Costumbres en la comunidad de fe
Una encuesta realizada en Estados Unidos por de Life Way Research acerca de las razones por las cuales las personas no se congregan dice que 34% de las personas dejan de congregarse en una Iglesia porque se mudan a otro lugar a vivir, 32% de las personas se van de la Iglesia porque sienten que los miembros los juzgan o que son hipócritas, 29% se van porque no se sienten bien con el resto de la gente de la Iglesia, 25% está en desacuerdo con posiciones políticas, 24% de las personas piensan que sus responsabilidades (entre ellas su trabajo) evitan que puedan congregarse. Otra encuesta, realizada por PEW Research Center dice que 37% practica la fe de otras formas, 23% porque no han encontrado algo o un lugar que les guste, 18% no les gustan los sermones de la congregación, 14% no se siente bienvenido, 12% no tiene tiempo para congregarse.
¿Por qué debemos congregarnos?, ¿Por qué es importante congregarse? Hebreos 10:25 dice “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, si no exhortándonos, y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. El versículo nos enseña que nosotros no debemos de dejar de congregarnos, porque podemos acostumbrarnos a dejar de hacerlo. El autor del libro de Hebreos dice “No debemos..” debemos tener cuidado, porque el dejar de congregarse podría tocar la puerta de nuestra de nuestra vida en algún momento como creyentes y nos puede alejar de cosas celestiales y propósitos divinos que tiene Dios para nuestra vida.
¿Pero qué quiere decir la palabra “congregarnos”? proviene del griego Episunagoge, que quiere decir reunir o juntar. Esta palabra viene de la siembra. Cuando se recogía el fruto de la siembra, los sembradores apilaban el fruto en un lugar particular, uno encima del otro, porque de esta manera es más fácil tomarlo y transportarlo.
Pero si profundizamos literalmente, los frutos son puestos en un lugar físico particular, para que estemos unos encima de otros, entendemos un principio que desarrollaremos, nadie puede congregarse desde casa. La palabra congregarse implica estar físicamente reunidos unos sobre otros en un lugar particular. Porque el cuerpo de Cristo implica relación vinculativa entre personas, donde unos nos edifican a como nosotros edificamos a otros. Hemos sido llamados a poner nuestros dones en edificación. Y como hoy tal vez nos toca a nosotros edificar a otros, de la misma manera a otros como parte del cuerpo les toca edificarnos a nosotros. Y en esa relación de dar y recibir, es donde el cuerpo de Cristo crece y se alimenta, pero va más allá de eso.
Si somos salvos, y hemos recibido al Señor como nuestro Salvador, entonces hay un proceso precioso que hace el Espíritu Santo, Él nos regenera, destruye nuestra vieja naturaleza, nos hace una nueva, nos volvemos depositarios del Espíritu Santo, el entra en nosotros, bautiza y sella. Pero también el Espíritu nos incorpora en el cuerpo de Cristo.
Si a una persona no le gusta ser parte del cuerpo de Cristo, podría empezar a dudar si realmente ha nacido de nuevo, porque eso quiere decir que la obra del Espíritu Santo no sucedió en su vida. El Espíritu Santo es el que nos incorpora al cuerpo y somos parte de el por la obra poderosa que el Espíritu hace en nosotros. Por lo tanto, el versículo nos dice “No debemos de acostumbrarnos a no congregarnos..” la Biblia lo que nos dice es “Debemos de acostumbrarnos a congregarnos” y tenerlo como costumbre.
Debemos de tener la costumbre de congregarnos. El versículo nos manda, nos insta, llama y exhorta a estar físicamente presentes donde está el cuerpo de Cristo. Somos la Iglesia de Cristo y debemos amar su iglesia que fue aportada para él.
