Lobos vestidos de ovejas: Los frutos del lobo
¿Qué es lo peor que la Iglesia está pasando hoy? El peligro radica en el hecho de que existe un sobre acceso a la información y sin filtros de autoridad. El internet trajo cosas buenas como poder llevar el evangelio donde no había llegado, sin embargo; así como hay quienes predican un mensaje real, hay otros que predican uno falso, y sea uno u otro en Internet tienen la misma autoridad. ¿Cómo nos podríamos dar cuenta de a quién escuchar y a quién no?
Cualquier persona puede ser predicador y ser conocido en internet, pero realmente no sabemos quiénes son. El peor enemigo de la Iglesia no son los musulmanes, lo ateos, los hindúes, ni quienes persiguen a la Iglesia, porque todo eso es evidente a la luz de la Palabra que es incorrecto. Debemos cuidarnos de las personas que tienen un título de cristianos pero no lo son, aquellos que tienen intenciones de destrucción para el cuerpo de Cristo.
Judas, hermano de Santiago y de quien se cree fue medio hermano de Jesús, en su libro nos advierte de estos “cristianos”. Esta es una enseñanza totalmente aplicable a la actualidad que trata sobre advertencias que deberíamos aplicar en nuestras vidas. Es fundamental que la Iglesia hoy en día hable y tenga cuidado de estos lobos vestidos de oveja que buscan traer ruina a nuestra fe.
El libro de Mateo 7:15 NTV dice “Ten cuidado de los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas inofensivas pero en realidad son lobos feroces.”
Jesús utiliza el ejemplo del mayor enemigo de la oveja – el lobo – para mostrarnos cómo vendrían nuestros mayores enemigos. Los tiempos de mayor crecimiento en la Iglesia han sido los tiempos de persecución, porque en la comodidad vivimos en aturdimiento y nos volvemos blancos fáciles de atacar.
Judas 1:3-4 dice “Queridos amigos, con gran anhelo tenía pensado escribirles acerca de la salvación que compartimos. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que debo escribirles sobre otro tema para rogarles que defiendan la fe que Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo. Les digo esto, porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral. La condena de tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.”
En estos versículos se nos comparte el gozo por la salvación, sin embargo trae un tema más importante a la mesa: defender la fe por el pueblo santo de Dios. Judas muestra como dentro de la misma congregación, existen los falsos profetas. Estos falsos profetas no eran exclusivos del llamado profético, se les llamaba de esta manera debido a que, en su contexto era lo que la Iglesia conocía, es decir escuchar a Dios a través de los profetas.
Jesús nos advirtió que existirían falsos predicadores, amigos, cristianos y de lo difícil que sería distinguirlos
¿Cómo hacemos para evidenciar a estos falsos?: debemos preguntarnos, ¿Qué hacen? ¿Cuáles son sus frutos? ¿Cuál es su carácter?
Como Iglesia debemos aprender que los hace falsos, para no convertirnos en uno de ellos.
En Mateo 7:16 se nos enseña que los podemos reconocer por sus frutos: “Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan. ¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos?” Sin embargo, hoy en día muchas veces prestamos nuestros oídos a personas que no conocemos mucho menos sus frutos.
Los seguidores en redes sociales no son un reflejo si la persona es aprobada o no por Dios, ni podemos creer que las Iglesias grandes solo por su tamaño son afirmadas por el Señor. Ni la cantidad ni el tamaño son malos en sí mismos, pero debemos tomar en cuenta que no es tan fácil predicar el evangelio real sin ser rechazado por el mundo, lo fácil es predicar lo que el mundo quiere escuchar.
No escuchemos a las personas ni por sus seguidores, ni por sus dones, en Romanos 11:29, se menciona como los dones son irrevocables, pero aun así puede que no se utilicen de la manera correcta ni tampoco estos reflejan una vida conforme al corazón de Dios. Por esta razón, no podemos evaluar el fruto con base a los dones, sino conforme se nos muestra en la Palabra en Gálatas 5:22: “En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad” ¿Son estos frutos del espíritu evidentes en la vida de la persona?
Compartimos cuatro puntos acerca del cómo puede lucir un lobo; y así podamos tener el discernimiento para no ser engañados.
#1. Los lobos no permiten la cercanía: En Judas 1:16 dice “Estos individuos son rezongones, se quejan de todo y viven solo para satisfacer sus deseos. Son fanfarrones que se jactan de sí mismos y adulan a otros para conseguir lo que quieren.”
