Devocional: Consejos Prácticos para Jóvenes – Día #4

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Plan devocional Día 4 de 8

“En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos.  Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad.” 1 Timoteo 2:1-2

Que difícil puede llegar a ser, para nosotros los jóvenes, pedir por otros y no solo pedir por nuestros propios deseos o necesidades. Pero ocurren tantas cosas cuando comenzamos a orar por otros. Lo primero que tenemos que hacer es creer que nuestra oración sí es valiosa, tiene poder, nuestro Padre nos escucha. Lo segundo es morir completamente a lo que sea que te está urgiendo que el Señor te solucione o responda; ya Él sabe lo que necesitas y cuando oras por las necesidades de otros Él no solo se agrada sino que se encarga de tus propias necesidades..

Puedo contarles sobre esto, porque así ha sido mi amado Jesús conmigo. Cuando tenia 17 años (hace 8 años) él me llamó a orar por otros, esos otros eran mi familia. Y mientras yo le pedía al Señor que encontrara a mi familia, que encontrara a la familia de mi amiga de la igle, a la familia de mi compañera de trabajo o a la familia de mi compañera de la U, Él se iba encargando de mí. El morir a mis propios deseos fue algo que iba logrando poco a poco, no fue fácil, me costaba mucho por que como joven que soy a veces quiero todo rápido o voy súper acelerada con todo. Ese cambio de pensamiento no es algo que ocurre de la noche a la mañana, ni tampoco por nuestras propias fuerzas, seamos pacientes, es algo que va ocurriendo día a día.

Dios no necesita de tu oración para que las cosas a tu  alrededor mejoren, Él es Todopoderoso, no nos necesita para nada. Tampoco necesitas ser perfecto o no pecar para poder interceder por otros. Siempre que tu corazón sea un corazón humillado y arrepentido (2 Cro. 7:14) el Señor no va a despreciar tu oración. En cambio, nosotros si necesitamos ejercitarnos en la oración por otros, por que en el momento que disponemos nuestro corazón se produce un cambio en nosotros. De pronto te pasa lo que a mi me pasó, comienzas a amar más a la gente… a esos que nos cuesta amar y no es porque nos hacemos buenos de repente sino por que comienzas a ver a las personas como Cristo las ve y simplemente no te podes resistir ante tanta misericordia y amor. La primera vez que esto me pasó, fue una vez en mi cuarto hace muchos años, el Señor me guiaba a orar por una persona que me había hecho daño y me había ofendido profundamente. Yo me resistía tanto hasta que llegué a un punto en el que dispuse mi corazón y comencé a orar por esa persona. Fue increíble, me conmoví tanto que no podía parar de llorar, por que entendí como el Señor lo veía, lo pude ver con ojos de amor, con los ojos de Jesús. Yo no sé ustedes, pero yo anhelo tanto que todas las familias sean encontradas por Jesús. Así que te invito a que ores más por otros, así como una vez alguien oró por vos.

Dispongamos  nuestros corazones y oremos:

“Jesús, gracias por habernos encontrado, somos tan dichosos, te tenemos a Ti, entonces lo tenemos todo. Pon en nosotros el querer como el hacer para orar por otras personas y danos la valentía para sacrificar nuestra carne y propios deseos un poco cada día. Danos tus ojos para que nuestros corazones sean transformados cada vez que oramos por los demás, y que podamos aprender a amar a nuestro prójimo tan apasionadamente como tú nos amas a nosotros. Te amamos y te bendecimos Jesús. ¡Amén!”

Fabiola G.

25 años. 8 años de ser cristiana y 6 años sirviendo en la Iglesia.


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