Congregarse es más que una práctica
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Congregarse es más que una práctica

Congregarnos no es algo que se practica desde casa, es salir de nuestra casa física e ir a la casa del Señor con nuestros hermanos, nos reunimos porque estamos agradecidos, porque queremos buscarle y adorarle a Él.

Necesitamos dejar de ser emocionales y, por el contrario, comenzar a ser personas más bíblicas. Si no controlamos nuestras emociones seremos con las olas del mar, inconstantes en todos nuestros caminos, pero si dejamos que la verdad inamovible de la palabra de Dios nos controle, pasaremos a ser personas bíblicas ancladas en principios que son verdad y podremos caminar en la fe con propiedad.

Somos una generación con tres características específicas negativas:

1. Poco comprometida: La iglesia está sufriendo dolencias por la falta del compromiso que la gente tiene en todas las áreas de su vida. Si tenemos una base y conocemos la palabra del Señor, tenemos que estar firme en verdades inamovibles porque caminamos en esa verdad, no en emotividad ni en razón, la fe no es un tema de emociones, sino es un tema de saber que la palabra de Dios es verdad y por eso prevalecerá para siempre. Mateo 24:35 dice: 35 Cielo y tierra pasarán mas mi palabra no pasará”. Debemos estar anclados en la palabra de Dios.

2. Egoísta y consumista. Estamos acostumbrados a que nos den lo que queremos, hoy en día todo se puede personalizar a nuestro gusto y de la misma manera queremos que la iglesia se personalice a nosotros, que quien predica lo haga a como nosotros queremos, que la alabanza toque como queremos, que nos reciban como queremos, que todo sea en función de lo que queremos y cuando algo no me gusta renuncio, pierdo el compromiso y me voy. Cristo no nos enseñó eso, Él tenía razones, siendo el rey de reyes, para que todos le sirviéramos, y aun así vino a servir y no a ser servido. Cuando nos incorporamos al cuerpo de Cristo debemos entender que vamos a servir y no a ser servidos.

3. Individualista. Sólo pensamos en nosotros. Debemos desligarnos de nuestra comodidad, de lo que nos es fácil y entrar en una incomodidad, ya que en esta es donde verdaderamente crecemos. Si queremos crecer, debemos dejar de querer recibir tanto y comenzar a dar más, porque cuando nos disponemos a dar, el Señor viene a darte.

Las personas, por lo general, dejan de congregarse por orgullo, por soberbia, nos comenzamos a victimizar diciendo que nos ha ido mal en otras iglesias, sin embargo, si hemos ido a varias y en todas nos ha ido mal debemos darnos cuenta de que el problema no han sido estas, sino nosotros. No estamos siendo moldeados a como el Señor quiere moldearnos. A veces hablamos de pastores que hacen mal uso del dinero, lo cual está muy mal, pero no hablamos de eso, sino de las ovejas que no se dejan moldear, de personas que después de muchos años de conocer al Señor, aún hay que estar detrás de ellas para que se congreguen.

Es tiempo de comenzar a ser más bíblicos, de predicar el verdadero evangelio para que las personas crezcan en fe. Para lograrlo, debemos cambiar nuestra actitud, dejar de ser tan difíciles y comenzar a incomodarnos para el reino de Dios.

Solo a través del conflicto crecemos, porque en el conflicto, nos damos cuenta de cuáles áreas de nuestra vida debemos mejorar para Cristo. Si nos sentimos mal por algo que el pastor predica, es porque el Espíritu Santo nos está pidiendo que algo sea transformado en su esencia y lo estamos sintiendo e identificando físicamente, porque hay transformación en lo que Cristo toca. Es un tiempo para evaluar nuestra condición, nuestro actuar.

A continuación, hablaremos sobre motivos por los que no debemos irnos de una iglesia:

1. Porque hay pecado: Muchas personas se van criticando lo que sucede en la iglesia, sin embargo, no olvidemos que la iglesia es un hospital, recibirá personas en todo tipo de condición, y con todo tipo de naturalezas. Todos fallamos, todos necesitamos de la misericordia del Señor por nuestra condición pecaminosa, no hay iglesia perfecta. También es importante tener claro que la iglesia no puede tratar con liviandad el pecado, pero siempre se predicará de la santidad de Dios y es que sin santidad, nadie verá al Señor.

En Apocalipsis, vemos que seis de las siete iglesias a quienes se les enviaron cartas tenían problemas y el Señor lo denuncia, pero no les dice que se vayan de la iglesia, sino que se queden, que cambien su forma de ser, pero que se establezcan, que se vuelvan al Señor porque ese fue el lugar donde los puso. 1 Corintios 5:9-11 dice: 9Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios.10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”.

Hay una gran diferencia entre pecar y practicar el pecado, el cristiano comete errores pero no escoge vivir una vida en pecado, porque quien practica el pecado no conoce a Cristo. Aquí la Biblia nos está enseñando que para ser parte del cuerpo de Cristo, para congregarse en nuestra comunidad de fe, debemos arrepentirnos y buscar santidad. 2 Corintios 6:14-17 dice: 14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré”.

La palabra nos dice que nos reunamos con personas no creyentes pero que no intimemos con ellos. Quienes creemos en Dios les llevaremos la fe a estas personas, pero si comenzamos a tener una relación muy cercana con ellos y la mayoría no son creyentes, en algún momento nos llevarán al mundo. Nuestros mejores amigos deben de estar dentro del cuerpo de Cristo, personas que comparten mis principios y mi moral bíblica.

¿Qué hacer si alguien de la iglesia falla? Gálatas 6:1-2 dice:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”. Esta carta es para todos nosotros los creyentes, si alguno falla, nuestro deber es ir y restaurarlo y traerlo de regreso. Una iglesia sana debe llamar al pecado “pecado”, pero también reconocer que es imperfecta, solo habrá perfección cuando entremos a las bodas del cordero.

