El nacimiento del Rey de Reyes
El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo es quizás la segunda fecha más importante de toda la historia de la humanidad, siendo la primera la de su muerte y su resurrección. El nacimiento del Señor, dividió el tiempo en dos: un antes y un después. La historia nos cuenta que Alejandro Magno había hecho caminos entre los pueblos, así que el evangelio fue más fácil de comunicar porque la gente caminaba entre los pueblos y siendo el griego el lenguaje común entre la mayoría de ellos, el evangelio fue transmitido más fácilmente.
Los cristianos eran llamados los hombres de los caminos porque en allí esperaban a la gente que se dirigía a algún otro pueblo y les comunicaban el evangelio, ahí su vida era transformada y eran hechos nuevos. Pero además de eso, en lo espiritual Israel vivía uno de sus momentos más difíciles y oscuros: estaban conquistados por los romanos y eran oprimidos en muchos aspectos tanto económicos como espirituales.
Los líderes religiosos eran corruptos y habían puesto muchas cargas sobre ellos, así que se sentían condenados y a la vez no tenían ni para sus propias necesidades, podían ser asesinados en cualquier momento por los romanos, se avecinaban guerras brutales y mucha muerte. Fue en ese momento en específico que el Dios Todopoderoso envió al libertador, a nuestro Señor Jesucristo a venir a esta tierra y a morir por cada uno de nosotros.
Jesús es llamado de muchas formas en el evangelio: el sustituto, aquel que fue cambiado por nosotros, Dios lo cambió para que Él llevará nuestras cargas, Él fue perfecto, no fue culpable de nuestros pecados, pero aún así los cargó. Ni más ni menos que el Hijo de Dios fue enviado al mundo a sufrir por nosotros, El Rey de Reyes, no sólo llamado a ser Rey de Israel sino fue llamado a ser Rey de todo el mundo.
Así es que nos preguntamos ¿porqué Dios mandó a su hijo a quién más amaba a morir por nosotros que somos pecadores?, como dice en Juan 3:16, que con tanto amor Dios amó al mundo, que envió a su hijo, su único hijo a este mundo a morir por nosotros, Dios materializó su amor enviando a su único Hijo a morir por nosotros.
Así fue como Dios manifestó su obra por medio de Su Hijo, fue hecho hombre, estaba con el Padre y fue enviado a ser más pequeño que los mismos ángeles, que le adoraban. El mundo lo ignoró, no hubo campo para que naciera en Belén, así que tuvo que ir a un pesebre, pero mientras el mundo lo ignoraba en ese momento había una despedida en el cielo, porque el Príncipe de los cielos bajaba a la Tierra, en la Palabra dice que los ángeles cantaban tan fuerte que los mismos pastores alrededor del pesebre escuchaban el canto de los ángeles, pues el Hijo de Dios estaba en la tierra y venía a cumplir su misión durante 33 años y después de ese tiempo sería asesinado por nosotros, a quienes Él vino a salvar.
Mateo 2:1 dice “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.” El evangelio de Mateo se centra en el hecho de que este hombre, Jesucristo es el Rey prometido para los judíos, pero también fue el Rey prometido para toda la humanidad.
¿Quiénes eran estos hombres sabios?, ¿cuántos eran?, ¿realmente eran reyes?, ¿porqué llegaron a Belén?, tenemos una idea equivocada que se nos ha formado por un tema de cultura popular, hemos aprendido que eran tres hombres que montaban en camello, unos viejitos en camello, hay gente que dice que eran descendientes de Sem, Cam y Jafet, los hijos de Noé y que cada uno representa una raza, todos conocemos sus nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar, pero ¿adónde está eso en la Biblia?. Eso no está la Palabra, es cultura que se enseña, inclusive en la tradición Católica en el siglo XVII el Obispo Reynaldo de Colón, encontró los supuestos cráneos de estos reyes y dice que estaban viendo hacia Belén, pero ¿cómo supo que eran de ellos?, no lo podemos saber, se vuelve un tema muy dogmático, esos cráneos estaban en una Catedral Europa exhibidos, pero eso no lo que dice la Palabra.
