Usando el dinero correctamente - Generosidad radical
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Usando el dinero correctamente – Generosidad radical

Hablar de dinero pone nerviosa a la gente, y más cuando se habla de dinero en la iglesia. Aunque en ocasiones este tema ha sido utilizado para la manipulación, este fue uno de los temas más atendidos en las parábolas de Jesús. Esta serie de cuatro semanas busca explorar el importante tema del dinero a través de un lente bíblico.

Breve reseña de las anteriores prédicas de esta serie.

Primera enseñanza: El Padre dadivoso. El Señor quiere bendecirnos y el cual nos quiere dar muchas cosas en función a nuestra necesidad, no en función a nuestros deseos o caprichos.

Segunda enseñanza: El amor al dinero y los peligros alrededor.

Tercera enseñanza: La mayordomía. Nuestro deber como cristianos es ser buenos administradores de lo que Dios nos ha dado.

Cuarta enseñanza: La motivación, la generosidad radical. El tema que compartiremos a continuación.

Mateo 16:25 dice: porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.

Iniciamos con este versículo para que recuerden siempre y confíen en el Señor que es su proveedor, no su trabajo ni otra cosa.

Hemos estado hablando de dar, no solo es dar el dinero, sino dar de nuestros recursos, de nuestros tiempo y demás: por eso haremos una pequeña introducción.

Muchas iglesias justifican el diezmo en función a la ley judía en Levítico. Sobre todo en Levítico 27 o Deuteronomio 12 o Deuteronomio 14. El modelo teocrático que Dios quería para los judíos; Dios diseñó una sociedad perfecta y este modelo perfecto el Señor se lo deja a los judíos.

Dentro de este modelo había diferentes tipos de ofrenda por ejemplo el diezmo a los Levitas, a las autoridades.  Los Levitas eran las autoridades, como decir el gobierno pero era un gobierno que también tenía que ver con la parte espiritual porque eran sacerdotes.

El Señor deja en el capítulo 27 de Levítico que había que dar el 10% de todo lo que teníamos (los judíos) para mantener a los Levitas.

Luego tenemos el diezmo a los festivales y las comidas en las fiestas, esto lo podemos encontrar en Deuteronomio 12, Dios deja que los judíos den este segundo diezmo para las fiestas porque hacían estos grandes banquetes donde venía todo el mundo y la idea era que todo el mundo comiera junto y adorara a Dios.

Luego hay un tercer diezmo, que es un diezmo a los pobres. Deuteronomio 14, ese diezmo más o menos era como un 3%.

Entonces, básicamente si sumamos esas tres formas, el diezmo que ellos daban era alrededor de un 23% y no un 10% y aún después, seguimos leyendo, en Levítico 19 dice que además de este 23%, ellos tenían que en sus campos cuando cultivaban y se les caía alguna fruta o algún vegetal lo tenían que dejar ahí porque ese vegetal era para los pobres o para las viudas o para los extranjeros.

También se les dice que no cosechen las esquinas de sus campos porque también eso era para las para las personas que más necesitaban entonces Dios crea este modelo de sociedad perfecta donde el Señor quería que hubiera una equidad entre la gente.

No como nuestro modelo que por lo general se habla hoy en día, de capitalista o socialista. El capitalismo donde algunos tienen mucho y otros muy poco y socialismo donde nadie tiene nada.

El modelo de Dios no fue así, el modelo de Dios fue que todos viviéramos en armonía y además y se complementa con otros puntos bíblicos muy importantes por ejemplo el año del jubileo, cada 50 años todas sus deudas llegaban a cero y si nosotros le debíamos algo a alguien, ya no.  Las propiedades eran devueltas a sus dueños originales y así funcionaba el año del jubileo.

También estaba el tiempo en que los judíos podían sembrar durante 7 años y al séptimo año debían dejar de sembrar en su tierra. El Señor pensó hasta en la armonía con la propia naturaleza, la tierra descansaba un año y ese año ellos confiaban en el Señor, porque también el Señor diseñó su sociedad para que confiáramos en Él, así lo fue desde Adán en el Edén.

Entonces viene esta primera pregunta ¿cuánto debemos dar a la Iglesia?

Antes de contestar esa pregunta debemos conocer ¿cuál es nuestra motivación como cristianos para dar?

1 Corintios 13:3 dice “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres Y si entregase mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor, de nada me sirve”

Lo que Pablo dijo es que aún si doy, no el 10%, no el 23% del que hablamos ahorita, doy el 100% y no de lo que gano sino de todo lo que tengo, es como que llegues y abrís tu cuenta de banco y entregas todo y queda cero y firmas tu carro y casa y firmas todo y entrega toda su ropa y entrega todas sus posesiones, lo que más quiera su cámara, su computadora, lo que sea y dice la Biblia que aún aunque entregue todo si nuestra motivación no es la correcta.

Como cristianos nos han enseñado a decirle a una persona que si hace una acción específica tendrá gran recompensa pero eso no es lo que la Biblia indica, dice que de nada sirve si no hay amor.

Por eso, en cuanto a la pregunta sobre ¿cuánto debo dar a la iglesia? vamos en la palabra que no se trata de un monto, se trata de que sea con la motivación correcta porque en el mundo vamos a encontrar mucha gente que da por razones distintas inclusive más que los cristianos.

Y la mayoría son por una razón distinta a este amor ágape que habla la Biblia, encontramos razones tales como: la culpa, para callar su conciencia, por satisfacción personal porque cuando usted da también siente satisfacción y hay gente que se vuelve adicta a esa satisfacción personal, para dar una apariencia de piedad, para que los demás los vean.

Otra razón es por presión social, por todas las anteriores, cualquiera que sea, son motivos equivocados y de nada vale dar.

La única motivación válida para dar es el amor ágape genuino, abnegado, donde primero lo hago por Dios y mi reflejo del amor a Él es el cómo amo a los demás, a mi prójimo.

1 Juan 4:20 dice: Yo amo a Dios, pero aborrece a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”

 Entonces cualquier motivo fuera del amor a Dios y al prójimo para dar es simplemente rutina religiosa y la Iglesia del Señor no puede caer en este engaño.

Oración:

“Padre, haznos dadores generosos, motivados por el amor al Señor, motivados por ver a los demás y amarlos como me amo a mí mismo.

Padre, gracias por cada uno de mis hermanos y su corazón.

Ojalá que esta palabra haya venido a su corazón y que se vuelva algo de todos los días, que demos todos los días con alegría y gozo porque confiamos en aquel que tiene control de todo.

Padre te pido que podamos conocer al Señor como un padre dadivoso, que nos alejes de las tentaciones del mundo acerca del amor al dinero.

Padre que nos hagas mayordomos fieles y responsables y que nos hagas dar mucho de lo que tenemos generosamente y confiando en ti.

Gracias Padre por tu palabra, por mis hermanos, en el nombre poderoso Cristo Jesús.”

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