para qué funcionaba. ¿Quién podría describir el diseño y para qué fue creado?; ¿un amigo?, ¿el profesor?; ¿su mamá?, ¿su papá? No. Sólo usted, porque fue quién lo creó.
Lo mismo sucede con Dios y nosotros. Pero al apartarnos de Él perdimos el rumbo de nuestro sentido en la vida. Nuestra relación rota con Dios, lo dañó todo. Si no conocemos el corazón de nuestro propio Creador, somos como niños huérfanos tratando de aprender por nuestros medios cómo sobrevivir. Donde hubo luz, el hombre abrió puertas a las tinieblas. Donde no está Dios, no hay entendimiento, no hay sentido de ser, no hay verdad, no hay razón, no hay propósito, no hay dirección, no hay sabiduría, no hay guía, somos como ciegos tratando de entender en nuestros propios razonamientos la dirección correcta, pero nunca la logramos alcanzar. Sin embargo, podemos volver a la verdad y conocer nuestro propósito a través de quien nos formó.
Vamos a la palabra de Dios, su palabra es verdad (Juan 17:17):
Creados para la gloria de Dios:
todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”
Isaías 43:7
Creados para buenas obras en Cristo:
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Efesios 2:10
Creados por y para Jesús:
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” Colosenses 1:16
Creados para tener vida eterna:
como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Juan 17:1-3 (El Padre le dio potestad – autoridad – a Jesús su hijo sobre todos)
Creados para pertenecer al reino de Dios (no somos de este mundo):
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”
Filipenses 3:20-21
Creados para pertenecer a la familia de Dios, apartados – separados para Dios, y para alabanza de su gracia:
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.
Efesios 1:4-6
Creados para ser salvos en Cristo Jesús:
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.”
2 Tesalonicenses 2:13-14
Creados por amor de Dios para vivir por Él:
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.”
1 Juan 4:9
No todas las personas tendrán vida eterna con Dios y esto también lo enseña su palabra:
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
Juan 1:9-12
Quienes no reciben a Jesús como su Señor y Salvador no pueden ser reconciliados con Dios para volver a tener comunión con Él y entender el propósito para el cual fueron creados ni tener vida eterna con Él; al morir estarán apartados de Él por siempre.
Pero hay esperanza y para esto vino Jesús al mundo. Él dio su vida en la cruz a cambio de su vida y mi vida para reconciliarnos con el Padre. Pero; ¿Cómo conocerle?. Empieza con una convicción de pecado en nuestro corazón: hemos quebrantado lo que Dios ha establecido y hemos confiado en nuestra propia prudencia. Él dice que si clamamos; Él nos responde. Pidámosle que nos revele la verdad, que nos revele a Cristo, y que abra nuestra boca y confesemos nuestro pecado, pidamos perdón y que haya un arrepentimiento genuino ante Dios. Si lo hacemos de corazón, Dios empezará un proceso de transformación continuo, Él lo promete y Él lo hará porque Él es fiel.
Separados de Dios quien nos creó y nos dio vida en Cristo Jesús, nunca vamos a entender el propósito para el cual fuimos creados.
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Romanos 10:9-10
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