La Biblia nos da muy poca información acerca de estos hombres, dice que vinieron del Oriente a Jerusalén, nos dice que eran unos magos, pero cuando comenzamos a estudiar este tema en la palabra, nos damos cuenta que la historia es mucho más maravillosa aún de lo que la Biblia nos enseña en esta pequeña porción de Mateo. Esta historia nos llena de esperanza y fe sobre lo perfecto que fue el nacimiento de Jesús, como Dios armó todas las pequeñas piezas de la historia para este momento.
El concepto de mago descendía de una línea muy antigua de sacerdotes paganos muy poderosos y la historia los ubica en el Imperio medo persa, pero en la Biblia vamos a encontrar datos de ellos antes. En Babilonia, inclusive hasta Génesis 2 encontramos sobre estos mismos magos. Hubo 4 cuatro imperios que fueron muy fuertes, el Imperio de babilonia, el medo persa, el griego y el romano y en la historia aprendemos que estos magos estaban siempre cerca de los reyes, ellos eran los consejeros de los reyes desde Babilonia. Hasta los griegos y los romanos los vieron como una amenaza, conocidos como sabios políticos, poderosos e influyentes, una tribu sacerdotal por herencia del pueblo de los medas, eran genios en astronomía, que es una ciencia y astrología que es una superstición.
En ese tiempo no había una diferencia real, lo mezclaban como si fuera lo mismo, eran instruidos en ocultismo y hechicería y por este motivo es que la palabra mago se corrompe o se usa hoy en día para hechicero. Si bien ellos eran hechiceros y usados por Satanás, la Biblia nos enseña que en Babilonia estos magos eran los oficiales con el rango más alto de consejeros del rey y tuvieron la oportunidad de ser influenciados, de que sus vidas cambiara. En los primeros capítulos del libro de Daniel se menciona que mientras los judíos eran cautivos en Babilonia, Daniel fue puesto en autoridad sobre ellos en una posición de jefe, Daniel 5:11 “En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos,” el espíritu que moraba en Daniel, era el espíritu de Jehová el único Dios, pero ellos no lo entendían.
Estos magos eran monoteístas, muy parecidos a los judíos y creían cosas muy parecidas, porque ese es el plan de Satanás, su plan es agarrar las cosas santas de Dios y torcerlas un poco, lo más falso que encontremos siempre va a ser lo que más se parece a la verdad: si agarramos un papel y escribimos 5000 colones no vamos a creer que es un billete de 5000 colones, pero si falsificamos el billete de una forma muy parecida, nos podrán engañar y pensaremos que es un billete real.
Esa es la obra de Satanás, siempre ha sido igual y estos magos hacían cosas muy parecidas al judaísmo, adoraban al fuego como una especie de encarnación o deidad, una copia de Cristo así hasta hoy en día, escuchamos muchos predicadores – fuego de Dios – y debemos de tener mucho cuidado con ese concepto, porque es el concepto más utilizado por estos magos y no lo vemos en la Biblia, tenían un sistema de sacrificio parecido al de los judíos para el perdón de los pecados, como lo tienen todas las religiones del mundo, pero sólo el Cristianismo real nos enseña que nuestros pecados fueron perdonados por Cristo Jesús, no hay obra que podamos hacer como hombres para que nuestros pecados sean perdonados.
Él fue el que los cargó hasta la cruz, ese regalo inmerecido, la gracia de Dios que nos hizo salvos, no hay nada que podamos hacer, rompe a cualquier tipo de religión en el mundo. Eso también diferencia al Cristianismo de cualquier otro tipo de religión.
Estos magos eran sacerdotes por herencia como los levitas, los judíos que tenían sacerdotes que eran por herencia, una tribu entera de levitas, que eran una tribu de sacerdotes y estos magos era igual, así que el paralelo que existe con el judaísmo era increíble y la forma como Satanás obra y como siempre ha querido que la religión verdadera desde el principio sea torcida para que la gente se pierda y no llegue a la verdad.
