MENSAJE GENERAL: Planes, propósitos y proyectos de Dios
Todos tenemos planes, proyectos y propósitos en nuestra vida, sin embargo, tendemos a invertir el orden correcto de hacer las cosas. Primero creamos nuestros planes y luego involucramos a Dios en ellos cuando en realidad la vida no trata sobre nosotros sino sobre Él, así que lo que tenemos que hacer es involucrarnos nosotros primero en los planes de Él y su perfecta voluntad se cumplirá en nuestras vidas.
En ocasiones oramos por una situación específica pero cuando algo sucede nos cuesta saber si es la respuesta de Dios o no. Veremos la historia de Nehemías para entender cómo él lo comprobaba y llevarlo a nuestra práctica diaria.
Nehemías era de Israel, sin embargo, se había ido a vivir a un reino un poco alejado. Un día habló con un hombre israelita y este le comentó que Jerusalén había sido consumido por la idolatría a diferentes dioses, que se encontraba en ruinas y que su población se había mudado a otros pueblos. Esto lo entristeció profundamente ya que era su pueblo amado y se encontraba en una situación caótica, así como muchas veces lo ha estado nuestra vida o nuestra familia.
Nehemías nos da tres señales de lo que deberíamos hacer cuando nos encontramos en una situación difícil y necesitamos que Dios nos hable:
1- Nehemías tenía un genuino amor y celo por Dios y por el prójimo.
Nehemías 1:4 dice: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.”
Él se encontraba en una muy buena etapa de su vida, sin embargo, cuando se enteró sobre la situación de Jerusalén sintió un gran dolor ya que aparte de ser su tierra era el lugar que representaba la presencia de Dios, pero esta ya no estaba ahí así que oró y ayunó por sus hermanos. Dios quiere que seamos sensibles ante las necesidades de nuestros hermanos.
Así como el Señor ya no habitaba en Jerusalén también puede dejar de habitar en nosotros si ponemos el pecado por encima de Él, pero no porque Él se aleje sino porque nosotros nos apartamos de Él y salimos de sus planes perfectos.
2- Nehemías era una persona que oraba conforme a la palabra de Dios.
Nehemías 1:5-9 dice: “Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo. Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.”
Dios cumple sus promesas a quienes le siguen, guardar sus mandamientos es el fruto de nuestro amor por Él. Nehemías es un claro ejemplo de perseverancia en oración, pese a que no recibió la respuesta de inmediato siguió orando sin cesar, su gran conocimiento de la palabra de Dios le ayudó a orar conforme a las perfectas promesas de Dios, por eso es fundamental estudiar la palabra para saber cómo debemos orar y qué podemos pedir.
En su oración, Nehemías decía que él sentía una carga muy pesada y que si venía de Dios entonces ´él la aceptaría y haría lo que Él le dijera, pero si no entonces le pedía que se la quitara. Pidió perdón por sus pecados y los de su pueblo ya que entendía que eso traería sanidad. Cuando oramos frecuentemente y caminamos con Dios su respuesta vendrá, la clave es que siempre busquemos agradarle en todo.
3- Nehemías entendía que su solitud estaba desalineada a él y alineada a Jehová.
Nehemías 2:4 dice: “Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos”
El rey notó que Nehemías estaba triste, así que le preguntó qué podía hacer él para ayudarlo, en ese momento y antes de pedir algo Nehemías oró para que el Señor guiara sus palabras y eso nos enseña que debemos buscar su presencia primero, pedirle la respuesta, que no se haga nuestra voluntad sino la suya. Tal vez no fue la oración más compleja que hizo, pero esto salió de un corazón sincero delante de su Padre.
Es importante tener planes y proyectos, pero rindamos primero nuestra voluntad a la del Padre ya que sus planes son mejores que los nuestros.
El fruto del llamado de Dios es gloria y honra a Él, y tal vez impactáremos solo a una persona, pero puede ser que esa única persona impacte naciones. No midamos con la barra del mundo, no es cierto que el que tiene más tiempo en la iglesia es el mejor, nuestros logros se miden en como nosotros percibimos a Dios y como nos moldeamos a lo que Él estipula, nuestro propósito es conocer a Dios y darlo a conocer como Él lo merece.
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