Señor, enséñanos a orar – El ayuno y la oración
Debemos empezar aclarando que el ayuno no se puede hacer sin oración. El ayuno no es pasar hambre, ayunar es una disciplina espiritual. En otras religiones el ayuno se practica con otros propósitos como dietas, pero eso no puede considerarse ayuno espiritual. Aunque el significado del ayuno es “abstenerse de comer”, existen otros tipos de ayuno. Sin embargo, lo importante no es cómo ayunemos sino cual es la motivación por la cual lo estoy haciendo.
El ayuno puede tener muchos enfoques. Primeramente, el ayuno sirve para crecer espiritualmente, para que hagamos la voluntad de Dios y no la nuestra. Además, este nos ayuda a tener una relación íntima y verdadera y unirnos más con Dios. También contribuye a que nuestra fe aumente. El ayuno ayuda a pelear batallas contra nuestra carne, la cual nos dirige a pecado.
Cuando ayunamos es el momento donde entramos en la presencia de Dios y derramamos todo nuestro corazón delante de Él, es el momento donde nadie nos ve, donde mostramos nuestra hambre y sed de estar con Él. Debe ser nuestro más alto propósito estar con nuestro Padre que nos creó, que nos puso un nombre que nos dijo mío eres tú. Debemos saber que aunque pasemos por las dificultades o por los valles de sombra de muerte saber que Él está con nosotros, eso es lo que el Padre anhela, que lo conozcamos en lo íntimo y el ayuno nos ayuda a eso.
Al ayunar se aparta un tiempo para desligarnos de las actividades del día, para buscar a Dios. No hay un tiempo establecido obligatoriamente, eso queda entre el Señor y nosotros. Por esto es importante planificarlo y entregarlo a Dios. Debemos anhelar permanecer la presencia de Dios por un periodo de tiempo. Esta es una pasión que nace de un corazón que continuamente está orando.
Si no buscamos al Señor en el ayuno y la oración es poco probable que le conozcamos íntimamente. Es ahí donde Él se manifiesta de forma personal a nuestra vida. A través del ayuno y la oración es donde conocemos su voluntad para nosotros, sus planes y propósitos, es ahí donde le conocemos como un Padre que nos ama, que nos cuida y protege .
Jesús y el ayuno
Mateo 6:16-18 dice: “cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17 pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Cuando ayunemos nadie debe darse cuenta que lo estamos haciendo, es algo entre Dios y nosotros. No seamos como los fariseos, que se colocaban ceniza y andaban por las calles cabizbajos, diciendo a todos que ayunaban. El Señor al dar esta enseñanza en el monte de los olivos, quería que sus seguidores supieran la importancia del ayuno. Esta era una práctica muy importante para los judíos y nos enseña que él no estaba en contra de la ley, pero si estaba en contra de la forma en que los fariseos lo hacían. Ellos querían que los vieran y los adularan.
El texto denota que el Señor espera que nosotros ayunemos. En otros versículos de la biblia también Él les decía: cuando den limosna o cuando oren o cuando ayunen, acá se evidencian 3 disciplinas espirituales que Dios quiere que pongamos en práctica: el dar, el orar y el ayunar. Estas son tres disciplinas espirituales que están relacionadas, tienen en común que traen recompensa que solo viene del Padre.
La hipocresía y el ayuno
Mateo 6:16 dice: “16 cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas.”
La palabra hipócrita viene del griego hypokrites, que significa: actor. Es aquel que finge ser alguien que no es, finge tener ciertas cualidades para satisfacerse y buscar reconocimiento y ganancias. Los hipócritas están llenos de orgullo y solo buscan que los vean. Por eso Jesús nos habla de que procuremos seguir los mandamientos y amar al Señor, cuando vamos a orar, cuando vamos a ayunar no seamos como los hipócritas que solo buscan reconocimiento y honra para sí mismos.