Eso pasa hasta hoy en día, existe el cristianismo real y el cristianismo falso, que enseña muchas cosas que no están en la Palabra, pero lo importante es que estos hombres tuvieron oportunidad de compartir con Daniel, y ver el testimonio de Daniel, que él era un hombre integro en Dios, vivía en Babilonia bajo un pueblo pagano, pero siempre adoró a Dios.
Cuando prohibieron la adoración, Daniel siguió adorando a su Dios y podemos decir que Daniel influyó a estos hombres – no a todos – pero a un grupo de ellos, para conocer la verdad, la verdad del Mesías, la verdad de Dios, la verdad del Antiguo Testamento que Daniel conoció muy bien, la verdad de las escrituras y que vendría un día un Mesías que sería el Rey sobre todo pueblo y nación, así que Daniel pasó este conocimiento de la verdad 600 años antes de que Jesús naciera.
Muchos profetas habían profetizado la venida del Señor y esos mismos hombres magos que se habla de ellos en Mateo 2, iban a recibir al Mesías y eso es increíble porque Dios prometió un Rey para todos los pueblos de Isaías a Malaquías; todos los profetas del Antiguo Testamento profetizaron para Egipto, Siria, Amón, Edón, Medo persa, Tiro, Ninive… todos los pueblos que rodeaban Israel, porque el Mesías, el Dios Todopoderoso, venía por todos, no solo por un pueblo.
Hay personas que adoran a los judíos y aunque ellos tienen un lugar especial en el corazón del Señor, fue el pueblo que Dios escogió, su Hijo fue judío, pero hoy en día los judíos están igual de perdidos que cualquier otra religión en el mundo, el musulmán y el budista, cualquiera, porque sin Cristo no hay verdad, sin Cristo estamos perdidos.
Leyendo la historia de Daniel, nos preguntamos, pero ¿no fueron estos magos los que lo traicionaron y lo tiraron a la fosa de los leones?, sin embargo leyendo la Palabra nos damos cuenta que no fueron ellos, sino los gobernadores de las regiones alejadas al palacio, ellos no estaban en el palacio y tanta fue la confianza, que hasta el rey tenía en el Dios Todopoderoso de Daniel, que cuando lo envió a la fosa de los leones, le dijo – tranquilo Daniel, sé que tu Dios te va a librar -, y así fue, debemos entender que es probable que no todos estos magos conocieron la verdad, muchos se mantuvieron en sus ramas y prácticas paganas.
En la Biblia encontramos en el libro de Hechos, el más probado arqueológicamente en toda la historia, que muchos de estos magos y descendientes de estos magos eran hombres muy malos, como Simón el mago en Hechos 8 quien tenía a un pueblo embrujado y quiso comprar al Espíritu Santo de Dios, ese era descendiente de estos magos, así que muchos se mantuvieron en lo malo, en lo oculto, como cualquier político, científico, filósofo, sabio y predicador con alto conocimiento pero sin Dios, se vuelve peligroso hasta en estos días, y cualquier profesión se puede volver tan peligrosa y engañosa que puede hacer que miles y millones de personas se alejen de la vida eterna para siempre, pero quizás algunos de estos hombre encontraron la verdad por las palabras de Daniel, la Biblia no lo especifica, pero en la Palabra encontramos gentiles que vieron a Jesús y sin tener ningún conocimiento se dieron cuenta que éste era el Hijo de Dios, el Mesías, como Cornelio, Lidia y el Centurión vieron y sabían que este era el Señor de Señores, que era el Rey de Reyes.
Cuando los judíos con todos sus conocimientos, todas sus profecías nunca supieron o no quisieron saber y no quisieron ser libres de lo que Jesús venía a hacerlos libres. Jesús no venía a hacerlos libres de los romanos, venía a hacernos libres de nuestro pecado, que está en nuestro corazón y es la mayor libertad que hay, porque es la libertad que nos permitirá estar un día con Dios, la libertad que nos permitirá ser salvos sólo la encontramos en la Biblia.
