Escrito por:Iglesia El Olivo

Y oraren

Plan devocional Día 3 de 8

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7:14

Orar es hablar, tener una conversación o bien expresarnos con nuestro Dios. El poder tener esa comunión al cual hemos sido llamados como lo dice 1 Corintios 1:9 es un bello regalo y una necesidad para nuestra vida cristiana Juan 15:5.

Muchas veces cuando conocemos a una persona, no hay muchos temas de conversación o tal vez los temas no fluyen tan fácilmente, sin embargo; cuando tenemos mucho tiempo de conocer ya sea nuestros familiares, amigos, o cónyuges las conversaciones transcienden sin necesidad de vernos forzados, o simplemente estar al lado de ellos y en silencio es reconfortante. Algo similar nos sucede al hablarle al Padre, las primeras veces no sabremos que decir o cómo hacerlo, más en Su Palabra, Cristo nos deja una guía de como orar en Mateo 6:9-13 y conforme vayamos siendo constantes, esos tiempos se convierten en nuestro mayor gozo.

En 1 Tesalonicenses 5:17 se nos enseña que debemos orar en todo tiempo, ¡sin cesar!. Las oraciones no tienen ser con palabras o con gestos aprendidos de otros. Es hablarle al Padre con nuestro corazón y Su Palabra, y por medio de ella damos gracias por todo, le confesamos nuestros pecados, debilidades, intercedemos los unos por los otros. Recordemos que siempre que venimos al Padre por medio del nombre de Jesús, quién murió y pagó por nuestros pecados; ¡ya no hay excusa para no acercarnos confiadamente a su trono para así alcanzar gracia!.

Oremos:

Padre en el nombre de Jesús, te bendecimos, sabemos que eres Dios sobre todo y todos, y que no hay nada que pase en el cielo, en la tierra o debajo de la tierra y que Tú no tengas el control. Gracias por salir a buscarnos, gracias por salvarnos por medio de Cristo, gracias por los tiempos que estamos viviendo. Hoy te venimos a entregar nuestra vida, mente, alma y corazón. Te pedimos que nos enseñes a orarte y que en nosotros haya siempre hambre y sed de buscarte, así como orar sin cesar los unos por los otros. Padre queremos que reines en nuestra vida y que en nosotros se haga tu voluntad. ¡Amén!”

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Karina Rodríguez

Iglesia El Olivo

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