¿Qué dicen los detractores de la Fe? Muchos detractores de la fe dicen que ese versículo hoy no aplica a nosotros. Cada una de las cartas de Pablo, Juan, Santiago, Judas, Pedro. Las epístolas fueron puestas en la Biblia como dirección de cómo debería actuar y cómo se vería ver la Iglesia hoy. Si queremos saber cómo debería verse la iglesia debemos ir a las epístolas. Los principios que están ahí deberían ser los principios por los cuales actuamos hoy. Decir que esos principios no aplican a nosotros es decir que esas epístolas no están ahí. Porque no solo el libro de hebreos nos llama a congregarnos, todas las epístolas en diferentes lugares no invitan a entender cuáles son los frutos y nuestra responsabilidad de estar reunidos como hermanos en la fe.
Mucha gente dice “la iglesia primitiva de reunía en casas” para decir que no podemos reunirnos en templos. Y esta es una verdad parcial. Muchas iglesias empezaron en casas, estaban en una época donde había mucha persecución por el imperio Romano hacia la iglesia.
Pero también se reunían en templos, en lugares abiertos o en plazas. En el libro de hechos capítulo 1,2 y 3 acontece que se convierten miles, ¿En qué casa se reunían esos miles? Y la Biblia dice que perseveraban en la fe, lo que quiere decir que continuamente se reunían para meditar en la palabra, compartir de la fe y edificarse los unos a los otros. No había una casa que los albergara. Ellos se reunían en lugares. Porque reunirse en lugares amplios no solo es bueno, sino que da la oportunidad que el cuerpo siga creciendo. ¿Qué tan poco funcional es reunirse en una casa? Si somos pocos en una casa y empiezan a entrar personas con diferentes dones, ¿dónde van a ministrar los que tienen el don de la música? Ellos tienen la responsabilidad de poner el don al servicio del cuerpo de Cristo. O el que tiene el fin de danza, ¿dónde va a caber?
Hay un fenómeno interesante y la iglesia lo ha ido adoptando y entendiendo, debemos estar pensando todo el día en. Impartir nuestra fe. Porque si decimos que amamos a alguien, vamos a estar interesados en su eternidad.
Y no solamente su situación actual ¿qué más amor que enfocarse en la eternidad de alguien?
Y hemos ido abriendo espacios porque mientras haya espacios la gente sigue estando motivada a compartir la fe y a que se llenen esas sillas vacías. Cuando vemos una silla vacía tenemos la responsabilidad de que alguien se siente ahí y reciba de Cristo. Es a responsabilidad la tenemos todos. Cuando hay espacio se da la oportunidad de evangelizar. ¿qué pasa cuando estamos en una casa donde cabe 5 o 6 personas?
Tenemos que seguir predicando, evangelizando y llevando el mensaje de Dios.
La segunda frase que escuchamos muchas veces de las personas que no se congregan dicen “yo puedo tener una relación con Dios solo” analícenos esa frase “¿qué es tener una relación con Dios?” Es crecer en el amor que tengo por Dios, y ¿qué dice la Biblia qué es el amor? Juan 14:15 “si me amáis guarda mis mandamientos” mostramos amor a l medida en que nuestras acciones reflejen que yo amo a mi Señor, creador y mi todo. Por lo tanto, para crecer en mi relación con Dios yo tengo que crecer en el amor, que es crecer en la obediencia.
La Biblia dice en 1 Juan 4:7 “ámense los unos a los otros”, Gálatas 6:2 “lleven las cargas los unos por los otros”, Romano 12;15 “lloren con los que lloran, rían con los que ríen”, Santiago 5:16 “confiesen vuestros pecados los unos a los otros” Hebreos 3:13 “exhortaos los unos a los otros”, Colosenses 3:13 “sopórtanos los unos a los otros, perdonados lo unos a los otros”, Santiago 5: 16 “oren los unos por los otros” ¿Cómo hacemos para cumplir con todo esto estando solos en la casa? ¿Porqué la gente se queda sola? Muy sencillo, la razón número uno de porqué la gente sale de las Iglesias, si tomamos los datos de las encuestas al inicio nos daremos cuenta de que esas estadísticas son reales, la gente se va de la iglesia porque tuvo un conflicto con alguien.