Volviendo al momento del nacimiento del Señor, en Mateo 2, estos magos eran tan poderosos en ese tiempo que tenían un código persa, ellos escogían quiénes eran reyes del Imperio persa, llamado el Imperio parto en ese tiempo. Estos magos sabían que ellos eran poderosos, peleaban con los romanos quienes entraron en angustia cuando escucharon hablar de ellos. Imaginémonos al Mediterráneo en el sur y al este de Israel, era donde se enfrentaban, donde es Siria hoy en día, en Jordania se encontraban los dos ejércitos del Imperio romano, con este Imperio parto que era el Antiguo medo persa.
Así que estos eran hombres poderosos los que vinieron a buscar al Mesías, escogían a los reyes y no venían como pensábamos, venían en caravanas enormes con guerreros persas entrenados por cientos de años, venían con grandes túnicas y sombreros de cono. Dios estaba esperando, Dios preparó toda esta situación para que estos hombres de que venían de lejos, vinieran a adorar a este Rey nacido. El versículo 3 de Mateo 2 dice que “Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.” . Se turbaron porque eran caravanas, eran hombres muy importantes los que venían y Jerusalén está relativamente lejos de Belén.
Ellos venían a adorar, porque sabían que había un Mesías que iba a nacer en este lugar y la Biblia no dice la razón de porque fueron, y se cree según la historia que ellos no estaban conformes con su rey, así que lo habían quitado y estaban buscando otro rey que los llevará a la victoria contra los romanos. Todo el mundo en ese tiempo pensaba que este Mesías era un libertador en lo físico, porque todavía no entendían el concepto, ni siquiera lo mismos discípulos del Señor lo entendían y estaban buscando a este nuevo rey y Herodes cuando vio a estos hombres venir, se llenó de miedo porque Herodes era un aliado de los romanos.
Estos magos sabían muy bien que si ellos iban a guerra con los romanos, los judíos se hubieran ido con ellos. Herodes tenía su pequeño ejército, que no era nada comparado con el ejército de los persas y también sabía que los romanos no los iban a ayudar porque su título de Rey de los Judíos se lo había puesto un hombre, no se lo había dado Dios, sino fue puesto por Cesar Augusto.
Herodes se encerró entonces en ese momento, se llenó de temor y todo el pueblo temía con él, porque cuando un rey está en temor el pueblo también. Estos hombres venían a buscar al Mesías, a ese Rey que acababa de nacer para adorarle, para postrarse ante Él, este Rey representa la misericordia del Dios Todopoderoso. La gente pensaba que los judíos iban a estar celebrando, pero no fue así, lo rechazaron. La Biblia dice que – Él vino a los suyos y los suyos le rechazaron -.
Estos hombres estaban dormidos, perdidos en sus problemas, engañados porque no conocían la verdad, con un montón de corruptos al poder.
Hay pueblos que no tienen a Jesucristo mientras que nosotros sí; ¿existe algo más grande que eso? Jesús es el mejor y más grande motivo para celebrar, Él vive en nuestro corazón y mora en nosotros. En Hebreos lo llaman el autor, el capitán que va delante de su pueblo, como los reyes antiguos, era el primero en recibir las flechas que le disparaban, porque está dispuesto a morir por su pueblo. Porque Dios nos amó tanto que salió a buscarnos y nos trajo de regreso al redil.
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«… y Dios amo tanto al mundo que envió a su único hijo..», Tanto dolor y sufrimiento en medio de guerras, de gobiernos corruptos, de mafias que ahora se unen a los políticos y solo generan pobreza, no hay paz para nadie y nuevamente hoy, Dios nos envía a su hijo, para que; el que crea en él encuentre la paz.
Que dios nasca en cada hogar y encuentre en nuestros corazones el pesebre donde reine para siempre.