Los lobos se jactan de sí mismos, celebran los logros pero no muestran sus luchas. Todas las ovejas somos imperfectas, todos necesitamos de la gracia de Dios, todos necesitamos ser perdonados. Sin embargo los lobos muestran sólo sus virtudes, se muestran inalcanzables, correctos y pueden querer llegar a sustituir a Cristo como norte de la Iglesia.
Hace muchos años se mostraban pastores e Iglesias perfectas y la congregación buscaba parecerse a los pastores buscando la perfección en nuestra humanidad. ¡Cuidado Iglesia! Debemos buscar ser como Cristo, no somos ni seremos perfectos en nuestras fuerzas, más bien busquemos mostrar cómo Él ha sido glorificado en nuestras luchas.
No escondamos lo que fuimos, si no que traigamos a la luz quienes somos, las heridas sanas pueden mostrar cómo Dios puede sanar vidas. A los lobos no les gusta que nos acerquemos demasiado, porque en la cercanía vemos los errores, y veríamos su verdadera identidad de lobo, en la cercanía se muestra la integridad. Necesitamos una Iglesia cercana.
#2. Los lobos son rebeldes a la autoridad: No podemos sujetarnos a una persona que no esté dispuesta a sujetarse, todos necesitamos pastor, todos somos ovejas. Busquemos personas que sean íntegras, que se sujeten a sus autoridades y que estén dispuestas a rendir cuentas.
#3. Los lobos tienen un corazón endurecido: La evidencia de un verdadero cristiano la podemos ver a través de su capacidad de reconocer sus errores y su humildad para pedir perdón, eso habla de su amor.
Los lobos defienden su punto sin importar nada más, niegan todo antes de aceptar su propio error. Hombres, sacerdotes de la casa, si ustedes tienen la humildad y el amor para ser el primero en conciliar, eso demuestra su sacerdocio en su casa. Nuestro amor a Dios se evidencia en nuestra humildad y en aceptar nuestros errores.
#4. Los lobos hablan verdades a medias: Nadie se filtra en una Iglesia con una doctrina totalmente errada, así como dice en Judas 1:4 “Les digo esto, porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral. La condena de tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.”
Los falsos profetas se infiltraron hablando de la maravillosa gracia de Dios, sin embargo venían con una verdad unida a una parte de mentira.
Una verdad a medias no es una verdad, se vuelve una mentira. Hoy en día existe una teología que dice salvo siempre salvo, es correcto que quien es salvo no pierde su salvación pero el que es verdaderamente salvo camina con obras que evidencian la salvación, dando frutos de transformación en su vida personal.
Sin embargo; hoy en día se ha infiltrado en la Iglesia la idea de que podemos hacer lo que queremos, porque igual somos salvos, lo que ha provocado en las Iglesias actitudes y obras aberrantes a la luz de la palabra.
Los lobos vestidos de oveja hacen lo posible para que no nos demos cuenta de su verdadera identidad, tratan de ensanchar el camino angosto, por eso hoy en día en la Iglesia se dan licencias que no deberían de darse, simplificando todo sin ninguna base bíblica. ¿Qué evangelio nos presentan los lobos? Tengamos cuidado con aquellos que predican un evangelio más de ellos que de Cristo.
El Evangelio real se trata de lo que Jesús ya hizo: vino al mundo, fue perfecto, murió en la cruz, resucitó, asciende al cielo y un día vendrá por su Iglesia. El Evangelio de Cristo dice que vamos a tener aflicciones, que todo va a ser usado para su gloria y su promesa es que Él no nos abandona en nuestras aflicciones.
Los lobos predican más de sus experiencias, de sus logros, de sus sueños, de lo que hicieron, pero no hay transformación de vida, porque buscan ponerse en el lugar que le pertenece a Cristo, olvidando que se trata de Él.
Los lobos creen que son la verdad, son intocables y creen que nadie los puede poner en tela de juicio. Los que creen que son la “santa autoridad” y la “santa verdad”.
La única Verdad es Cristo y Su Palabra. Todos somos imperfectos y como intérpretes de la palabra podemos equivocarnos y mal interpretarla. Sin embargo; estamos abiertos a error. Pero si consideramos que todo lo que decimos es nuestra “santa verdad” y no hay discusión; el evangelio que predicamos trata sobre nosotros y no sobre Cristo.
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