Más allá de un rescate
Hace poco un en tiempo de descanso logré ver el final una de mis películas favoritas, “Salvando al soldado Ryan”. Si no la recuerda (o nunca la ha visto) en resumen se trata de un grupo de soldados estadounidenses que tienen como misión buscar en el campo de batalla europeo a un soldado llamado James Ryan, al cual el Estado Mayor norteamericano le ha dado el derecho de volver a casa debido a que sus cuatro hermanos han muerto en combate. El grupo de hombres de la compañía Charlie del segundo batallón Ranger recorre muchos kilómetros, libra salvajes batallas, se ven rodeados de enemigos todo su viaje, sufren de cerca todos los dolores de la guerra e incluso pierden a dos de sus miembros, todo por buscar a un solo hombre y llevarlo de vuelta a casa. Finalmente después de sufrimiento y sangre derramada encuentran a Ryan en un pueblo en Francia, evitando junto a su batallón que los alemanes tomen un puente de suma importancia. Luego de una lucha sangrienta, y haber salvado el puente, el líder moribundo de la compañía Charlie, el capitán John Miller, le dice a Ryan una frase que impactaría la vida de cualquier hombre: “haz que valga la pena”. Haz que esto valga la pena, que nuestra misión valga la pena, que la vida de los dos hombres que murieron para encontrarte haya valido la pena, ¡hazte digno de esto!
Hay gente que pensaría “vaya si todo eso lo hubieran hecho para salvarme a mi yo viviría cada día honorablemente en memoria de esos hombres”, lo cual ciertamente es un pensamiento legítimo, pero quiero recordarte que se hizo eso y aún mucho más para salvarte.
Dios ideó toda una estrategia de guerra para salvarte, a diferencia de la película Dios no envió soldados a buscarte, El mismo entró al campo de batalla, El mismo es el que sufrió heridas y El mismo te tomó y te sacó de la muerte. Tal vez cuando lees en tu biblia Juan 3:16, o alguno de los otros versículos usualmente usados para recordar la salvación, no ves una impactante batalla, aviones, disparos o brutales explosiones como las que se ven en “Salvando al soldado Ryan”, pero créeme Dios declaró guerra a las tinieblas para salvar tu alma y se aseguró de obtener la victoria. Para Dios tu alma es tan valiosa que El ha estado en un violento conflicto, el conflicto de los siglos, todo para que tú puedas estar cerca de él.
“Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos.” Isaías 42:13
“Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿Quién lo impedirá? Y Su mano extendida ¿Quién la hará retroceder?”. Isaías 14:27
Que valga la pena
¿Sería nuestra vida cristiana de excelencia si fuéramos conscientes del sacrificio que fue hecho por cada uno de nosotros? Ryan se esforzó por vivir una vida digna recordando cada día las palabras del capitán Miller “haz que valga la pena”, ¿nosotros hacemos que valga la pena? Ahora debo aclarar que no me refiero a ser nosotros “dignos” de la salvación o intentar “compensarla con actos”, eso sería un acto religioso extremo, recuerda que fuimos salvados “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Rom 3:24), Dios nos salvó por gracia “para que nadie se glorié” (Efesios 2:9), nunca seremos dignos por nosotros mismos de nuestra salvación, pero debemos vivir una vida de agradecimiento, dando cada minuto la gloria a Dios y recordando lo que Pablo dijo a Timoteo:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” 2 Timoteo 2:15
¿Procuras estar aprobado para Dios?, no por la iglesia o por tu pastor, ¡aprobado para Dios! procurando que tu vida sea motivo de contentamiento para El, con tu mente, con tu corazón.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Romanos 12:1
Dios no quiere que hagamos altares con piedras y fuego, o que sacrifiquemos animales en su honor, Dios dice “yo batallé para que pudieras acercarte a mí, TE QUIERO A TI”, recuerda que estábamos privados de la gloria de Dios (Rom 3:23), pero con SU SACRIFICIO el nos dio el acceso a SI MISMO (Hebreos 10:12-22), Dios quiere relacionarse contigo, el desea que los busques en la noche, no para pedirle, sino para deleitarte en El, que tu amor sea El y solamente El, que tu corazón se rinda ante su hermosura y su dulce voz.
Dios es un Dios de relación, cuando Pablo dice en Romanos que seamos sacrificio vivo se refiere a que nosotros somos la ofrenda. Todas las culturas han intentado (mediante sus religiones) llegar a Dios, en muchas ese anhelo se ha convertido en idolatría, pero Dios ha venido a nosotros MEDIANTE CRISTO, Dios quiere que tú mismo seas el incienso, perfume ante él, que tu corazón rendido sea el fuego del altar, Dios busca personas que en su corazón clamen “cuan amables son tus moradas oh Jehová de los ejércitos” “bienaventurados los que habitan en tu casa” (Salmo 84:1 y 4) y que le digan “yo quiero estar en tu casa Señor, quiero estar contigo, es mi anhelo, es lo que me hace vivir, es lo que da la vida, oír tu voz me hace sonreír y exalta mi corazón”
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