Meditemos en mateo 23 como el señor condena fuertemente a los hipócritas, leamos este pasaje meditando si nosotros hemos tomado esta postura en algún momento:
Jesús critica la hipocresía
Mateo 23:1-35 dice:
“23 Después de esto, Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: 2 «Los maestros de la Ley y los fariseos tienen la responsabilidad de interpretar a Moisés.[a] 3 Así que ustedes deben obedecerlos y hacer todo lo que les digan. Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que predican. 4 atan cargas pesadas y las ponen sobre la espalda de los demás, pero ellos mismos no están dispuestos a mover ni un dedo para levantarlas. 5» Todo lo hacen para que la gente los vea: Usan en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en anchas cintas y ponen en sus ropas adornos llamativos. 6 les encanta el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas. 7 Y les gustan los saludos en las plazas y que la gente los llame “Rabí”. [b]8» Pero no permitan que a ustedes se les llame “Rabí”, porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos. 9 y no llamen “padre” a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre y él está en el cielo. 10 ni permitan que los llamen “guía”, porque tienen un solo Guía, el Cristo. 11 el más importante entre ustedes será siervo de los demás. 12 porque el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.13» ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Les cierran a los demás el reino de los cielos; ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo. 14 [c] 15» ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Recorren tierra y mar para ganar un solo partidario, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno que ustedes.16» ¡Ay de ustedes, guías ciegos!, que dicen: “Si alguien jura por el Templo, no significa nada; pero si jura por el oro del Templo, queda obligado por su juramento”. 17 ¡Ciegos tontos! ¿Qué es más importante: el oro o el Templo que hace sagrado al oro? 18 también dicen ustedes: “Si alguien jura por el altar, no significa nada; pero si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado por su juramento”. 19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante: la ofrenda o el altar que hace sagrada la ofrenda? 20 por tanto, el que jura por el altar jura no solo por el altar, sino por todo lo que está sobre él. 21 el que jura por el Templo jura no solo por el Templo, sino por quien habita en él. 22 y el que jura por el cielo jura por el trono de Dios y por aquel que lo ocupa.23»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la Ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello. 24 ¡Guías ciegos! Cuelan el mosquito, pero se tragan el camello.25» ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Limpian el vaso y el plato por fuera, pero por dentro están llenos de robo y falta de dominio propio. 26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero por dentro el vaso y el plato, así quedará limpio también por fuera. 27» ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de impurezas. 28 así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad. 29»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Construyen sepulcros para los profetas y adornan los monumentos de los justos. 30 y dicen: “Si hubiéramos vivido nosotros en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices de ellos para derramar la sangre de los profetas”. 31 pero así quedan implicados ustedes al declararse descendientes de los que asesinaron a los profetas. 32 ¡Completen de una vez por todas lo que sus antepasados comenzaron! 33»¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán ustedes de la condenación del infierno? 34 por eso yo les voy a enviar profetas, sabios y maestros. A algunos de ellos ustedes los matarán y crucificarán; a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo. 35 así recaerá sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa que ha sido derramada sobre la tierra.”
Lamentablemente, las congregaciones hoy está llena de personas que son actores. Tienen apariencia de santos y piadosos, pero son hipócritas como dice el Señor. Deberíamos analizar si nosotros mismos hemos sido así, ya que muchas veces los seres humanos buscamos la aprobación de hombres y no la aprobación de Dios, entonces practicamos un ayuno lleno de orgullo buscando la atención de muchos. Dios quiere que tengamos una relación genuina con Él.
El ayuno se ha corrompido por la hipocresía de gente religiosa que está en las congregaciones. Sin embargo, Dios quiere que ayunemos con el corazón correcto. Es más, en el ayuno le entregamos nuestro corazón a Dios para humillarnos delante del Señor, como lo hizo Jesús. Él se humilló y Dios lo exaltó y le brindó honra.
Filipenses 2: 9:11 dice: “Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre,10 para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra,11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Por lo tanto, ayunamos para humillarnos delante del Señor:
2 crónicas 7:14 dice: “14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
Si necesitamos que nuestra casa, nuestra vida se sane, debemos ayunar y humillarnos.
El que encubre sus pecados no prosperará, más el que los confiesa y los abandona hallará misericordia. (Proverbios 28: 13)
Para recibir perdón debemos estar dispuestos a confesar nuestros pecados, podemos venir al trono de la gracia confiadamente y ahí encontraremos favor y perdón .
En Mateo 6: 2 también nos enseña; de cierto os digo que ya tienen recompensa. La recompensa que tienen los hipócritas es una espiritualidad vacía, no habrá ninguna otra recompensa aquí en la tierra para ellos. Los aplausos la admiración y la honra de hombres no es la recompensa que Dios quiere para nosotros.
Mateo 5:16 dice: “así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”
Cuando hacemos buenas obras se va a notar, pero todo debe glorificar a Dios.
La forma correcta al ayunar
Salmos 139:23 dice: “examíname, oh, Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos”
Dios todo lo ve, todo lo conoce y no podemos engañarlo. Para Dios es muy importante la motivación por la cual hacemos las cosas:
Mateo 6:17-19 dice: “17 pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
El ayuno es algo muy intimo entre Dios y yo, es algo personal, debemos recordar que el Padre me está viendo. El lugar secreto representa la forma en la cual me relaciono con Dios.
Salmos 27:5-11 dice: “5 porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto.”
El lugar secreto en hebreo cether, significa lugar para esconderse de las personas y encontrarme con Dios a solas. Debería de desinteresarme de la opinión de otros y enforcarme en la posición de Dios. La oración y el ayuno debe ser una disciplina adquirida en nuestra vida espiritual. Debe ser algo intencional. No deberíamos esperar una tragedia en nuestra vida para empezar a buscar al Señor en ayuno y oración.
Además, el lugar secreto es donde conozco al Padre íntimamente:
Juan 14: 21 dice: “Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos”
Si no busco a Dios y no tengo hambre y sed de Él, difícilmente entenderé quien es mi verdadero Padre. ¡Necesito ir al lugar secreto para obtener fortaleza y dejar prácticas de pecado. Además, debo ir al lugar secreto para buscar la llenura del Espíritu Santo. El lugar secreto es donde se unen el ayuno y la oración, donde encuentro pertenencia en Él. ¡Busquemos al Señor en el lugar secreto!
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