2. Temas doctrinales secundarios. 2 Timoteo 2:14-16 dice:14recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.15 procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad”. Toda la palabra es inspirada por Dios, pero hay verdades fundamentales de la palabra y verdades secundarias que se basan en posiciones teológicas. Lo fundamental, es lo que nos hace hermanos en la fe, como creer en la trinidad de Dios, el saber que la palabra de Dios es perfecta y no ocupamos agregarle o quitarle ningún libro, que la salvación es por gracia y no por obras y que solo hay un intercesor entre los hombres y Dios y ese es Cristo Jesús.

Las verdades secundarias son temas interpretativos, porque el original permite esa interpretación, no están negando la esencia de la biblia, solo son perspectivas diferentes y si no tolero perspectivas diferentes a las mías estoy demostrando orgullo, que no quiero sujetarme ni cambiar, pero hay que entender que nunca encontraremos una iglesia en donde todos crean exactamente lo mismo, tenemos que aprender a sujetarnos los unos a los otros y a amarnos a pesar de las diferencias.

3. Falta de unidad. No me puedo ir de una iglesia por falta de unidad. Proverbios 6:16-19 dice:16Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, 18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, 19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos”.

Los frutos por los cuales los cristianos deberíamos ser caracterizados son: amor y perdón. Un cristiano entiende que en la iglesia habrá errores, pero perdona.  El amor es la herramienta para que la unidad se preserve. Efesios 4:1-3 dice:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.

A veces nos quejamos de que no nos llaman para saber de nosotros, pero ¿llamamos nosotros a los demás para saber de ellos? Hagámoslo nosotros también, no esperemos que nos busquen, busquemos también. El que quiere amigos que se muestre amigo, que haga algo al respecto. Este mensaje no es solo para pastores, es para todos los que somos cristianos, actuemos. Critiquemos menos y hagamos más.  Comuniquemos también lo que ocupamos, ni nuestras parejas, ni amigos, ni el pastor son iluminados para saber qué necesitamos en determinado momento, nosotros somos los responsables de comunicar y buscar ayuda.

4. Por no sujetarse a la autoridad. Hebreos 13:17 dice: “17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. Un pastor no puede obligarnos a hacer las cosas, Él nos guía basado en la palabra de Dios, pero al final nosotros somos los que viviremos las consecuencias de nuestras decisiones. No podemos ser rebeldes. Aún hay personas con años en la iglesia que no sirven en esta, recordemos una vez más que vinimos a servir y no ser servidos.

1 Timoteo 3:1-7 dice: 1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo”. Si tenemos un líder así, honrémoslo, bendigámoslo, amémoslo.

A continuación, veremos en qué ocasiones debemos irnos de la iglesia:

1. Cuando hay un evangelio diferente al evangelio de Cristo. Gálatas 1:6 dice:6Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente”. Un evangelio que nos dice que si sembramos más recibiremos más del Señor, que sigamos nuestro corazón, que pensemos positivo, que si declaramos recibiremos, no es el evangelio de Cristo.

El verdadero evangelio es sufrido, es pasar por situaciones de conflicto, es entender que en medio de la prueba ahí está el Señor con nosotros, nos dice que nosotros recibimos por gracia, porque Él nos ama, que nos sujetemos, que si queremos estar en posiciones altas primero debemos estar en las bajas, si queremos cosas grandes debemos servir a los demás, que seremos perseguidos y atacados, no trata de mí, trata de Él, no es honrarme a mí, es honrarlo a Él.

2. Cuando la doctrina fundamental se va. Cuando principios como los anteriores se están predicando de manera contraria.

3. Cuando me cambio de residencia. En Romanos 16, vemos la historia de Febe, que se cree, fue la mujer que llevó la carta de romanos a Roma. Ella estaba en otra iglesia, pero Pablo le encomienda ir a Roma y le pide a este pueblo que la reciban de la mejor manera ya que ella empezaría a congregarse ahí porque se iba a vivir a dicho lugar. Podemos ir a servir en otra iglesia local, no debemos apegarnos a una sola iglesia.

4. Porque la iglesia carece de un liderazgo modelo y que más bien es contrario a la palabra. Cuando el líder lidera con principios anti-bíblicos.

Meditemos sobre 3 cosas:

– ¿Has sido descuidado o perseguido por el mismo cuerpo de Cristo? Si la respuesta es “sí”, debes saber que muchos de nosotros también lo hemos sido, pero a pesar de esto, aquí estamos sirviendo al Señor, ya que nuestro primer lugar no son nuestras emociones, nuestro primer lugar es Dios, estoy aquí por lo que Él hizo, mis emociones se las entrego a Él y Él las va a transformar y me llevará a perdonar y a sanar. Si le guardas rencor a alguien perdona, si le hiciste algo a alguien ve y pídele perdón.

– ¿Eres un buen ejemplo de oveja? Eres una persona sujeta, responsable, que va a la iglesia pensando en dar y no en recibir ¿has llevado a la práctica las enseñanzas de Cristo?

– ¿Qué valor le damos a tu iglesia local? ¿No te duele cuando no estas con tus hermanos? Valoremos nuestra iglesia, el pastor y a la gente que Dios puso ahí.

Que esta sea una motivación para volver a tu iglesia, para congregarte con más empuje, para ir a la iglesia con una actitud y un corazón distinto, para servir y entregarte más a Dios, para entender que nuestra razón de estar aquí es Cristo Jesús y que vinimos a crecer y nos sujetamos a su palabra. Que no sean tus emociones las que gobiernen tu vida, sino el Espíritu Santo.

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