Esa es la razón número uno; la gente dice cosas como: “El pastor dijo algo que no me gustó, predicó algo que no me gustó, un hermano me hizo mala cara, me dieron una mala bienvenida, me cayó mal lo que me dijeron”
Tenemos que dejar de ser tan emocionales y empezar a ser más bíblicos.
Porque vamos a perseverar en el Señor en el punto donde tengamos anclas que son verdades inamovibles en nuestra vida, donde vamos a ver la fe como debe ser vista, como una verdad absoluta y no como una emoción. Y esto pasa mucho con los latinoamericanos, pues somos demasiado emocionales
¿Entonces qué pasa? La gente llega a una iglesia y es la tercera vez que viene y les gustó y el Espíritu hizo una obra en nuestros corazones. Venimos la semana que sigue y el fuego del Espíritu sigue ahí encendido, y así la siguiente semana. Pero en un momento a otro empieza a mermar ese fuego y empezamos a sentir “ya no es lo mismo, todo cambió” y repercute en que la gente se va de la iglesia, ¡Pero a punta de emoción! ¿sigue estando Dios en la iglesia? ¡Sí! Porque dice la Biblia que cuando dos o más se reúnen en su nombre ahí está el Señor. Sintamos o no cosquilleo Dios está en la Iglesia, y venimos a honrarlo, porque es digno de alabanza, nos dio vida para estar aquí, todo lo que tenemos, recursos económicos, familia.
Tenemos razones suficientes para estar en la iglesia, pero a veces las emociones nos ganan, y no las verdades. La verdad es que Dios está en la iglesia, los sintamos o no.
Jesús está en la iglesia, porque se hace presente donde se le adora, Él vive en medio de las alabanzas de su pueblo. Tenemos que dejar de ser tan emotivos.
La única forma de crecer en la fe es a través del conflicto. La Biblia dice “hierro con hierro se lima, el hombre con hombre”, solo en el conflicto voy a ser limado para parecerme más a la imagen e Cristo. Si hemos estado en una situación difícil, una verdad absoluta es si usted ha conocido a Cristo en medio de ese momento, son los momentos donde más oramos, donde más nos volvemos a Él.
El piloto de un avión es un piloto experimentado, no por las horas en el simulador, sino porque ha volado el avión y lo ha llevado a los cielos, con tormentas, pruebas y ha llevado todo con bien a casa, por eso es un buen piloto, porque ha estado en las pruebas y las ha superado, porque ha estado en medio del conflicto y lo ha superado.
Nuestros problemas es que en el conflicto huimos, “no nos sentimos bien” y dejamos de ser bíblicos. ¿Cómo hacemos para no dejar de ser bíblicos? Muy sencillo, si nos insultan, amemos, si nos cachetean, demos la otra mejilla, Nos odian, amemos más, porque eso fue lo que hizo Cristo. Soportemos, amemos, exhortemos, bendigamos, devolvamos bendición donde nos maldicen. Cuando tengamos un problema, la Biblia dice “no deje que el sol se ponga bajo vuestro enojo”, todos nos enojamos en medio del conflicto, nos entristecemos, por eso la Biblia nos manda a que controlemos nuestras emociones, dejemos un tiempo para tranquilizarnos y en el momento en que estamos tranquilos debemos ir a resolver el conflicto.
La Biblia no dice que nos guardemos el enojo, ni que nos esperemos unos meses hasta tener el momento perfecto, la Biblia dice “tienes 24 horas para resolver tu asunto”. Si nos peleamos hoy, tenemos de hoy a mañana para pedir perdón, y creo que la iglesia no ha entendido eso, por eso hay tanta gente dañada por la iglesia. No hay iglesia perfecta, y si estamos buscando una es porque creemos que somos perfectos y hay un espíritu de orgullo.
Los conflictos que vivamos en medio de la iglesia son la forma en que Dios quiere que crezcas. Si hemos tenido un conflicto con algún miembro de la iglesia, hoy es el tiempo para que nos arrepintamos, porque si lo hemos guardado ahí, estamos en pecado, hemos dejado que el reconocer y la falta de perdón ministre nuestras vidas y quizás por eso no has podido vivir en una total paz., la que solo Cristo puede traer.
