Usando el dinero correctamente - Un buen mayordomo
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Usando el dinero correctamente – Un buen mayordomo

Hemos estado hablando de El Señor como un papá generoso.

Ésta prédica se llama – un buen mayordomo.  Antes hagámonos la pregunta, ¿por qué estamos en la tierra?, ¿Por qué Dios nos dio vida?

Porque al final de los tiempos después de la gran tribulación, el Señor restaurará el diseño que siempre quiso establecer; una relación perfecta de Él con su creación, pero para establecer eso, tiene que destruir todo lo que ha existido (tiene el derecho de hacerlo, Él es creador) e implanta tierra y cielos nuevos, esto esta dicho en su palabra en el libro de Apocalipsis.

Nosotros estamos aquí con un propósito, el de darle GLORIA y HONRA a ÉL. Todo fue creado para su gloria y si no glorificamos al Señor no estamos cumpliendo sus mandatos.

El concepto de la mayordomía, es administrar el recurso de otro. Cuando administramos los recursos de otros siempre es más difícil que administrar nuestros propios recursos, es más la responsabilidad adquirida.

Mateo 25:14-30 dice:

14 “Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. 18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.  19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

Recapitulación:

Cuando estudiamos estas parábolas que tratan sobre el dinero, todas tienen un trasfondo espiritual. El señor toca estos temas constantemente en sus escritos, son importantes para nosotros y Jesús nos va a explicar cómo es el reino de los cielos. El enfoque lo vamos a dar en el plano de Administrador.

“Sus bienes” Lo que significa que el hombre puso a administrar los bienes que eran de su propiedad a los siervos.

“Talentos” Un talento era la moneda más grande conocida en el momento. Un talento representaba aproximadamente 6.000 denarios, un denario era el pago de un día en esa época. Quiere decir que cada talento representaba el trabajo de veinte años más o menos. Y aunque a uno le dio más que a otros, tenían un valor económico muy importante.

“Capacidad” era la forma en que esos talentos eran repartidos.

“Cavó en la tierra” práctica común en la época, enterraban el objeto de valor y solo ellos sabían dónde estaban.

“Buen siervo y fiel” el concepto de ser un buen siervo está íntimamente relacionado a la mayordomía, cuyo significado es administrar los bienes propios . Entonces si queremos ser buenos siervos tenemos que ser buenos mayordomos.

“Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” Dios va a evaluar cuando hemos sido fieles en lo poco para darnos más.

“Que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste” no quiere decir que él era un mal siervo, esto quiere decir que el siervo produce donde no hay, y saca de donde no existe, entonces él le da temor porque está frente a un hombre que puede producir donde no hay y es un hombre experto en multiplicar.

“Miedo” el miedo siempre será un mal consejero y nunca nos va a llevar a buenos resultados.

Las decisiones del creyente son por fe, que es la forma en que el Señor nos enseña a depender de él, Dios sabe lo que va a suceder en nuestras vidas.

Cómo administro lo que Dios ha puesto en nuestras manos, habla de dónde está puesto nuestro corazón y entendimiento, y si somos malos administradores que nos dejamos basar por el temor, pasamos a ser una persona vaga que no hacemos más que poner excusas.

Tres principios fundamentales en la administración de nuestros bienes.

Número Uno: No somos dueños de nada.  Salmo 24-1 dice: 1 “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan”

Todo lo que tenemos nos lo ha dado el señor, todo lo que somos, los dones, talentos, así que todo le pertenece a él.

Número Dos: Tener mucho cuidado con lo que administramos, porque entendemos que no es nuestro.

¿Cuál es la diferencia entre un siervo maduro y un siervo inmaduro? El siervo inmaduro es aquel que reclama por lo que le pertenece, por el contrario el siervo maduro es aquel que entiende que todo lo que tenemos es de Dios.

Dios nos ha bendecido con mucha bendición espiritual y quiere traer bendición económica de recursos a la vida de aquel que es un buen mayordomo.

Y ese fue el plan de Dios desde el principio, Él nos creó para ser mayordomos, su diseño para los hombres y las mujeres era hacernos administradores, y por eso puso a Adán a administrar todo lo que había en el paraíso, hasta que vino el enemigo con la mentira.

Lo que el enemigo nos vende es la idea de que dejemos de ser mayordomos y comencemos a hacer lo que deseemos.

Deuteronomio 8:17 al 19 dice:

17 “y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. 19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis”.

Dios es el que nos bendice, el que es dueño de todo, el que hace que las cosas fluyan, crezcan y florezcan.

Número Tres: Mayordomía y fidelidad no trata de mantener.

El Señor nos llamó a hacer crecer lo que ha provisto. Todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos, espera que lo hagamos crecer, él espera que hagamos crecer nuestras capacidades.

Porque fidelidad es hacer crecer, no mantener, el hombre que enterró el talento lo mantuvo y salió mal. Dios no espera que el talento quede guardado y se mantenga, nos ha dado un Don, desarrollémoslo; si no nos va a dar más de lo que estemos capacitados para recibir.

Lucas 12 del 16 al 21 dice:

16 “También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. 17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”.

Cuando somos egoístas, llegamos un punto donde creemos que no necesitamos a Dios en nada. En esta parábola el problema de este hombre es nunca quiso glorificar a Dios, sino que quiso glorificarse a sí mismo.

Meditemos qué hacemos con lo que Dios ha puesto en nuestras manos, qué hacemos con los recursos que nos dio y dónde está nuestro corazón. El principio de la palabra de Dios es da y se te dará, administra correctamente.

Meditemos en las siguientes preguntas:

¿Hemos sido buenos mayordomos? ¿Lo que Dios ha puesto en sus manos lo hemos administrado para la gloria de Dios? ¿Hemos sido buenos mayordomos con nuestro dinero? ¿Hemos multiplicado nuestros talentos? ¿Los recursos económicos que Dios ha puesto los hemos multiplicado? o los hemos escondido? ¿Crecemos en nuestras capacidades o somos poco diligentes en tratar de crecer en capacidades? ¿Hemos sido vagos? ¿No he sido una persona esforzada? ¿Pasamos todo el día viendo redes sociales? ¿He sido buen mayordomo de Mi tiempo? ¿Cuántas horas al día pasamos adheridos en la televisión? ¿Cuántas horas al día dedica a las redes sociales? y cuántas horas al día pasa orando o leyendo la palabra? ¿Somos mayordomos de nuestra familia? Cómo administramos las relaciones en la familia?

Porque el Señor nos va a confrontar de lo que hicimos con el tiempo en la tierra, cada vez que se tiene la oportunidad debemos traer Gloria a Dios en medio del ambiente donde él nos ha puesto a servirle.

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