La iglesia tiene que vivir con una misión visional. ¿Qué pasa con nuestro propósito? Si venimos a Cristo tenemos un propósito, una función que cumplir en Cristo. Ningún miembro es agregado al cuerpo sin propósito, todos tienen una razón de ser, valía y todos sirven para algo. Nuestro propósito se lleva a cabo en medio del cuerpo de Cristo. La biblia nos enseña un principio de “sujetarnos a nuestro pastor” ¿Cómo hacemos para sujetarnos a nuestros pastores solos desde nuestra casa? En la casa no tenemos pastor ni podemos ser pastoreados.
¿Dónde desarrollo mis dones? Los desarrollamos edificando el cuerpo de Cristo, eso es en medio de la iglesia. ¿Tenemos don de Intercesión? Tenemos que estar en medio del cuerpo, unos encima de otros para poder conocer las necesidades de intercesión. ¿Tenemos Don de amor y misericordia? Tenemos que estaré n el cuerpo, involucrados los unos a los otros para manifestar ese amor y esa misericordia. El mismo caso es para los demás dones. Es en el cuerpo donde se edifica. ¿Qué pasa si no edificamos a nadie?
Qué triste es que seamos miembros de un cuerpo en donde solo nos edifiquemos nosotros mismos. Buscamos que nos edifiquen, pero no edificamos a nadie. Si llevamos el modelo de iglesia al modelo de casa, en nuestras casas todos deben de hacer de todo, porque somos un cuerpo, nos ayudamos y nos edificamos los unos a los otros.
La norma de hechos de los apóstoles, de hechos 2 en adelante, era que ellos les apasionaba reunirse para compartir las escrituras. Congregarse es reunirse para compartir las escrituras, es aprender a amarnos, es crecer en la imagen de Cristo, parecernos más a Él, estar unos encima de otros como antes. Algo que ha hecho la pandemia es impedir que podamos estar tan encima unos de otros como antes y tan conectados, el reto para nosotros es saber como hacer para volver a eso, de volver a esos principios de estar juntos en armonía. “¿Yo soy de la iglesia mundial, porque tengo que ser de una iglesia local?” Cuando Pablo encontraba personas, en todas las cartas de Pablo los llamaba por nombre, lugar e iglesia a la cual pertenecía.
No podemos acostumbrarnos a estar lejos del cuerpo de Cristo. Un hombre de Dios, el pastor Mitchell Edd dice que el primer paso de la apostasía es alejarse de la iglesia local. La iglesia local fue comprada a un precio muy alto, la sangre del cordero, el Señor es cabeza de su cuerpo, lo nutre lo atesora. Nosotros tenemos que volver nuestra mirada a entender que tenemos que amar la iglesia a como Cristo la ama, la comunidad de hermanos a como Cristo la ama y dio su vida por ellos. Pero tampoco podemos acostumbrarnos a venir a la Iglesia de una forma religiosa, porque en algún momento como creyentes, cuando vamos creciendo en el Señor, esa pasión, ese primer amor, ese fuego que habla el libro de Apocalipsis empieza a mermar.
Entonces comenzamos a ir a la iglesia porque es parte de nuestra rutina y se nos olvida que venimos a la iglesia para adorar y tener un encuentro con Dios. Cuando nos preparamos para ir a la iglesia, pensemos en que vamos a tener una cita con Él que amó mi alma, con el que dio su vida por mí, con el que me ha dado todo lo que tengo y todo lo que soy, tendremos una actitud de gozo y júbilo cuando entremos por la puerta de la iglesia. Qué triste cuando un hombre o una mujer piensa dejar botada su casa, no valora su familia, e hijos, porque son regalos de Dios.
Qué triste cuando un hombre o una mujer piensa dejar botada su Iglesia, porque es un regalo de Dios. ¿Por qué somos a veces tan egoístas?, ¿por qué no amamos lo que Dios ama?, ¿por qué nos cuesta tanto valorar su cuerpo? Que fue comprado a precio de sangre. Si congregarnos es un mandato, una ordenanza, un principio, ¿por qué nos es tan fácil alejarnos de eso?
No es lo mismo pecar que vivir en pecado. Pecar, todos pecamos, nos equivocamos, cometemos errores, pedimos perdón, vamos a los pies de Cristo. Cristo nos sana, perdona y restituye. Cada vez que pecamos. Pero el que practica el pecado, dice la palabra, ese no es de Cristo. El que conscientemente sabe que lo que está haciendo es vivir continuamente un mismo pecado, tomémoslo como gentil y publicano si no quiere cambiar.
Cuando vemos un hermano en pecado, y llega a la iglesia como si nada pasara, sabes que está practicando pecado. Entonces porqué somos mas livianos con congregarnos. Si faltamos cada 15 días a la iglesia, ¿porqué con eso si somos liviano?, ¿por qué eso si lo dejamos pasar? ¿Por qué eso no nos importa? Y otros pecados sí, pecado es pecado, fallar es fallar e ir en contra de la voluntad de Dios, es ir en contra de la voluntad de Dios. ¿Cuál es nuestra excusa? ¿Es la lluvia? ¿Acaso cuando llueve dejamos de ir al trabajo, escuela, dejo de hacer un negocio importante, el gimnasio, un partido de futbol? De igual manera vamos. ¿Y cuando tenemos una actividad familiar? La actividad familiar puede esperar a que usted termine el culto con su Señor que es su primer lugar. Vamos a la actividad, pero voy después del culto, porque mi primer lugar es para Dios. Antes que mi familia esta Dios, porque el que me dio mi familia fue Dios, porque la familia es nada más la bendición y yo adoro al que da la bendición, no adoro la bendición, si no al que la da.
Porque la próxima vez que nos quedemos sin trabajo, ¿a quien le vamos a orar?, ¿o la próxima vez que nos den un dictamen equivocado a quien le vas a orar, a tus padres? ¡No!, vamos a ir a orarle a Dios. Siempre el que sacrifica es el cristiano, ¿por qué el cristiano es el que siempre sede? La próxima vez que alguien nos pida que no vayamos a la iglesia por cualquier otra actividad, digamos “está bien, pero dentro de 15 días vienes conmigo a la iglesia” porque eso trae fruto eterno, y eso si es una muestra de amor. Primero Dios y mi tiempo con Él y luego todo lo demás
Debemos arrepentirnos porque hemos fallado. Porque hemos empezado a hacer por costumbre lo que debería de ser apasionante, poderoso, transformador y restaurador como lo es congregarnos como hermanos. No es que no amemos a nuestra familia, o a nuestros padres. Solo uno ha dado la vida por nosotros y es Cristo Jesús, por eso le adoramos y es nuestra prioridad.
Por eso sacamos tiempo para Él y es lo más importante, y por eso no faltamos a los cultos porque sé qué hay situaciones de fuerza mayor, pero si podemos congreguémonos, vamos y no témanos al conflicto, porque es la oportunidad que Dios nos da para crecer, para que nos desarrollemos. Conozcamos el amor fraternal de hermanos, pongamos nuestro don al servicio del Señor, aprendamos a soportar a los hermanos que no nos caen bien, porque ahí vamos a aprender lo que Cristo hace por nosotros cada vez que le fallamos. Ahí conocemos su corazón.
Congregarse no es solamente importante, es indispensable para la vida del creyente.
La Biblia dice en Hebreos 10:25 “no dejando de congregarnos como alguno tienen por costumbre sino exhortándolos”
Señor perdónanos si hemos dejado de congregarnos, si hemos hecho todo de una forma religiosa y perdónanos si no hemos tenido el suficiente entendimiento para ir y exhortar a otros a que vuelvan a la casa, porque les amamos y nos interesa su vida espiritual, su eternidad. Nos interesa un vivamos una vida plena conforme a tus principios. Que nuestro arrepentimiento no sea un discurso, sino acciones concretas que demuestren que nuestra vida ha sido transformada. Gracias Señor, en el nombre de Jesús, amén.
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